Espero llevar a Canelo a Bolivia, dice el cruceño que conoce al mexicano que firmó el contrato más alto en la historia del deporte, con $us 365 millones.
Rainer Durán / Santa Cruz, El Deber
Es boliviano y vive el día a día con uno de los deportistas más famosos del mundo en la actualidad: Saúl Canelo Álvarez. El cruceño Munir Somoya es el preparador físico y rehabilitador físico del famoso boxeador mexicano, que ha ganado campeonatos mundiales en cuatro diferentes categorías de peso en las organizaciones AMB, CMB, FIB, OMB y The Ring.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Munir conoce a Canelo desde hace dos años y medio y nos cuenda la historia de cómo fue que llegaron a relacionarse y luego trabajar con el pugilista, que en 2018 firmó el contrato más alto en la historia del deporte al acordar 365 millones de dólares por cinco años en los que debe realizar 11 peleas.
En el tiempo que lleva Munir con Canelo, el mexicano ya realizó tres combates todos ganados y todos realizados en Las Vegas: con el británico Rocky Fielding, el 15 de diciembre de 2018; con el estadounidense Daniel Jacobs, el 4 de mayo de 2019; y con el ruso Sergey Kovalev, el 2 de noviembre de 2019. Todo el equipo del boxeador, incluido nuestro compatriota ahora se encuentra en San Diego, California (EEUU) en una etapa de concentración de cara al combate que Canelo debe realizar el 2 de mayo, con rival aún por definir.
Es habitual que el mexicano se concentre dos meses antes de una pelea oficial para ponerse en el mejor estado posible y por estos días está en esa labor.
¿Cómo se hizo posible trabajar con Canelo Álvarez
Tengo dos años y medio que conozco a Saúl Canelo Álvarez. Fue porque lo intervinieron de una artroscopia de rodilla y gracias a Dios me lo derivó su doctor, Pedro Lomelí, y ahí empezó la relación. Él quedó al 100% de su rodilla y a los seis meses me contactó para trabajar con él, ir al campamento en San Diego y empezar a trabajar como preparador físico y rehabilitador físico.
¿Cómo fue esa primera vez que lo visitó?
El venía de la cirugía, le habían hecho una limpieza articular, llegó a mi clínica en Guadalajara e hicimos el procedimiento de rehabilitación y le funcionó bien, en un mes quedó perfecto para seguir con sus actividades deportivas.
¿Por qué llegó a su clínica, le dieron alguna referencia o fue de casualidad?
Me lo derivó su doctor, Pedro Lomelí, es su médico traumatólogo y él fue el que lo intervino quirúrgicamente. Yo tengo una buena relación con él y así fue como llegó Canelo a mi clínica.
¿En qué momento Canelo lo incorpora a su equipo?
Como le resultó bien la terapia en el tema de funcionalidad, de musculación y le gustó mucho mi trabajo me invitó a trabajar con él. El boxeo es un deporte de impacto que causa desgaste y dolores de articulaciones, en el codo, el hombro y eso es constante, porque siempre están un poco lastimados de los músculos y articulaciones por la intensidad del ejercicio cardiovascular que requiere el boxeo.
¿Se presentó personalmente para hacerle la propuesta?
Él estaba en San Diego en un campamento y me llamó para invitarme, porque él se entrena ahí por cuestiones de clima, de altura, de paisaje. Me dice que si puedo trabajar con él y así fue como comenzó todo, ahora ya llevamos dos años y medio trabajando con él.
¿Es un trabajo permanente o es por temporadas?
Sí, es un trabajo permanente, incluso si él tiene vacaciones, siempre está haciendo ejercicios hasta en los hoteles. Entonces yo llevo algunas cosas para trabajar como medicamentos, ligas, bandas elásticas, entre otras cosas, porque donde esta él siempre hace ejercicios.
El trabajo seguramente se intensifica antes de las peleas…
Dos meses antes de la pelea, porque son de trabajo duro, de mucho ejercicio cardiovascular y funcional. Él hace sparring tres veces por semana con boxeadores profesionales que los trae de otros países y que se quedan también con nosotros en el campamento, entonces eso le ha dado buen resultado. Con los dos meses de trabajo antes de una pelea queda perfecto, ya que si es por más tiempo queda sobrecargado, incluso ha llegado a sentir un poco de cansancio en los hombros.
¿El trabajo es mayor antes o después de las peleas?
El trabajo intenso es antes de las peleas, aunque como casi siempre es en Las Vegas, nos vamos una semana antes a esa ciudad para seguir con el trabajo que es más cardiovascular y de deshidratación, que eso lo hace su coach Eddy Reynoso. Así que la intensidad es antes de las peleas porque el trabajo es físico.
¿Cuál es el sentir del boliviano, de trabajar con el boxeador del momento a escala mundial?
Para mí es un orgullo trabajar con Canelo, nunca imaginé llegar a ese nivel, pero la verdad que yo agradezco a Dios. Siempre he sido una persona disciplinada, puntual y cuando uno es así las cosas se van dando solas.
Trabajar a ese nivel, ¿ese ajetreo de vida cómo es?
Antes de conocerlo yo trabajaba entre 15 a 16 horas diarias, era muy apegado al trabajo, aunque sigo siéndolo, pero ahora tengo una vida un poquito más tranquila, ya que puedo conocer ciudades, porque después de las peleas viajamos con Canelo de vacaciones. Mi clínica se ha mantenido sin que yo esté ahí, eso me ha ayudado mucho para mi tranquilidad y la verdad que esas experiencias que he vivido con él han sido de lo mejor que me ha pasado en la vida. Se sabe que Canelo de niño era muy pobre, pero no se quedó ahí. A fines de 2018 firmó un contrato de cinco años por 365 millones de dólares para protagonizar 11 peleas Él es una persona única por su esfuerzo. Ha llegado a hacer el contrato más grande en la historia del deporte y yo lo admiro mucho, pero a veces la gente cree que tuvo suerte y cosas así, pero la verdad es que él ha sido un chavito que de muy chico la pasó muy duro, de vender paletas en los micros fue escalando de manera impresionante y si conocen su historia real saben que él se merece cada centavo que gana. Con ese contrato y anteriores ganancias, Canelo parece tener asegurado su futuro económico.
¿Traería a Canelo a Bolivia?
Ojalá que podamos hacer realidad ese viaje. Él sabe que está en la cumbre de su profesión, hay mucho trabajo y peleas, pero espero llevarlo a Bolivia.
¿Tiene buena relación con él?
Gracias a Dios sí. Me dice que vamos a seguir todo el contrato y después va a decidir si sigue o no.
Fuente: