Emilio Martínez Cardona
¿Qué modo de producción sobrevivirá al coronavirus?
Un intento de respuesta a esa interrogante nos remite a los estudios de Alvin Toffler, el sociólogo del futuro, que supo adelantarse en varias décadas a las nuevas tendencias mundiales desde su obra clave, La Tercera Ola (1979).
“La tecnología avanzada y los sistemas de información harán posible que mucho del trabajo de la sociedad pueda realizarse en casa por medio de telecomunicaciones por conexiones de computadora”, escribió Toffler hace 41 años, anunciando el teletrabajo, mientras que en otras páginas sugirió eventuales procesos de desurbanización, prediciendo que las ciudades perderían importancia con “el cambio del trabajo desde la oficina y la fábrica hacia el hogar”.
En consonancia con lo último, el profesor de la Universidad de París VIII, Hamza Esmili, indica que un 17% de los habitantes de la capital francesa “han abandonado la ciudad para refugiarse en sus residencias temporales en el campo”, a raíz de la emergencia del Covid-19.
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¿Podría ser la descongestión urbana una respuesta a la globalización de las enfermedades virales? La reducción de la densidad demográfica y el fortalecimiento de las ciudades intermedias podrían ser parte de ese nuevo escenario.
Respecto al modo de producción, Toffler preveía que en la economía de la tercera ola se intensificaría la flexibilidad en los procesos industriales, llevando a la desmasificación y a la figura de los “prosumidores”: consumidores cada vez más involucrados en el diseño y manufactura (personalizado y teledirigido) de los productos.
Sobre la actual migración de empleos al teletrabajo, Pedro Moneo, CEO y fundador de la consultora Opinno, señala que “la experiencia de estos días animará a unas empresas a proseguir el camino y aconsejará a otras no seguirlo, pero será un antes y un después para todas. (…) El futuro será híbrido, nos sorprenderemos de hasta dónde puede llegar lo digital porque hace las tareas computables y automatizables, pero no cabe duda de que el modelo físico no puede desaparecer”.
El futuro del trabajo –cada vez más cercano- será híbrido, entonces. En parte online y en parte presencial, con menos gente, más distanciada y con estrictos protocolos de bioseguridad.
Otros elementos de este nuevo paradigma, de esta aceleración de la tercera ola, serán una mayor automatización, el salto cualitativo hacia el Internet de las Cosas (IoT), la micromovilidad urbana (bicicletas, patinetas electrónicas, minitaxis para un solo pasajero), la ubicuidad de los delivery y los mercados móviles privados, a partir de la reconversión de los food truck.
En contraposición, puede comenzar el ocaso de las grandes concentraciones humanas y sus correspondientes edificaciones: la mega-fábrica, las moles llamadas “unidades educativas”, los estadios y los mall center. En suma, de la arquitectura de la segunda ola, de la economía industrial. Tal vez se construya más pero en menor tamaño.
Amanecerá y veremos.
Fuente: Esto También Sucede