Una boliviana, que hace cinco meses emigró a Chile por trabajo, hoy está desesperada por ver a su familia en Bolivia. Ha estado en Colchane por varios días y hoy vuelve a Iquique a la espera de poder cruzar la frontera en medio de la cuarentena, por el coronavirus.
Cecilia Dorado/eju.tv
Edita Solares carga sus bolsos, mientras soporta el viento frío del altiplano chileno en Colchane, población fronteriza con Bolivia. Hoy se enteró de la noticia de que 10 buses vendrían a recoger a los centenares de connacionales que están en ese lugar desde hace días, aguardando que las autoridades bolivianas den el visto bueno para su retorno al país, en medio de la cuarentena y cumpliendo con el protocolo necesario para evitar la propagación del coronavirus.
La mujer rompió en llanto al relatar que hace cinco meses partió de su hogar para viajar a Chile en busca de mejores días, lo cual la obligó a dejar a sus hijos con su madre, quien ahora está en un hospital. «Quería ir a ver a mi mamá en el hospital, no sé nada de mi madre ni de mis hijos desde que llegado (a Colchane). Mi chip caducó», dijo mientras se secaba las lágrimas.
«Ojalá que sea por algo mejor, que no nos estén mintiendo. Tenemos mucha esperanza (de retornar a Bolivia)», dice en medio de una sonrisa en su rostro quemado por el frío. Ella misma confiesa que no pensaba volver, hasta Iquique, pero que prefiere hacerlo para no soportar las bajas temperaturas en las carpas improvisadas en Colchane. Serán tres horas y media de viaje por tierra hasta su nueva parada.
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El testimonio de un joven cruceño
El cruceño Daniel Rojas es parte del grupo de más de 800 bolivianos que han estado varados en este lugar. «No queda otra, qué vamos a hacer», responde al periodista de Sol de Iquique al saber que debe trasladarse a Iquique. «Hay harta gente que está sufriendo, hay muchas personas de edad y los niños están sufriendo. Hay que esperar», dijo casi resignado.
Las gestiones realizadas por el alcalde Javier García lograron que su homólogo de Iquique, Mauricio Soria, facilite un albergue a los centenares de bolivianos que llegaron hasta la frontera desde diferentes ciudades de Chile, argumentando la pérdida de sus empleos por la pandemia. El Gobierno de ese país puso a disposición el transporte.
Para llegar hasta Colchane, los bolivianos debieron caminar decenas de kilómetros desde la población más próximas, como es Huara, por medio de la cordillera de los Andes.
Desde Bolivia, el director de Migración, Marcel Rivas, adelantó hace unos días que el Gobierno está ampliando el campamento Tata Santiago, en Pisiga, para poder recibir a estos bolivianos, con todas las medidas de bioseguridad a fin de que cumplan el aislamiento necesario.
Fuente: Rodrigo Martínez/IM Colchane