Tras perder todos sus contratos, los artesanos piden que el Gobierno cumpla con su compromiso de darles créditos con tasas de interés del 4% al 6% y no del 11,5%.
Luis Escóbar / La Paz
Decenas de sastres colocaron crespones negros en las puertas de sus locales del macrodistrito Max Paredes y salieron a la calle con letreros en los que se declaran en quiebra. Su crítica situación se debe a las cancelaciones de los contratos que tenían para la fiesta de Gran Poder. Denuncian que el Gobierno no cumple con los créditos a bajos intereses que prometió.
«Sastres en quiebra total» «Apoyo a la Producción» «Estamos en emergencia» decían los carteles que sacaron los sastres en inmediaciones a la Plaza Garita de Lima. Esa zona alberga taller de costura, que están cerrados desde el pasado 22 de marzo cuando comenzó la cuarentena total en el país.
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A causa de la cuarentena por la emergencia del Covid-19, se suspendió la entrada del Gran Poder prevista para el 6 de junio y muchos de los contratos que tenían los sastres fueron anulados.
«El trabajo que teníamos era producto de las fiestas y actividades folklóricas; pero lamentablemente se cortaron, se suspendieron hasta el siguiente año. Ya no tenemos ingresos y pedimos créditos para comprar materia prima y pagar a nuestro personal», declaró presidente de la federación de Sastres Modistas y Productores, Mario Vargas.
El representante explicó que costureros y sastres ya habían firmado contratos con fraternidades, para la entrada, y con promociones de colegios, para los actos de toma de nombre, además para matrimonios, fiestas y otros; pero todo se paralizó.
«En el sector de la Garita tenemos 250 sastres afiliados. Cada uno de ellos cuenta con tres a cuatro trabajadores y en La Paz hay alrededor de 3.000 talleres. Hay en total 15.000 costureros y todos estamos parados, sin trabajar», lamentó.
Por esta razón, piden al Gobierno que cumpla con el acuerdo suscrito la anterior semana y otorgue a las unidades productivas créditos anuales con tasas de interés del 4% al 6%.
La Policía detuvo a los sastres que no presentaron cárnet.
Denuncian que, pese a la norma, cuando los sastres fueron a entidades financieras recibieron la misma respuesta: el monto del interés era del 11,5%, casi el doble de lo que ellos tienen la posibilidad de pagar.
«En caso de no obtener los créditos estaríamos cerrando nuestros talleres porque no tenemos dinero para pagar el alquiler. No vamos a poder generar ingresos, ni siquiera después de la cuarentena», añadió el dirigente.
Explicó que el pago para arrendar un local en las inmediaciones a la Garita de Lima va desde los 1.500 hasta los 3.000 bolivianos mensuales, dependiendo del tamaño de la tienda.
Además se suman a sus obligaciones la compra de materia prima y el pago a sus trabajadores durante el tiempo de la cuarentena. Nosotros no tenemos un salario fijo; nuestros ingresos están de acuerdo a los trabajos que realizamos. Por ejemplo, en los talleres, una persona hace sacos, otro confecciona pantalones, un tercero hace chalecos y abrigos. Según el avance y el número de trabajos es lo que gana un operario; pero no hemos podido trabajar todo este mes», afirmó.
Vargas también solicitó al Gobierno que apoye la producción costurera nacional y cierre las fronteras para la importación de ropa china, coreana y de otros países. «Sería ideal que las entidades estatales nos ayuden a promocionar nuestros productos e incentiven a los funcionarios a vestir de ternos hechos por sastres bolivianos», afirmó.
Policía detuvo a manifestantes que no podían salir por su CI
La Policía detuvo a los sastres manifestantes que no tenían permitido circular debido a la restricción de los carnet de identidad. Los costureros, que se encuentran en quiebra, deben pagar una multa de mil bolivianos por infringir la cuarentena.
«Estaban sin carnet de identidad y no podían salir. Ahora deben pagar la multa de mil bolivianos pero nosotros haremos seguimiento de la forma en que podamos ayudarlos. Consideramos que ésta es una protesta legítima», declaró el presidente de la Confederación Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (Conamype), Néstor Conde.
Ante la movilización, los uniformados llegaron ayer hasta las inmediaciones de la plaza Garita de Lima, donde los sastres tienen sus talleres, y les solicitaron su carnet de identidad. Muchos de ellos, al no tener permitido circular, simplemente no los mostraron y fueron arrestados.
Los Policías cumplían una de las normas dictadas por el Gobierno en la que sólo permite circular a las personas según el número de su carnet de identidad. Por ello, ayer sólo permanecieron en la protesta aquellos que tenían cédulas con terminaciones en 5 y 6.
«Cumplíamos con todas las normas de bioseguridad, teníamos nuestros barbijos y respetábamos la distancia de un metro entre uno y otros. Los sastres y costureros somos vecinos de la zona y no nos pueden coartar nuestro derecho a la protesta», añadió el dirigente.
Fuente: paginasiete.bo