Una especie consumista y depredadora

El pensamiento científico nos concedió ventajas como especie y prevalecimos sobre las demás y así rápidamente nos reprodujimos y extendimos hasta copar casi todo el ecosistema; un ecosistema que tiene límites que siempre olvidamos.

Avasallamos y destruimos el hábitat vegetal y animal y cosechamos el coronavirus. Y ahora mientras permanecemos encerrados y escondidos de este virus, vamos de confinados a finados, por efecto del virus o por la miseria que vendrá. En este nuestro periplo nos olvidamos que formamos parte del ecosistema y que cuando lo desequilibramos nos afecta también a nosotros.

Luego de varios días de pandemia, la especie homínida disminuye su movilidad depredadora y la vida natural renace. Vemos hermosas noticias: Las aguas en los canales de Venecia, ante la falta de turistas y la cuarentena por el coronavirus están transparentes y llena de cisnes, peces y delfines, y guardando la distancia se vieron cientos de peces en un canal de Santa Cruz de la Sierra y me cuentan de Cochabamba y la laguna Alalay con aguas claras, la que recuerdo oscura y nauseabunda.



Esto nos muestra que somos la especie más invasora de un ecosistema frágil y maravilloso y nos enseña que tenemos mucho que hacer para cuidar el ecosistema y así cuidarnos a nosotros mismos.

Sabemos que la peste no desaparecerá en pocos días o meses, se queda para rato; entretanto necesitamos aprender a sobrevivir en esta nueva realidad;  la cuarentena será larga y debemos cuidar de la vida, pero esta debe ser sustentable económica y socialmente.En esta coyuntura nuestra tarea para sobrevivir, además de cambiar nuestros hábitos depredadores y ecocidas, es como científicos y empresas investigar y producir vacunas y más vacunas para los virus mutantes, de este y de los que vendrán. Entre tanto necesitamos realizar test masivos para detectar la enfermedad y aislar a los afectados.Nosotros el pueblo y con los debidos cuidados necesitamos trabajar y producir, sino después del confinamiento vendrá el desabastecimiento, la pobreza y la enfermedad.

 Fuente: ovidioroca.wordpress.com