El periodista registra el paso de la historia


El mundo no tiene certezas totales lo que hizo y dijo Cristo desde su nacimiento hasta su crucifixión. Tampoco lo que dijo Juana de Arco cuando la estaban quemando. Peor aún, las hazañas de Jerjes, Julio Cesar, Alejandro el Magno o las acciones de liberación de Espartaco. Ni tampoco nadie entrevistó a Napoleón, ni Atahuallpa o a Manco Kapac.

Aunque Platón dejó escrito su libro Apología de Sócrates, donde narra de cómo el sabio que dijo que “no sabía nada”, se iba apagando, a raíz de haber ingerido la cicuta, tampoco es un hecho comprobado al 100 por ciento. Es literatura filosófica, hermosa e impresionante de la actitud de Sócrates ante la muerte, contada por su discípulo, Platón.

La tradición oral nos transmitió todo ello, aunque los libros de historia lo hayan ratificado, pero no hay las pruebas suficientes de esas obras y de la magnitud de esos personajes.



¿Saben por qué? Porque no había un periodista que registre, que entreviste, que saque fotos y filme esos hechos. Todo ello fue la tradición oral que pesa fuerte, y gracias a los evangelios de San Juan, San Marcos, San Lucas, San Mateos, conocemos de Jesús, pero no tenemos ni idea del color de su pelo, su tamaño, su contextura, su piel, su ropa, su forma de hablar o discursear.  He ahí el detalle, decía Cantinflas.

Pero claro, después de la aparición de la imprenta, los hechos quedaban registrados y plasmados. Aunque oficialmente se da cuenta de que a partir de 1440, nace la imprenta; pero siglos antes en  los años 430 aC, los romanos imprimían inscripciones en objeto de arcilla y en la China, en 1041 procedieron a imprimir piezas sueltas en papel de arroz. Más allá de estos datos históricos, es que el mundo y sus miserias se empezaron a mostrar con el nacimiento y el desarrollo de la prensa.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

La historia del ayer, del pasado remoto se parece a una novela con hechos que si ocurrieron o no, están en la nebulosa; pero la historia del presente y del ayer han quedado escritas y filmadas. La periodista italiana, Oriana Fallaci  dice que “la historia de hoy se escribe en el mismo instante de su acontecer. Se puede fotografiar, filmar, grabar en cinta, como las entrevistas con los pocos que controlan el mundo y cambian su curso. Se la puede difundir enseguida, desde la prensa, la radio, la televisión. Se puede interpretar y discutir en caliente.”.

Con ese don de la gran periodista que fue, Fallaci, agrega que para ella el periodismo es un privilegio extraordinario y terrible, y por ello “amo el  periodismo por esto. Temo al periodismo por esto”.

Por ello la historia tiene una cuenta pendiente con el periodismo, asumiendo que deben reencontrarse de todo momento y necesitarse. Nadie nos la charló, ni tampoco se rebatió el genocidio nazi, el campo de concentración Gulag, las matanzas de Angola, la invasión a Irak, los atentados terroristas, las torturas y asesinatos de los Videla, Banzer, García Meza, Franco, los asesinatos en masa en México, las fosas comunes en Colombia, el paso de los huracanes, el desastre nuclear de Chernobil, porque hubo un periodista, una cámara que registró y contó todo ello. Un periodista que teniendo como su única arma  la información se encargó de observar los hechos, registrarlos, estudiarlos, elaborar la nota respectiva y difundirla, bajo la responsabilidad que lo que escribe, narra, para mostrar e informar es real y creíble. Esa su mayor fortaleza y tesoro, la credibilidad.

 Mirando al futuro, nadie podrá decir que esto de la pandemia o del coronavirus que hoy afronta el planeta fue un invento o un cuento chino. Fue real, totalmente real y que nos golpeó a la humanidad, con muertos, enfermos, crisis económica, despidos laborales, cierres de empresas, impactos en el medio ambiente, etc.

Ahí está el periodista, de carne y hueso que retrata en toda su dimensión la condición humana, la misma que le demanda un compromiso mayor por la vida. Fallaci dejaba “jirones del alma en cada experiencia profesional”, que le tocaba vivir e informar.

En tiempos de pandemia, conflictos sociales, guerras civiles, conflictos armados, terremotos, atentados terroristas siempre hay alguien que registra e informa de esos hechos ese es el periodista que arriesga su vida  por la verdad. El periodista que va de la mano de la historia y que ésta en el futuro acude a esos registros de dossier, fotografías, videos para empezar a reescribir y narrar los hechos del pasado inmediato.