Repítanlo mil veces

Karen Arauz

karen-arauz Una vez más, debo inclinarme con admiración ante la rapidez del equipo de propaganda del gobierno boliviano de convertir sus más profundas metidas de pata, en spots publicitarios y declaraciones memorizadas de voceros mono-lóbulos frontales.

Por supuesto que detrás de todo esto, se hallan los "intelectuales" del proceso de cambio que se dedican a la lectura -a vuelo de pájaro- de textos de Sun Tzu y su Arte de la Guerra, de Maquiavelo y su El Príncipe, y la acción, se la prestan ya sin ninguna duda, Noam Chomsky con su Manipulación Mediática y obviamente, Federico Goebbels el maestro de la propaganda nazi autor de los diez mandamientos supremos de la mentira y la manipulación. Confieso que yo también me he pasado las últimas horas picoteando información sobre un sinfín de estrategias de desinformación -incluidos anónimos autores pero muy ocurrentes para lo perverso- y a los menos ociosos que yo, quiero contarles que a este gobierno no se le escapa una.



La demanda simple y llanamente salarial de las bases policiales ha sido convertida en una prueba irrefutable del golpe de Estado orquestado por la extrema derecha. Un golpe sí, pero en las partes bajas de los ineptos que esta majeando el Estado, eso es lo que es. El vicepresidente, que de acá a un Óscar está a un paso, dijo que las pruebas del golpe las oyó en una radio y que los pasamontañas de los amotinados lo probaban. Claro, es comprensible que los cables se crucen con los variopintos consejos para mentir con solvencia. Es como tener nueve recetas de pizza diferentes y pretender usarlas todas en una. Las cantidades y variedad de ingredientes harán que salga un emplasto intragable. La confusión derivada de la desesperación de saberse pillado en paños menores, empuja a los propagadores del gobierno magistralmente representados por doña Amanda, a perder la chaveta y lanzarse tan estrambóticamente que convierten la posición oficial en un verdadero sainete.

Es tanto el esfuerzo que hace la Ministra de Comunicación para tratar de aparentar veracidad en lo que dice, que hasta ternura da su carita de perdida en el mundo. Según ella, los servicios de Inteligencia -claro no la de la Policía en las actuales circunstancias- desconocidos por todos, tienen las pruebas de que los policías no son más que instrumentos de un inmenso plan de desestabilización del gobierno (muy estabilizado igual no se lo ve) y hasta un inminente atentado contra el desorbitado Ministro Romero ha sido detectado con absoluta certeza. Pregunto, esos sus ignotos servicios de inteligencia no podrían haber detectado con algo de anticipación el motín policial? O al menos Cusi no lo leyó en coca? Mientras uno se luce impúdicamente con su colega terrorista iraní y el otro se pavonea con su beldad a cuestas, el resto de la orquesta ejecutan al unísono diferentes partituras. Una semana sin policía en el país. Inaudito. Aparte de que pocos están respetando los semáforos y reglas de tránsito, la inseguridad no parece estar sobrepasando mucho más de lo acostumbrado. Sobresaliente estos días fue lo de las Bartolinas valientemente mandadas a enfrentar a la fuerza policial a la Plaza Murillo, de donde salieron por decir lo menos, escaldadas.

La intencionalidad política de la oposición está totalmente sobrepasada por el accionar oficialista. O dicho de otro modo, al ser ellos mismos su más aguerrida oposición, sólo queda espacio para balbucear algún argumento que les brinde -como una migaja- algún rédito político.

Tremendo colerón deben estar pasando los del oficialismo debido a que los marchistas indígenas del TIPNIS, con bastante más criterio y neuronas que el resto, optaron por marcar claramente que no existe ningún vínculo con lo de la Policía desbaratándoles el supuesto contubernio derecha-indígenas-policías-embajada americana.

Lo sucedido en Paraguay, les ha puesto a varios las barbas en remojo. El que Lugo, el Obispo, entre otros, ignore todo sobre paternidad responsable no parece haber incidido en esta oportunidad. Lo que sí ha influido, es que hay una fastidiosa norma en cuya observación se empeñan algunos: la Constitución de la que ninguno de los neoenojados del siglo XXI se librará tarde o temprano. La conspiranoica gubernamental ha pasado los límites. Declarar con total soltura, que un dirigente de un partido de oposición fue encontrando repartiendo armas en un distrito policial sin dar nombre y sin detener al sujeto en cuestión, ya es chacota. Ésa es la pizza a la que hice mención párrafos arriba. Es un emplasto intragable. Hasta Goebbels se debe estar revolcando en su fosa al ver la tosca utilización de su principio de vulgarización. "La propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, menor debe ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es escasa y su comprensión limitada… y tienen gran habilidad para olvidar". Qué duda cabe.