La mentira como modelo

Humberto Vacaflor Ganam

humberto-vacaflor3 Han pasado solamente cuatro semanas desde que el presidente Evo Morales anunciara al país que había solucionado el problema de la mina Colquiri con una fórmula que consistió en quitársela a la empresa que la estaba manejando, pero ahora han vuelto los problemas, con heridos y rehenes.

Un tiempo similar transcurrió desde que, con ademanes de caudillo, el presidente dijo que había puesto fin a un conflicto en la mina Mallku Cota, pero la pintura de guerra no se ha borrado de los rostros de los actores enfrentados.



Hace seis años, en mayo de 2006, el gobierno nos había dicho que estaba nacionalizando el petróleo y ahora el ministro que aplicó la medida nos dice que todo fue una farsa, y que en este momento las empresas petroleras pagan sólo 50%, y no 82%, como se dijo entonces.

Esta enumeración podría ser muy larga, incluyendo a casi todos los anuncios de este gobierno. Por ejemplo, podría incluir el anuncio que hizo Morales, en marzo de 2006, de que su gobierno no permitiría el uso de carbón vegetal para la siderurgia. Y ahora resulta que se sigue usando carbón vegetal boliviano, pero no para la siderurgia boliviana, sino para la brasileña.

¿Esto del “socialismo del siglo XXI” consiste en gobernar con gestos para la platea pero que no van a aplicarse realmente? ¿Miden los coeficientes intelectuales y lanzan anuncios calibrados para impactar en segmentos bien identificados donde los fraudes no son percibidos? ¿Es ése el aporte de estos gobiernos a la política sudamericana?

¿Esta es una revolución en la política? ¿O es que el aporte de estos gobiernos a la democracia, o al éxito en las elecciones, consiste en incorporar actividades y recursos de origen diferente?

Un vecino de la zona argentina fronteriza con Bolivia, en Salta, dice que el gobierno de la señora Cristina de Kirchner está desmantelando, o por lo menos trasladando a otras zonas, el aparato de control del narcotráfico que llega de Bolivia. Ese ciudadano argentino sospecha, según dice un artículo de Clarín, que se trata de gestos para favorecer a los delincuentes.

Los medios de comunicación europeos han identificado al venezolano río Orinoco como el lugar de embarque de los mayores cargamentos de cocaína sudamericana que llega a España o Italia, siendo que Venezuela no tiene cultivos de coca.

Lo que lleva a la sospecha de que se estén incorporando en las ecuaciones políticas de este siglo los ingresos que generan las actividades ilegales, o directamente delincuenciales, solamente porque, al fin de cuentas, aportan al ingreso de las personas. Ayudan a “vivir bien”.

Los diputados “chuteros” que el presidente Morales admitió tener en sus filas, pero que no identificó ni sancionó, ¿permiten sospechar que tenga en su partido otros delincuentes, dedicados otras actividades, quizá más reprochables que la importación de autos ilegales o robados? (La justicia, asumiendo que existiera, tendría que haberle pedido los nombres de los diputados “chuteros” al presidente, o haberlo declarado cómplice).

El control de los medios de comunicación ayuda mucho al esquema. No controlarlos totalmente, perjudica a este modelo. Y pone furiosos a los administradores de la mentira.