Organizaciones de mujeres rechazaron la presencia del presidente Ortega de Nicaragua. El mandatario es acusado del delito de violación sexual.
Tegucigalpa, Honduras | ANF
El presidente Evo Morales participó, este lunes, en la capital hondureña de Tegucigalpa de una improvisada y polémica cumbre de los países aliados a la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA).
La reunión estuvo marcada por las acusaciones y el rechazo al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, a quien se le recordó una antigua denuncia por violación sexual contra su hijastra, Zoilamérica Narváez.
Junto con Bolivia, Cuba y Venezuela, Nicaragua es parte del ALBA; bloque que este lunes incorporó oficialmente a Honduras, en un acto de masas realizado en la Plaza de la Libertad, frente a la Casa de Gobierno del país centroamericano.
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Así, en clima festivo, Morales tuvo la oportunidad de conversar con Ortega, el jefe de Estado de Venezuela Hugo Chávez, y el vicepresidente de Cuba, Carlos Lage, además de otros representantes de los gobiernos de Ecuador, Dominica y Uruguay.
El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, firmó la adhesión de su país al ALBA y de inmediato recibió el grado de «comandante» conferido por Chávez, quien además aprovechó el acto para defender los principios de «solidaridad» y «reconocimiento de las asimetrías» que se daría en el marco de la alianza política que promociona desde hace varios años atrás.
En tanto, las organizaciones feministas de Honduras se movilizaron para protestar contra la presencia de Ortega en el país por el delito de violación que ya prescribió en Nicaragua, aunque existe una creciente condena internacional.
El Movimiento por la Paz «Visitación Padilla», agrupación feminista de tendencia izquierdista y conocida como «Las Chonas», encabezó la protesta contra Ortega. Además, la directora del Instituto Nacional de la Mujer (INAM), Selma Estrada, renunció a su cargo para rechazar esta visita. Un similar movimiento femenino ya frustró la visita de Ortega a Asunción-Paraguay para la toma de juramento de Fernando Lugo a la Presidencia de ese país.
Durante el acto en Tegucigalpa, la seguridad que rodeó a Ortega fue reforzada para evitar inconvenientes con los grupos que reclaman justicia a favor de Zoilamérica Narváez, quien acusó Ortega en 1998, de violarla desde que era una niña, pero en Nicaragua, una juez de declarada militancia oficialista dio por cerrado el caso.
El argumento de la jueza en su momento fue que el delito había prescrito, pero aún sigue abierta la posibilidad a nivel de una comisión de la Organización de Estados Americanos (OEA).