Las petroleras paralizan sus actividades.
El Diario.
La explotación de hidrocarburos continúa, pero no se aumentan reservas porque no hay exploración ni explotación.
• Las declaraciones del presidente Evo Morales, en Cochabamba hace unas semanas atrás, sobre lo legal e ilegal han puesto en duda sobre sus actos y el respeto a las normas.
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La creciente inseguridad jurídica que existe en Bolivia ya no es suficiente para explicar el descalabro de las inversiones petroleras en exploración y producción en el país. Ahora toman en cuenta las palabras del propio presidente Evo Morales quien asustó a los inversionistas al reconocer que no respeta el Estado de derecho y que, como consecuencia inmediata, ha llevado a la paralización de las inversiones de las petroleras española Repsol–YPF y la brasileña Petrobras.
La desconfianza que inspira el presidente Morales explica la ausencia de inversiones en todos los campos, pero de manera especial en explotación petrolera, que se manifiesta en el estado de las reservas y en el menguado nivel de producción.
Morales admitió hace unos días que, pese a los consejos contrarios de su equipo de juristas, de manera consciente adopta acciones ilegales para aplicar sus reformas, pero después pide a sus asesores que legalicen sus atropellos a la ley.
«Cuando algún jurista me dice: ‘Evo te estás equivocando jurídicamente, eso que estás haciendo es ilegal’, bueno yo le meto por más que sea ilegal. Después digo a los abogados: ‘si es ilegal, legalicen ustedes, ¿para qué han estudiado?», dijo Morales en el departamento de Cochabamba. Además, admitió que «por encima de lo jurídico, está lo político'».
El constituyente José Antonio Aruquipa Z. dijo a «La Vanguardia» de España que Morales ratifica lo que era un secreto a voces: no respeta la ley, impone su voluntad por más que sea ilegal.
«Tal afirmación explica la causa de la crisis institucional, política, económica y regional que empuja al país al borde de la división, la confrontación y el caos. Provoca la destrucción sistemática de la democracia para imponer la evocracia (o autocracia de Evo Morales)», afirmó Aruquipa.
Dirigentes del partido opositor Podemos denunciaron que la «confesión» de Morales justifica «la destrucción de la democracia». El senador Luis Vásquez dijo: «Evo destruye el orden institucional y crea desorden colectivo».
Sin inversión
La Vanguardia da cuenta que ni Repsol ni Petrobras, dos de las multinacionales que decidieron quedarse en Bolivia, invierten un solo dólar que no esté destinado a conservación y mantenimiento de los pozos de gas y petróleo.
En contrario, no invierten nada en exploración de nuevos yacimientos. Tras la nacionalización de los hidrocarburos, las petroleras se han convertido en empresas de servicios, como contratistas del Estado para explorar a su riesgo.
La investigación más reciente (junio de 2008) del Instituto Fraser de Canadá, sobre facilidades a la inversión, destaca que Bolivia es el país con más barreras en exploración y producción petrolera.
El estudio incluyó a ejecutivos y profesionales que prestan servicios a más de 250 empresas de exploración y producción petrolera y que son quienes toman las decisiones de dónde invertir y dónde no.
El resultado de la investigación es que Bolivia es el país (o la jurisdicción) en el que más barreras existen para las inversiones en exploración y producción petrolera. El segundo país es Ecuador y el tercero es Venezuela.
Los tres países fueron calificados en el mismo rubro como «los peores» también el año 2007, pero Bolivia ocupó siempre el puesto número uno en descalificación.
Mejor calificados para la inversión aparecen países tan conflictivos y riesgosos como el Chad, Irak, Nigeria y Sudan. El segundo es Ecuador y Venezuela el tercero.
«Las recurrentes amenazas del presidente Morales contra las multinacionales petroleras para revertir las áreas de trabajo a la estatal boliviana YPFB si no invierten, es la mejor prueba de la reticencia de las empresas a seguir colocando capitales en un país calificado de alto riesgo. Si las empresas que ya están en Bolivia desde hace más de 10 años y conocen el medio creen que no es el momento de invertir en Bolivia, mucho menos lo harán las empresas que consideran una suerte no haber invertido en el país en la década de los 90’s», afirma La Vanguardia.