El Mundo
El Director
Recuerdo una entrevista con Carlos Palenque quien me enseñó la diferenciación del «cholo», no es un concepto racial sino de comportamiento, no es cultural sino es una perversión, según Palenque el «cholo» es el canalla que siempre anda con un puñal bajo el poncho, lo del poncho es su naturaleza. En esta viña del señor uno termina conociendo al hombre en sus facetas y sus miserias pero confieso que no había conocido al verdadero «cholo» miserable al que hacía referencia Palenque, hasta hoy.
Existe un gusano que adquiere diversas metamorfosis para engañar, lo mismo le da ser un declarado defensor de los Derechos humanos que un cínico cómplice de las matanzas del gobierno de Evo-Chávez mediante su operadores Juan Ramón Quintana y el peor que responde al nombre de Sacha Llorenti , hace días que vemos a este personaje en los medios de Comunicación dándose a la tarea de responsabilizar la matanza de Cobija en el Prefecto Fernández, primero aparece dando a conocer la conformación de una comisión (lo cual es lo mas justo), luego señala que este comisión debe estar conformada por los miembros del congreso sin la participación de la oposición (dudoso), mas tarde señala que los muertos pasan la veintena y se acercan a la treintena y el responsables es Leopoldo Fernández quien -según Sacha «cholo» Llorente- habría contratado a sicarios del narcotráfico provenientes de Brasil y Perú, sin necesidad de investigación alguna él ya tenía su responsable y sin sangre en la cara identificó al Prefecto de Pando, más tarde cuando se producía el dialogo entre el responsable de la voz de los Prefectos y el Gobierno sale el cínico de Llorenti señalando que Leopoldo Fernandez contaba con una pena de treinta años de cárcel sin posibilidad de libertad condicional y que ser autoridad no le serviría de nada ya que por ser un crimen de lesa humanidad seria perseguido por el mundo, esta solo es una payasada de los que tratan inútilmente de zafar de su responsabilidad en los actos de Cobija, cuando desde el Lunes (tres días antes) se denunció en un programa nacional (sin letra chica) que el Ministro Quintana estuvo en Riberalta buscando y pagando «campesinos» para atacar a Cobija y al prefecto de dicho departamento, fue la crónica de una muerte anunciada y hoy pretenden culpar a otros sin esperar que una comisión internacional investigue.
Me pregunto porqué el Ministro protector de la muerte -Sacha- no se pronunció cuando la actual ministra de Justicia Celima Sosa y el Senador Omar Fernández presenciaron como se asesinó con saña a Cristian Urresti Ferrel de 17 años en Cochabamba, con la misma saña que Evo Morales y la cocalera Margarita Terán observaron los cadáveres del Teniente Andrade quien vio como violaban a su esposa, luego los asesinaron a ambos y lograron desaparecer sus cadáveres y hoy los camaradas del Teniente Andrade son cómplices de sus asesinos, que moral de mierda tiene Sacha Llorenti para señalar, acusar, sentenciar, acaso es juez, fiscal cuando su papel solo llega a verdugo de los Bolivianos que no se callan ante la infamia, de la misma forma que no callamos antes hoy menos cuando los impostores se apoderaron del estado para entregárselo a Chávez.
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Ayer se sacó a la Prensa nacional e internacional de Cobija solamente para preparar el escenario de una farsa donde los asesinos hoy son los denunciantes, cuando en Cobija no murieron ni masistas ni autonomistas, murieron bolivianos por el odio de Evo, esos muertos hoy solo son instrumentos de propaganda, pero para los familiares es un hueco en el alma de dolor causado, los muertos mañana solo serán números de estadísticas malditas, es por eso que demandamos la verdad de lo sucedido y que todos gritemos no más muertes, no más impostores como Sacha Llorenti.