Se comercializa unos 100 taques de hoja de coca al día.
Adepcoca y Cofecay anunciaron que no permitirán la legalización de ese centro de abasto.
El Viceministerio del rubro analiza la situación y prefiere guardar silencio.
LA PRENSA
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Calle Santa Rosa: ambientes del otro centro de expendio de coca
Un mercado paralelo de coca funciona a dos cuadras del legalmente establecido de Adepcoca, en Villa Fátima, y es administrado por productores de Caranavi y Apolo, además de detallistas, aglutinados en la Federación Nacional de Comerciantes Minoristas en Hoja de Coca al Detalle de Bolivia (FNCMCDB). El Viceministerio de la Coca se limitó a decir que evalúa la situación.
Ni la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca) ni el Consejo de Federaciones Campesinas de los Yungas (Cofecay) están de acuerdo con su funcionamiento, por lo que exigirán al Gobierno que se cumpla la Ley 1008 y el reglamento de Comercialización de la Hoja de Coca, que sólo reconoce a los mercados de Villa Fátima, en La Paz, y de Sacaba, en Cochabamba.
El secretario ejecutivo de la FNCMCDB, Severo Aguilar, explicó que el mercado funciona desde 2001 en el marco de un convenio de los colonizadores de Caranavi y Apolo (quienes producen coca ilegal) con el Gobierno, y de una resolución administrativa aprobada por el ex viceministro de la Coca y Desarrollo Integral Félix Barra en la actual gestión gubernamental.
Este tercer centro de abasto funcionaba hasta hace algo más de una semana en la calle Milliguaya (Villa Fátima), en un ambiente pequeño de 97 metros cuadrados, donde, según Aguilar, la coca se vendía en la misma calle. Pero ahora lo hace en sus nuevas instalaciones de 1.000 metros cuadrados, adquiridas en 320.000 dólares, en la calle Santa Rosa, donde se habilitarán seis espaciosos galpones.
«El mercado de Villa Fátima está autorizado por la Ley 1008 y éste es diferente porque está en situación de convenio. Adepcoca nunca quiso recibir a Caranavi y Apolo fue expulsado. Estos sectores han sido marginados, por lo que buscaron un nuevo ambiente. Se podría decir que es una sucursal de Adepcoca».
El vicepresidente de Adepcoca, Ángel Miranda, dijo que «el Gobierno debería intervenir y cerrar, nos declaramos en emergencia. El 29 de septiembre, en un ampliado, evaluaremos la situación, pero que funcione un tercer mercado no lo vamos a permitir porque la ley no lo autoriza, no es legal».
Mientras el secretario de Relaciones de Cofecay, Nelson Delgadillo, rechazó «un tercer mercado que no está legalmente autorizado, porque es una amenaza a la unidad de las organizaciones sociales, a incentivar la producción de coca, a luchar contra la expansión y limitar la zona tradicional».
La coca procede de Apolo y de Caranavi que comprende las regionales de Taypiplaya, Carrasco La Reserva y Alto Beni. Diariamente comercializa cerca de 100 taques (un taque equivale a 50 libras) y proyecta triplicar esa cantidad.
El mercado de Adepcoca, según Miranda, comercializa en invierno entre 600 y 700 taques por día, y el resto del año un promedio de 1.400 taques diarios.
Aguilar informó que forman parte de la FNCMCDB más de 50 organizaciones de todo el país, más de 5.400 detallistas, y la coca que se vende es llevada al interior y regiones fronterizas. Añadió que, en el marco de la política de erradicación de la hoja de coca en los Yungas, no está autorizado el ingreso de nuevos productores y tampoco que se expidan nuevas licencias, en tanto el estudio de mercado no lo determine.
A diferencia de Adepcoca, que cobra 30 bolivianos por el uso del mercado, aseguró que la FNCMCDB no percibe nada, porque «vivimos de las cuotas sindicales de 5 bolivianos».
Calificó como buenas las relaciones con el Gobierno, especialmente con el viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, aunque reconoció que hay una excepción con el viceministro de la Coca, Gerónimo Meneses, porque en su condición de ex dirigente de Adepcoca se parcializa supuestamente con esa organización.
«Uno de los objetivos —adelantó el dirigente— es pedir al Gobierno que tome en cuenta a este mercado legal, no con convenios ni resoluciones administrativas, que tenga un rango superior».
«Tenemos y estamos de acuerdo con los mecanismos de control de la Dirección General de Comercialización e Industrialización de la Hoja de Coca (Digcoin) y del Grupo Especial de Control de la Coca (GECC)».
La Federación proyecta industrializar la coca, comenzando con los mates de la hoja.
Tras la legalidad
Uno de los objetivos del mercado paralelo es pedir al Gobierno que reconozca su funcionamiento.
Adepcoca y Cofecay anunciaron que no permitirán la legalización de ese centro de abasto.
El Viceministerio del rubro analiza la situación y prefiere guardar silencio para evitarse líos.
En el nuevo mercado se advierte una febril actividad para habilitar los nuevos galpones.