Cultivo de coca en La Asunta creció en más de 50% en 6 años.
Se perfila para ser el nuevo Chapare. Cosechan hasta 40 ‘taques’ cada 2 meses. Cada uno vale aproximadamente Bs 1.200
Roxana Escobar N | rescobar@eldeber.com.bo
Cosecha. En distintas laderas de los cerros se puede observar cultivadores de coca. Las plantaciones en la zona se pueden ver desde la distancia y han sustituido a otros cultivos tradicionales.
Hay 15 comunidades cocaleras nuevas que están en ‘zona roja’
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Cuando los rayos del sol se posan sobre el Illimani, parte el bus de la urbe paceña hacia La Asunta, población distante a 250 km, en la zona denominada Sud Yungas. Son nueve horas de viaje desafiando la muerte y sorteando curvas cerradas y precipicios. Pero los yungueños parecen tener nervios de acero y no se inquietan cuando el bus retrocede para dar paso a otro que viene en sentido contrario, en un camino sinuoso de tierra, diseñado para circular en un solo sentido.
Mientras el bus sube y baja las altas y húmedas serranías, hombres y mujeres combaten el hambre y la sed con la hoja de coca y el ‘bico’. Muchos de abarcas y polleras lucen relojes que llaman la atención y es un elemento más que habla del cambio que ha habido en esta zona.
El progreso de los últimos años ha sido asociado a la producción de hoja de coca. Y no es mentira. ¡Cómo ha cambiado La Asunta! “Sí pues, gracias a la coca ha progresado bastante”, afirma la dueña de un céntrico alojamiento, luego calla porque aquí hablar abiertamente del tema no es una opción. Sin embargo, parte del auge de la coca está a la vista. Es normal que los pobladores aprovechen las jornadas calurosas para secar las hojas de coca en plena vía pública.
Antes, La Asunta era un pueblito chico con casas de adobe; ahora en cada cuadra se construyen viviendas, restaurantes y locales hechos de material. Sólo en el área urbana tiene seis restaurantes y siete alojamientos, con televisión por cable, baño privado y piezas subterráneas.
Florentino Rojas, oficial mayor del municipio, reconoce que la coca es atractiva en la región de Yungas. “Aquí no hay hambre, hay futuro”, dice. Hace ocho años La Asunta comenzó a despegar y se ha convertido en el municipio más grande de Sud Yungas. Tiene sus principales vías pavimentadas y una terminal de buses. Ésto no sólo se debe a la coca, sino también a los cítricos y café, aclara Rojas, aunque no tiene cifras para demostrarlo.
Los cerros que rodean la comunidad están cubiertos por mantos de coca. El florecimiento económico fue como un imán para muchos potosinos, orureños y de municipios aledaños que llegaron atraídos por el buen precio de la hoja verde en el mercado nacional. Siguani, Asunta Chica y Primero de Julio figuran entre las comunidades que llevan pocos años de creación.
Las federaciones han prohibido nuevos asentamientos, pero no hay forma de evitarlo. La Asunta acoge a gente venida del altiplano, que de lo contrario tendría que mendigar. “Ahora tienen una vida más digna, gracias a los cocales”, asegura, el dirigente Jhonny Paniagua.
La coca ha sido el cultivo elegido y eso está a la vista. Antes de llegar a La Asunta, así como a Chulumani, un municipio vecino, a ambos lados del camino se pueden observar sólo cultivos de coca. Este sector de Yungas, que ya fue conocido por sus plantaciones de cítricos, bananas y café, hoy tiene el 90% de su economía sustentado en la hoja de coca y el resto en los cafetales. “Ya no hay cítricos”, admite Paniagua, y culpa al proyecto alternativo. Considera que fue distraccionista, ya que si bien apoyó cultivos distintos y el mejoramiento de caminos, no garantizó mercados; contrario a lo que sucede con la coca.
“Mi suegra tenía que botar la mitad de las naranjas que cosechaba, porque se podrían y el resto sólo cubría el costo del transporte”, cuenta. Para entender mejor, hay que analizar cuánto cuesta producir un racimo de plátano. Es pesado, se debe esperar hasta que esté a punto, hay riesgo de que se fregue y cuesta transportarlo, para venderlo en Bs 35. Es un proceso complicado, muy distinto al de la coca. Un ‘taque’ (50 libras) de coca en La Asunta está en Bs 930 y sube hasta Bs 1.200 en La Paz.
Los detalles de producción tampoco tienen comparación. La hoja de coca en zonas bajas se puede cultivar cada dos meses (en las altas, cada tres), es más liviana, su transporte es menos complicado, no se arruina y tiene mejor precio.
Este fenómeno hizo que sus pobladores amplíen sus cultivos de coca. Desde 2002, el municipio de La Asunta muestra un incremento (ver gráfico), según la oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. En esto también influyó que la inversión en desarrollo alternativo estuvo más concentrada en Chapare (Cochabamba) que en Yungas. Precisamente una manera de evitar el monocultivo de la coca y diversificar la producción y evitar el deterioro de sus tierras, son las 300 ha de cultivos de café hasta 2006, muchos veces mal manejados o abandonados, que hoy se están reimpulsando con el proyecto Jatun Sacha (árbol grande en quechua). A esto se suman las 142 ha de plantaciones forestales, sobre todo huaicucho o tejeyeque.
Chapare actualmente representa un 30% de los cultivos del país; el 69% está en Sud y Nor Yungas, y el 1% en Apolo.
En 2002, La Asunta registraba 2.678 ha de coca y subió a 4.028 ha en 2007, un aumento del 50,4%. Yungas en total tenía 18.100 ha en 2005. Incrementó un 5% con relación a 2004 (17.300 ha). El campesino Evaristo Laime Colque reconoce que La Asunta hace quedar mal a Yungas. “El Presidente nos ha planteado una racionalización, pero concertada”, dijo. Es un plan por ejecutarse. Mientras tanto, los vehículos salen a diario cargados con ‘taques’ de coca, considerada una carga preciosa, tanto que a los dueños no les pesa viajar encima de las bolsas, a manera de custodiarlas.
Cifras verdes
Yungas (La Paz)
19.800 ha
Hasta 2006 registraba 18.900 ha, cifra que se incrementó en un 5%, según el monitoreo.
Chapare (Cochabamba)
8.800 ha
Es la extensión hasta fines de 2007, debido a que el año pasado subió un 6% (7.800 ha).
Apolo (La Paz)
300 ha
Es la zona que menos cultivos de hoja de coca reporta. No registró ningún incremento.
Lo permitido
12.000 ha
Ésa es la cantidad de coca permitida por la Ley 1008 (42% del total de cultivo); están incluidas en las 28.900 ha.
Ubicada en Sud Yungas, La Asunta registró en los últimos seis años un crecimiento del 50% de sus cultivos de coca. Este boom se lo siente en la economía del pueblo.