Programa: ENEMIGOS INTIMOS
Radio: FIDES
Entrevistado: Juan Antonio Morales (ex presidente del Banco Central de Bolivia)
EL PROBLEMA YA NO VA SER DE INFLACIÓN, SINO SERÁ MÁS BIEN DE DEFLACIÓN
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P.- ¿La economía boliviana va a seguir bien?
Hay un contexto internacional muy complicado, y Bolivia está inserta en ese contexto. Entonces, los tres años anteriores han sido de una gestión económica muy fácil, en los años siguientes se va a tener más dificultades.
P.- Bajó el precio del petróleo, algunos dicen que bajará el gas, hay crisis en Potosí, y la respuesta del Gobierno, ministro Arce, es que tenemos un blindaje.
La economía está blindada cuando tiene altas tasas de inversión, cuando tiene un crecimiento sostenido, cosas que no han pasado en Bolivia. Pero también es cierto que tener una situación de casi $us.8 mil millones en reservas en mucho mejor que no tenerlas.
Hemos estado muy favorecidos con la evolución muy favorable de los precios internacionales. Los precios han evolucionado, en el sentido bueno para el país, hasta mediados de este año. A partir de julio, agosto, los precios comienzan a declinar y durante mucho tiempo se había pensado que los precios de materias primas se mantendrían con el argumento de que China e India sostendrían la demanda y que se habían “desligado”, desacoplado, del resto de los precios de los activos financieros y de otros precios de la economía. Eso no está sucediendo, en opinión de todos los expertos en esta materia los precios de las materias primas van a seguir la misma evolución que los precios de las acciones financieras, entonces pudieran caer también. De hecho hay pronósticos relativamente pesimistas.
No puedo hacer pronósticos, pero puedo decir que los precios actuales son generalmente los mejores indicadores de lo que puede pasar en el futuro.
No somos grandes exportadores de petróleo, pero no hay que olvidarse que el precio del gas está ligado al del petróleo, en realidad a una canasta de combustibles, y que se ajusta con un desfase de tres meses. Entonces, las repercusiones a la caída del precio del petróleo probablemente no se sientan en este año, y recién el 2009. El sector más afectado en esto será el sector fiscal.
P.-¿Qué ha pasado que la crisis es tan radical a nivel mundial que los expertos han quedado desubicados?
Los expertos se han equivocado en grande, porque no han tomado en cuenta una crisis de confianza muy grande que se ha producido en los mercados financieros americanos y europeos. Y las crisis de confianza son sumamente difíciles de manejar, haga uno, diga lo que diga, si la gente no cree es espantoso.
Ha sido sorprendente que un paquete tan grande de $us.700 mil millones no haya podido para la hemorragia financiera, entonces ahí hay un problema de credibilidad sumamente grave y difícil de manejar.
P.- Primero, el problema es que no hay economía de referencia; segundo, no solo la crisis tiene que ver con la confianza, sino con el crédito que es la herramienta financiera más importante, y si no hay confianza en el crédito, los futuros, que tiene que ver con la compra de minerales y de petróleo se están derrumbando, y si nadie quiere arriesgarse a futuros, quién va a comprar zinc o petróleo a futuro.
La causa más superficial de la crisis es esta restricción crediticia, el crédito se ha secado, entonces las empresas se agarran a su plata. En las sociedades industriales el crédito es como el combustible, y si falta el crédito es como si faltará combustible.
La recesión no ha aparecido, pero el peligro está latente. Los últimos datos de actividad económica en Estados Unidos no han crecido nada. Pero el problema no se limita a los Estados Unidos, en Europa es casi tan grave, o peor.
Hay una cierta tensión entre las autoridades económicas y monetarias del país entre la verdad y la responsabilidad. ¿Cómo se juega entre la verdad y la responsabilidad?
No quisiera criticar a las autoridades diciendo que no están contando todo lo que está pasando, porque tampoco pueden afectar expectativas negativamente, crear situaciones de pánico. Pero al mismo tiempo tienen que explicar sobre todo diciendo cuáles son las medidas que están tomando de protección y, si tienen, un plan de contingencia.
Esperemos que nada grave vaya a suceder, en parte porque es cierto que Bolivia está aislada de los mercados internacionales, pero si la situación se deteriorara en los países vecinos, si los precios de nuestras exportaciones cayeran todavía más, que puede hacerlo, hay que tener un plan de contingencia.
Dentro de un plan de contingencia un elemento central es el de la política cambiaria.
P.- Todo lo que vaya a ser responsabilidad y verdad tiene que ser efectivamente manejado con cuidado, pero otra cosa es ocultar, “maquillar” las verdaderas cifras, por ejemplo sobre la inflación. Además, se ha buscado otros parámetros para medir la inflación, incluso el INE ha cambiado por 4 veces a su director, tremenda inestabilidad.
P.- Yo creo que la evaluación ya no sirve para evaluar el pulso de la economía, discutimos sobre la inflación, y el problema va en sentido de cómo manejamos el flujo.
Sé que el que explica se complica. Pero en determinados momentos hay que explicar, y explicar claramente. La política del Banco Central de apreciación del boliviano en lo esencial ha sido correcta, y han fallado en la comunicación, no han explicado por qué lo estaban haciendo.
El problema ya no va ser de inflación, sino será más bien de deflación, que es una inflación negativa, que los precios caigan. Importar inflación es negativa para la economía, porque quita actividad económica, quita mercado a la producción nacional, quita mercado a la producción nacional, quita empleo.
La crisis es profunda y es amplia, ha tocado a muchos sectores y a muchos países. Pero también tengo la esperanza que ésta sea una crisis de corta duración. Y fundo mi esperanza en el hecho que la economía americana es sumamente flexible y que tienen grandes crecimientos a la productividad.
En relación a los precios de los alimentos, los precios del trigo, del maíz, de la soya, han estado bajando fuertemente. En el caso de la soya la caída del precio es asustadiza, incluyendo el aceite de soya, entonces todas las medidas que tomó la que era ministra en ese momento (Susana Rivero, ministra de Agricultura? de prohibir exportaciones fueron prematuras. Se penalizó a un sector al que después los mercados igual penalizaron.