Editoriales y portadas de periódicos

Los Tiempos / El litio en la agenda nacional

La Estrella del Oriente/ Vienen por el territorio

El Nuevo Día / Fidel, Chile, Bolivia y el mar



Opinión / Los compromisos internacionales deben ser cuidadosamente establecidos

La Prensa / La “institucionalización” de los cargos públicos

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La Razón / Cuba pide mar, Bolivia calla

El Mundo / Alcalditis aguda

El Deber / Siguen las ilegalidades

Portadas


Los Tiempos / El litio en la agenda nacional

Mucha información, análisis y reflexión es lo que se requiere, y nada de eso está por ahora disponible

Diecisiete años después de haberse frustrado el primer intento hecho para explotar las ingentes reservas de litio que alberga el Salar de Uyuni, el tema ha vuelto a ocupar un lugar destacado en la agenda nacional, aunque esta vez en circunstancias muy diferentes a las que ocasionaron el fracaso de las negociaciones que en aquel entonces se realizaron con la estadounidense Lithco.

Vale mucho la pena recordar aquella experiencia, pues de ella pueden extraerse lecciones muy útiles para el presente y lo porvenir. Es que aunque las circunstancias hayan cambiado, y mucho, en lo esencial el problema es el mismo y las dudas que en aquella oportunidad impidieron que Bolivia se ponga a la vanguardia en la explotación de un recurso con tanto futuro se asemejan mucho a las que hoy se deben afrontar.

Como se recordará, en las postrimerías del gobierno de Víctor Paz Estenssoro se suscribió un contrato con la estadounidense Lithco en condiciones que, posteriormente, durante el período gubernamental de Jaime Paz Zamora, fueron modificadas en términos poco favorables a nuestro país. Muchas sospechas de corrupción inflamaron sentimientos nacionalistas y la movilización del pueblo potosino y la incapacidad del Gobierno para justificar lo hecho lo obligaron a dar marcha atrás.

La empresa a la que se negó la participación en el negocio no lo lamentó mucho. Se fue a otras latitudes con sus capitales y tecnología pues aunque las reservas bolivianas son muy importantes, no son las únicas disponibles, ni mucho menos. Es decir, son atractivas pero no imprescindibles.

Entre los factores que difieren entonces a ahora, hay dos principales: en lo económico, que la crisis energética mundial ha ocasionado un incremento de la demanda y por lo tanto de los precios del litio. En lo político, quienes gobiernan son los mismos que tan tenazmente se opusieron a la “entrega” de los recursos del salar de Uyuni a capitales foráneos.

Entre las similitudes, no ha variado nada el temor de que tan importante negocio sea realizado por funcionarios ineptos y corruptibles, que al tomar las decisiones no lo hagan poniendo los intereses nacionales de largo plazo por encima de la fácil obtención de ventajas particulares y réditos inmediatos.

Con esos antecedentes, y para evitar volver a cometer los errores del pasado, lo más conveniente parece ser actuar con plena consciencia de que éste es un tema que sólo puede ser correctamente abordado si se lo hace con la mirada puesta en el largo plazo más que en las urgencias inmediatas. Mucha información, análisis y reflexión es lo que se requiere, y nada de eso está disponible pues la transparencia no es una de las virtudes de quienes tienen en sus manos tan importantes decisiones.

La Estrella del Oriente/ Vienen por el territorio

El Nuevo Día / Fidel, Chile, Bolivia y el mar

El Gobierno boliviano ha reaccionado con prudencia en relación al tremendo sofocón que han causado en Chile las declaraciones del líder cubano Fidel Castro, quien llegó a extremos que no había llegado nadie de su talla en los 130 años que han transcurrido desde la pérdida del Litoral. Evo Morales no perdió la oportunidad de hacerle una reverencia a su padre espiritual, pero salvo esa reacción que crispó aún más los nervios de la clase política santiaguina, todos, incluyendo los más acérrimos exponentes del discurso antichileno en Bolivia, muchos de los cuales forman parte del MAS, han mantenido una disciplina ejemplar, evitando a toda costa echarle más leña a esta hoguera que se armó en la nación transandina.

En Chile sucedió todo lo contrario. La oposición no podía dejar pasar la ocasión de acentuar el ridículo que pasó la presidenta Bachelet tras su encuentro con Fidel Castro en La Habana. Lo hizo por motivos electorales y porque ellos representan al sector que niega la existencia de un tema pendiente con Bolivia y les conviene llevar el asunto marítimo a extremos conflictivos, con el objetivo de echarle tierra al proceso de acercamiento entre ambos países, en el que también se incluye un diálogo sobre el mar, conversaciones que se mantienen en absoluta reserva y de las cuales los pueblos boliviano y chileno no conocen los avances.

Gracias a ese camino de “construcción de confianzas” iniciado por los gobiernos de Bachelet y Morales, Chile había conseguido borrar durante tres años el tema marítimo de su agenda internacional, un logro diplomático de gran relevancia para su imagen de nación moderna e integrada plenamente en el contexto mundial. En ese sentido, tiene razón el principal representante de la oposición chilena cuando afirma que lo de Castro ha representado un gran retroceso en lo que se había conseguido.

Desde el punto de vista boliviano, el incidente ocasionado por el octogenario líder socialista sirve para reflexionar sobre el horizonte que posee el proceso de diálogo que llevan con mucho entusiasmo los presidentes de ambos países, que por ahora sólo ha dado frutos en el campo político, como lo fue el formidable apoyo de la Unasur y de Bachelet en especial, en el caso Pando hacia el presidente Morales. Para Chile, la ganancia no ha sido poca cosa, pues además de haberse sacado de encima por tres años consecutivos el machacón y quejumbroso reclamo marítimo boliviano, acaba de dar por finiquitado hace muy poco el conflicto sobre las aguas del Silala.

Los únicos en Chile en interpretar este incidente desde una óptica integral han sido los miembros del minoritario Partido Comunista, quienes le han pedido al Gobierno, del cual forman parte, solucionar de una vez el conflicto con Bolivia. Y en honor a la verdad, ya sea con la vehemencia con la que hablaron Castro y los opositores chilenos o con la disposición con la que reaccionaron los comunistas del país vecino, el tema marítimo puede volver otra vez al tapete y no precisamente de la mano de la cordura manifestada esta vez en Bolivia. ¿Existirá en ese momento una respuesta concreta hacia la opinión pública? ¿O se oirán entonces más cantos de sirena?

El incidente provocado por Fidel Castro sobre el tema marítimo, debe servir para reflexionar sobre la marcha del diálogo con Chile.

Opinión / Los compromisos internacionales deben ser cuidadosamente establecidos

No está mal que los gobernantes amplíen las relaciones internacionales del país. Deben hacerlo sobre la base de estudios cuidadosamente elaborados, las improvisaciones e imposturas, se descubren más temprano que tarde. Algunos países del mundo no tienen el menor inconveniente en aprovecharse de la ingenuidad de políticos que representan a los países pobres y atrasados.

Hemos dicho varias veces que algunos problemas de los países pequeños se resuelven más afuera que adentro. El tema financiero, por ejemplo, puede ser encauzado, con certidumbre, en organismos internacionales como el BID, el Banco Mundial, incluso el Fondo Monetario Internacional. El desarrollo económico se hace muy difícil, sin penetrar en los grandes mercados del mundo. Por eso, lo que Ricardo Anaya dijo: “autoabastecerse para subsistir y exportar para crecer”, es la manifestación simbólica de la política que deben aplicar los países pobres y atrasados.

Sin embargo, las acciones que los países de la periferia desarrollan en el frente externo, deben ser cuidadosamente concebidas y ejecutadas. Gestiones improvisadas o simplemente políticas son no sólo inútiles, sino perjudiciales, despotencian a los Estados involucrados en ese comportamiento descuidado. En materia de inversiones extranjeras, las relaciones internacionales deben fundarse en estudios de factibilidad completos y, obviamente, sustentables en cualquier escenario. El mercado más grande del mundo, a pesar de la crisis, sigue siendo Estados Unidos de Norteamérica.

El tamaño de los mercados internacionales está determinado no sólo por la cantidad de su población y menos por la extensión de su territorio, sino por la capacidad de compra de su gente. El ingreso por persona de los norteamericanos está por encima de los 30.000 dólares por año, esto quiere decir, que una persona de ese país puede comprar más de 20 veces de lo que compran los habitantes de muchos países de América, África y Asia. Los países que no llegan a EEUU, difícilmente mejoran su balanza de pagos, los otros mercados son muy distantes y con obstáculos estructurales difíciles de remontar.

No es malo ampliar las relaciones comerciales y de otro tipo con países más distantes como Rusia, si se actúa con planes bien elaborados, con plena soberanía y con representantes capaces de asumir, eficientemente, la defensa de los intereses nacionales, es posible lograr resultados que contribuyan al desarrollo nacional. Rusia puede comprar muchos productos bolivianos y contribuir a la industrialización de recursos naturales importantes. Todo depende de la seriedad con que se amplíe la representación boliviana en el extranjero. Además de representantes diplomáticos capaces, internamente es imprescindible una buena administración pública.

Este es uno de los campos más importantes y delicados donde, tarde o temprano, se descubre lo que hacen los políticos, hay gestiones que se llevan a cabo sólo con fines propagandísticos, para agrandar artificialmente la imagen del partido gobernante o de sus líderes y como no puede ser de otro modo hay también hechos inteligentes, honestos y, evidentemente, patrióticos dignos de aplauso y apoyo. Los acuerdos que se han firmado entre Bolivia y Rusia tendrán que ser cuidadosamente analizados cuando se conozca el verdadero contenido y las proyecciones nacionales de estos tratados.

La Prensa / La “institucionalización” de los cargos públicos

Una de las medidas que mayor daño dejó al país el paso por el Gobierno de los partidos políticos es la “partidización” de los cargos públicos.

El actual Presidente de YPFB anunció el despido de varias decenas de funcionarios, no dijo las razones de tal “masacre blanca”. Se sabe que durante la gestión de Santos Ramírez el personal de la petrolera se triplicó, lo que, sumado a los hechos de supuesta corrupción, justificaría la racionalización de ese personal; sin embargo, según funcionarios de la petrolera, se procedió a la contratación de nuevo personal ¿A quiénes se despidió? ¿A los que tienen vínculos con los actos de corrupción o sólo a los que no tienen militancia masista? ¿Cuántos de los recién despedidos trabajaban en la empresa antes de asumir el presidente Morales el Gobierno?

Hace pocos meses don Evo Morales afirmó que los funcionarios que, sin ser militantes del Movimiento Al Socialismo, aún trabajan en la administración pública sólo se abocan a boicotear las medidas adoptadas por su Gobierno. Aquellas palabras del Presidente no eran otra cosa que una invitación a echar de su cargo al funcionario que no milita en el MAS, sin interesar su capacidad, experiencia u honestidad. Quien tanto abominó de los gobiernos neoliberales que lo han precedido, no sólo adopta sus “estilos”. Ahora busca perfeccionarlos.

Es que una de las medidas que mayor daño dejó al país el paso por el Gobierno de los partidos políticos es la “partidización” de los cargos públicos. La norma adoptada desde la instauración del sistema democrático hizo de los cargos públicos un verdadero fundo, que los partidos utilizaban para atraer nuevos militantes a los que, a su vez, utilizaban en campañas políticas. Quien deseara un cargo en la administración pública no tenía otra cosa que inscribirse en el partido de Gobierno, sin interesar su capacidad, títulos profesionales o antecedentes en cargos anteriores.

Debemos reconocer que —aun durante los gobiernos neoliberales— la mayor fuente de empleos en Bolivia se concentra en las instituciones del Estado, por lo que los partidos políticos tenían en ellas una mina para atraer militantes. Obviamente, este curioso estilo de gobernar incrementó en proporciones alarmantes la corrupción funcionaria que con el tiempo intentó cimentarse a través de la denominada “institucionalización” funcionaria. Sin embargo, en muchos casos se dijo que quienes ganaban esos exámenes siempre eran los militantes del partido de Gobierno.

El Gobierno del MAS parece haber asumido aquel “estilo”, por lo menos así se denunció en ocasión de los exámenes de competencia convocados por el Ministerio de Educación para ocupar las direcciones de los colegios estatales que, según maestros y padres de familia, fueron ganados sólo por militantes masistas. La posición del Ejecutivo en torno a este tema debe ser revisada pues dar prioridad a la militancia política en lugar de la capacidad, experiencia y honestidad funcionarias es una medida que no sólo perjudica a la administración pública, sino al desarrollo integral de nuestro país.

La Razón / Cuba pide mar, Bolivia calla

¿Por qué ocurre esto, aparte de la manifiesta ineficiencia de la Cancillería, que, por lo demás, no se reduce a este tema? ¿El Presidente no habrá vendido caro el apoyo de Bachelet en la impresentable actuación de la Unasur por el caso de los hechos de Porvenir?

Han sorprendido a todos —también al propio gobierno de Evo Morales— las referencias de Fidel Castro a la presidenta Michelle Bachelet, respecto del enclaustramiento boliviano, en la visita oficial a Cuba de la dignataria chilena.

El hecho de que el líder cubano hubiera abogado por una solución al problema marítimo de Bolivia —que calificó como un daño y una “humillación histórica”— cayó como un balde de agua fría en los círculos de la oposición chilena, en la Mandataria, entre algunos de sus partidarios y en la opinión pública.

No ha sido Bolivia sino Cuba la que reclamó por este injusto encierro, dejando pasmada a la Cancillería chilena ante una demanda de tal naturaleza, que Bachelet tampoco previó y que calificó como una injerencia de Castro en asuntos internos de su país. Pese a que la Presidenta aseguró haber expresado su malestar al presidente Raúl Castro, no pudo detener, como se ha visto, la avalancha de críticas de la derecha chilena y de gran desconcierto en el mismo oficialismo, ante algo que le fue expresado no sólo personalmente sino también por escrito.

La derecha reaccionó iracunda contra Bachelet y, por supuesto, contra Castro, a quien señaló como un “dictador genocida”. El veterano líder de la revolución cubana respondió imperturbable, jocoso, manifestando que “lo más rancio de la oligarquía” de Chile deseaba armar un “alboroto” con el tema y que, en ningún momento, ofendió a la Presidenta, lo que hubiera significado una falta de sentido común con la ilustre visitante.

¿Conocía algo sobre esto la Cancillería boliviana? Aparentemente no, porque el gobierno de Morales desde siempre se ha desentendido del tema. Para beneplácito de Chile, desde la asunción del dirigente indígena a la Presidencia de la Nación, no hubo más reclamos de Bolivia en el nivel internacional, aunque sí reuniones intrascendentes, protocolares, que extrañamente satisfacieron a las autoridades nacionales.

Bajo el sigiloso manto de la agenda bilateral de los 13 puntos aparece, como algo intrascendente, entre sus acápites, el problema marítimo, del que nunca más se conoció de progreso alguno. Lo único que se ha hecho público es que Chile quiere ofrecer a Bolivia una salida simbólica al Pacífico, que no afecte para nada ni un metro de su soberanía sobre la costa que fue arrebatada en la guerra de 1879.

Como no podía ser de otro modo, el presidente Morales agradeció efusivamente a Fidel Castro por su iniciativa de “hermano mayor”. No le quedó otra alternativa, seguramente en un intento de menguar la vergüenza nacional que significa que un gobierno surgido de las clases populares haya callado en la demanda más sensible de la historia boliviana. ¿Por qué ocurre esto, aparte de la manifiesta ineficiencia de la Cancillería, que, por lo demás, no se reduce a este tema? ¿El Presidente no habrá vendido caro el apoyo de Bachelet en la impresentable actuación de la Unasur por el caso de los hechos de Porvenir?

Con vivo patriotismo embanderó el MAS la redacción del artículo 267 de la nueva Constitución, en el que se afirma que la solución al diferendo y el ejercicio de la soberanía constituyen “objetivos permanentes e irrenunciables”. Pero, a la hora de la verdad, el MAS hace honor a la idea de la letra muerta en el papel, sin dar siquiera visos de pelea por el máximo anhelo nacional.

El Mundo / Alcalditis aguda

Falta más de un año para las próximas elecciones de Alcalde y sin que nadie de la señal de partida los aspirantes o pre-candidatos se largaron y hoy la discusión ya no es sobre la constitución, la autonomía, ni el avance sin detenerse del gobierno hacia la destrucción del proyecto cruceño que es una historia de trabajo, una cultura de alegría y amor, y sobre todo lealtad a lo creemos que es lo justo, total eso no parece importar a los candidatos apresurados, ellos lo que desean sin detenerse es aspirar a un espacio dentro del gobierno municipal y para ello no escatimarán recursos, estarán en los sets de televisión, llenarán los diarios de ofertas y las canciones en las radios, sonreirán y le darán la mano a cuanto ciudadano encuentren en el camino con la diferencia que ellos ven a los ciudadanos como número, como voto y mentalmente los sumarán a su lista de posibles adeptos que según sus cálculos quedarán impactados con la sonrisa o los bigotes del candidato, en esa época se aprenden el nombre y los números de teléfono de cuanto periodista conocen para usarlos como intermediarios y lograr penetrar a los hogares de todos.

El 90% o más de los candidatos son independientes, postulados por sus agrupaciones de ciudadanos pero casi todos son los mismos que estuvieron parados en los cabildos gritando Autonomía, son los mismos que en las elecciones para elegir constituyentes por Santa Cruz decidieron por el fraccionamiento de nuestra propuesta en 14 frentes, lo que le facilitó al MAS ser primero en dichas elecciones, por lo tanto que no nos sorprendan las próximas elecciones que Saúl Avalos o el Dr. Peredo ganen, no porque los ciudadanos los acepten sino como rechazo a la falta de unidad del proyecto cruceño, a la ausencia de lealtad al campanario que nos dejaron nuestros padres, lo que es peor la ambición de los cruceños los enceguece y no nos hace ver la experiencia reciente, no aprendemos de las lecciones y seguimos abriendo puertas para que el enemigo no solo venga a dormir con nosotros sino que al amanecer estemos afuera de nuestra cama y sin encontrar pascana para descansar, es que los aspirantes lo que buscan indudablemente es pensar en lo individual y perderse en lo grande simplemente porque no tienen interés de ver más allá de sus narices respingadas porque nombrarán mil veces la palabra pueblo y no saben cuánto cuesta un pasaje en el microbús y lo que es peor no les interesa saber nada de la gente.

Gastarán millones de dólares en la campaña, distribuirán cientos de poleras, se subirán a un camión y con la manita derecha saludarán, pero en su cabeza solo existe garantizar cinco años de vigencia, no les interesa un bledo nada, su primer tarea al llegar al concejo municipal es lograr negociar primeramente un frente que les garantice tener la alcaldía, o simplemente buscar que su voto defina y le ponen precio, si es gremialista le pedirá la entrega de un mercado, mas la protección de la intendencia para evitar los reordenamientos, o simplemente conformarse con 30 o 60 espacios de trabajo para sus adeptos -lo que significa que de esos salarios le descontará el 10%- lo que en números significa seis sueldos mas-, no existe programa, principios, valores ni ética, en plenas elecciones con salvajes mordidas pretenderán destripar al candidato que lleve ventajas según las encuestas, habrán muchos que renunciarán a sus curules para habilitarse, otros dejarán instituciones y algunos buscarán reciclarse para no seguir guardados en el ropero del olvido.

Les adelanto, por lo menos existirán 7 candidatos que sin posibilidades buscarán arrebatar algunos votos a los demás a costa de mellar dignidades, luego de pasar las elecciones los adversarios esconderán las ofensas ya que mayor es el gozo de dilapidar la plata de todos, que la experiencia de que no sobrevivamos las vergüenzas que significaron los hermanos candidatos no destruya el único instrumento con el que cuenta la ciudad para observar el horizonte y antes de lanzarnos para alguna aventura personalísima, primero pensemos que la ciudad se merece primero respeto y que no: “Cunda la desesperación de arrancar el dinero de los pueblos”, que se imponga la reflexión y el respeto a nuestra realidad y región.

El Deber / Siguen las ilegalidades

Bien haría el Gobierno en evitar ilegalidades que después le complicarán su marcha hacia los objetivos que persigue. Lo hace a horcajadas de una NCPE que es blanco de legítimos cuestionamientos porque rebalsa en contradicciones e incongruencias que tornarán particularmente crítica su aplicación, como ya lo anticipan reacciones que proceden no sólo de los movimientos cívicos regionales sino de los propios “movimientos sociales” del MAS, particularmente de aquellos etiquetados como “pueblos indígenas u originarios”, cuyos dirigentes se sienten defraudados porque a pesar de las cantaletas ultranativistas de la nueva Ley Fundamental, alegan que poco menos que se les ignora en el reparto de cuotas ministeriales y circunscripciones electorales.

El Ejecutivo violó la legalidad constitucional al definir mediante simple Decreto Supremo la nueva estructura del Poder Ejecutivo, creando algunos ministerios y suprimiendo otros. Debió haberlo hecho mediante ley sancionada por el Legislativo, tras agotarse las instancias del respectivo procedimiento. La actual Ley de Organización del Poder Ejecutivo (Lope) debió ser reemplazada por otra de igual rango y no por un decreto presidencial. Ahora el Gobierno corre el riesgo de que la oposición o cualquier ciudadano demande la inconstitucionalidad del referido Decreto Supremo.

Igualmente es objetable la prevención gubernamental al actual Congreso Nacional en sentido de que mediante Decreto Supremo definirá el régimen electoral al cual deberán sujetarse las elecciones de Presidente y Vicepresidente de la República, así como de miembros de la Asamblea Legislativa Plurinacional, fijadas para el 6 de diciembre del presente año, si en el plazo de 60 días los actuales diputados y senadores no sancionan el proyecto de ley que sobre el tema llegó ya al Parlamento desde el Palacio de Gobierno.

El caso es que el respectivo artículo transitorio de la nueva CPE (Primera I) de ningún modo faculta en forma precisa y expresa al Ejecutivo a tomar semejante decisión. Veamos cómo fue redactado: “El Congreso de la República, en el plazo de 60 días, sancionará un nuevo régimen electoral para la elección de la Asamblea Plurinacional y Presidente y Vicepresidente de la República, la elección tendrá lugar el 6 de diciembre de 2009”. Y nada más. El parágrafo debió especificar que el Gobierno promulgaría la Ley si en ese plazo no había sanción alguna. No se tomaron en cuenta para nada las prescripciones del Capítulo II sobre Procedimiento Legislativo de la nueva Carta Magna, que son casi iguales a las de la anterior ley Fundamental.

Y de tal modo, el Poder Ejecutivo continúa cometiendo ilegalidades y desportillando, a cada paso, la normatividad constitucional, inclusive la de su propio sello.

Portadas

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