El gabinete de Morales

image El Presidente ha decidido eludir las críticas a los ministros que tuvieron un papel activo en los sangrientos sucesos de Pando…

Editorial La Prensa.

Con el ya clásico y “revolucionario” gesto de la mano derecha cruzando el pecho y la izquierda cerrada en un puño, el Presidente posesionó en horas precedentes al “primer gabinete plurinacional”, conformado por 20 ministros, como efecto de la promulgación de la nueva Constitución Política del Estado. La reorganización del Poder Ejecutivo, además de la implementación de la NCPE, implica la creación de al menos diez viceministerios y direcciones, contradiciendo el discurso oficial que hasta hace poco condenaba la burocracia estatal.



No obstante de los cambios efectuados, no son muchos los rostros nuevos de los colaboradores con los que empezará a aplicar el nuevo texto constitucional en un año que será electoral. El aspecto más visible de la transformación del gabinete es su crecimiento de 17 a 20 ministerios, lo que implica un incremento de los cargos y, por lo tanto, del gasto público, aunque el Gobierno asegura que no habrá un impacto en el presupuesto. El Ejecutivo argumenta que con la eliminación de las superintendencias se hará soportable la creación de ministerios, viceministerios y direcciones. Sin embargo, la explicación no es clara y es necesario conocer más detalles.

Tampoco se precisó el objetivo de crear ministerios en el área económica, menos las competencias y funciones, pues se espera que no haya superposición de tareas entre algunos ministros. Un hecho sobresaliente es la salida del único ministro de origen cruceño, el abogado Saúl Ávalos, quien al igual que sus antecesores no dio pie con bola en la compleja cartera de Hidrocarburos, la más inestable de todas. Es posible deducir que el escándalo de corrupción que le costó la destitución al presidente de YPFB, Santos Ramírez, sigue pasando facturas.

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Hablando de destituciones, el presidente Morales decidió eludir las críticas a los ministros que tuvieron un papel activo en los sangrientos sucesos de Pando y otros conflictos, como son Juan Ramón Quintana y Alfredo Rada. Con ese gesto, S.E. deja claro que no está dispuesto a sacrificar a su más cercano entorno, pese al desgaste. Por lo demás, no hay grandes cambios. El Mandatario ha rotado a algunos colaboradores más importantes, como Carlos Romero, quien tiene el encargo de viabilizar las autonomías. También ascendió al rango de ministros a los viceministros de Cultura y de Transparencia.

En suma, una mirada al llamado gabinete “plurinacional” confirma que el Gobierno prefiere el compromiso ideológico a la capacidad técnica de los elegidos en los ministerios. Se advierte, además, un peso notable de los movimientos sociales del altiplano, lo mismo que del aliado político del MAS, el Movimiento Sin Miedo. Es notoria la exclusión casi total de las regiones donde perdió el Sí en el referéndum del pasado 25 de enero. Por eso, habría que dudar de la afirmación de que el recién posesionado es un “gabinete plurinacional” si no toma en cuenta a la otra mitad del país, aquella donde el MAS no logra tener aún la influencia que quisiera.