La revolución masista: de neoliberal a delincuencial


Es indudable que el MAS y sus “ideólogos” han hecho un invalorable aporte a la teoría política y económica que debiera ser rescatado por todas las universidades del mundo. Pasar de un modelo neoliberal a un modelo delincuencial no es algo que pueda ser tomado a la ligera.

imageEvo participó de la marcha para apoyar el proceso de cambio que experimenta el país.Ocurrió el pasado 20 de octubre en La Paz*

El concepto de “cambio” que han elaborado los “ideólogos” masistas es ciertamente muy imaginativo y es claro que ha requerido de un enorme esfuerzo intelectual. En primer lugar, con el apoyo económico de dadivosas y no tan ingenuas ONG´s diseñaron un esquema de la historia en el que se muestra un grupo de indígenas que vivían en un paraíso y son sacados de su idílico retiro por la invasión de malvados conquistadores europeos que les arrebatan sus riquezas y los someten a la esclavitud.



El lugar de los conquistadores es ocupado por sus descendientes que ya no querían depender de la metrópoli pero sin embargo la situación de los indígenas sigue igual y continúan viviendo bajo el signo de la opresión y la discriminación.

Una visión claramente maniquea que no considera los innumerables factores que hacen al desarrollo histórico pero que sin embargo sirve de sustento a lo que el MAS denomina de forma exaltada la “revolución democrática y cultural”, es decir la reivindicación de los derechos de los indígenas y de su forma de vida, de sus usos y costumbres.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Hasta ahí todo parecería saludable y nadie, mientras no sea un cavernario rematado, podría oponerse a semejante recuperación de los derechos de pueblos secularmente sojuzgados y marginados.

Sin embargo no todo es tan inocente. Como una lógica consecuencia de un razonamiento llevado a extremos, en los hechos no se habla solo de una recuperación de derechos en el camino de estructurar una sociedad más justa, que finalmente es el ideal que orienta a la humanidad.

Se habla de una reconversión de los papeles donde los antes discriminados se tornan en discriminadores y finalmente lo que pudiera haber sido una búsqueda de ideal de una sociedad justa e igualitaria se torna simple y llanamente en una venganza, que paradójicamente no es promovida por los supuestos excluidos y explotados, sino por aquellos que se beneficiaron por el sistema que dicen combatir.

Abominan del sistema capitalista y más concretamente neoliberal, pero no se privan de disfrutar de las ventajas y privilegios que este les da, incluidas jugosas subvenciones para sus supuestas investigaciones canalizadas a través de las ONG´s.

Como se sabe, las ONG´s no son más que el conducto por el que los rebalses económicos del sistema capitalista se dirige hacia los países pobres. Es así que millonarios como los Rockefeller, Mellon, Guggenheim y otros, que no tienen la más mínima intención de promover revoluciones, envían recursos precisamente para que se vaya en dirección contraria.

Estos recursos, en Bolivia queda bastante claro, han posibilitado que surja una nueva clase privilegiada a la que el bienestar de los indígenas los tiene sin cuidado. Los miembros de la Fundación Solón (cuyo propietario es embajador del gobierno), del Cejis, del Cipca y de otras, están más ocupados en cuestiones de mayor trascendencia como el ocupar ministerios, embajadas, adquirir casas de lujo y vehículos último modelo, como hacen también los jerarcas del MAS, mientras siguen escribiendo reivindicando los derechos indígenas pero cuidándose mucho de ir más allá.

No reparan en métodos y para ellos la ética y la honestidad no son más que palabritas incómodas que no se sabe a quien se le ocurriría incluirlas en el diccionario.

Mientras tanto, el sistema capitalista, agradecido.

*Foto ABI