Termómetro político

termometro politicoEdición del 22-02-09 de El Nuevo Día.

La semana que viene, habrá política a pesar del Carnaval. Por ejemplo, la persecución seguirá y un dirigente cívico advirtió sobre una posible intervención militar en  la zona de la  Chiquitania

I. La semana pasada

La semana que pasó tuvo sello: represión. Además de eso, hubo más tela que cortar en el escándalo Santos Ramírez. Para compensar semejante ciclo semanal de malas noticias, el Gobierno se sacó de la manga un par de medidas sociales. 



Represión. El escenario otra vez es Pando. Y las amenazas son contra todo el que se oponga al Gobierno, tanto en Pando, como en la China. 

Uno se pregunta por qué el Gobierno –ahora que tiene una oportunidad de empezar otra etapa con su nueva constitución– continúa haciendo cosas como esas: represión, abusos y toda esa clase de veleidades autoritarias. La respuesta es simple: el Gobierno hace eso porque eso funciona.

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El Gobierno recibe mucho apoyo en su electorado (¡60%!) cuando hace cualquier cosa, incluso cuando juega a la dura. De hecho, no olvidemos que la constitución del MAS obtuvo en Pando entre un 35 y un 40% de los votos. Son muchos votos. Lo que significa que si bien la mayoría de los pandinos no está de acuerdo con la política represiva del MAS en Pando, también hay muchos pandinos que lo están. 4 de cada 10 pandinos, aproximadamente, siguen votando por el MAS.

Pero además, ese 60% de voto contrario al MAS en Pando, no impide lo principal: el MAS y el gobierno siguen teniendo el control político y de fuerza en ese departamento. Y eso es lo que cuenta en política: la definición del quién manda. En Pando, manda el MAS. Es decir, el MAS no consigue el control electoral de Pando (nunca lo tuvo por otro lado), pero tiene el control político absoluto de ese departamento.

Si Ud. lector, fuera parte del Gobierno y estuviera listo para actuar con profesionalismo político, le garantizo, Ud. estaría apoyando la represión gubernamental porque sencillamente, la represión en Pando funciona: asegura el poder al MAS. Y mientras la represión funcione, el Gobierno actuará de ese modo. Y lo hará frente a Pando y frente a Santa  Cruz y frente a quien sea necesario. Así es la historia de todo sistema autoritario: el autoritarismo llega con su poder hasta donde sus gobernados se lo permiten. Por si acaso: los sistemas democráticos y de Estado de Derecho, llegan con su poder, hasta donde la ley lo permite.

Santos Ramírez.  El gobierno pasea el cadáver de Santos Ramírez. Sabe que eso no sólo salva al Presidente, sino que hasta le sube la popularidad. Pero no todo son buenas noticias para el MAS: También es evidente para el público que en el MAS hay corrupción… y mucha. Y esto, obvio, no es una buena noticia en año electoral.    

Medidas sociales. El gobierno cerró la semana lanzando algunos decretos sociales: subida de sueldos y lo de la paternidad. Ninguna de las dos cosas son medidas extraordinarias ni se salen de lo ya legislado; pero eso sí, esas medidas son una señal muy interesante: indican que el gobierno tratará la crisis económica en Bolivia, desde la perspectiva y las técnicas del populismo. Es decir, cae la inversión, caen las exportaciones, cae el empleo y el gobierno ya tiene fórmula económica de respuesta: presionará con todo al sector privado, aumentará el gasto público, endurecerá la legislación laboral, e impulsará medidas como bonos y beneficios de ese tipo. No es la primera vez (ni será la última) que un gobierno boliviano ofrece este tipo de repuestas frente a las crisis económicas. Ya a principios de los años ‘80, la UDP manejó la crisis con ese género de medidas. Ese camino, como todos saben, es algo complicado. Y una cosa es cierta: si esas medidas no funcionan, quien se empobrece es la “clase media”. Con políticas de tipo populista frente a una crisis económica, puede sobrevivir la gran industria (así ha sido siempre), pero quien no sobrevive -ni en esta ni en la otra- es el dueño de una pizzería. 

II. La Semana que viene

El diablo nunca duerme y la semana que viene, habrá política a pesar del Carnaval. Por ejemplo, la persecución seguirá su marcha. Ya advirtió un dirigente cívico que es posible que la siguiente semana haya intervención militar en algunas provincias y propiedades ubicadas en la Chiquitania.

También está prevista una reunión del Conalde. A ver si estos se rearticulan, porque la mayor ventaja del gobierno, no es su alta votación, ni la plata venezolana (como muchos piensan en Santa Cruz), la mayor ventaja del gobierno es el susto y la desorientación estratégica de los prefectos.