A 14 años de su fundación, el MAS está alistando un “cambio de fachada” de manera de lograr una imagen que sea más digerible para la clase media que evidentemente ya ha dado la espalda al proyecto encarnado en Evo Morales y está rechazando el evidente sesgo autoritario que ha tomado el actual gobierno.
Algunos ideólogos del MAS han detectado que su organización adolece de una aguda crisis de identidad que no puede ser tapada solo con un tenue barniz indigenista que cada vez resulta menos convincente.
Esta crisis deviene del momento mismo de la fundación de lo que los masistas llaman el “instrumento político” ya que su sigla ha sido tomada,en realidad prestada, de una organización que se desgajó de la Falange Socialista Boliviana y que estaba dirigida por David Añez Pedraza.
Naturalmente a los masistas no les preocupa que sus orígenes se ubiquen en una organización que fue lo más expresivo de la derecha porque finalmente sus actitudes y métodos tienen mucho que ver con el fascismo.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Por otra parte, el MAS como tal, no viene precedido de una tradición de lucha política. Sus raíces tienen que ver con el movimiento cocalero casi de manera exclusiva y no tienen mucho que rescatar a parte de los líderes de los que se apropiaron como Tupac Katari y Bartolina Sisa,cuya trayectoria poco o nada coincide con la ideología y prácticas de los «indígenas» del MAS y, por el contrario, estamos seguros que hubieran rechazado sus métodos.
Tenemos por ejemplo en el Plan 3000 de Santa Cruz, una organización que ha adoptado el nombre de Movimiento Juvenil “Lucho Espinal” cuyos métodos se parecen más a los de las pandillas y bandas mafiosas, en detrimento de los ideales que animaron al malogrado sacerdote.
En la UMSA de La Paz, los masistas han adoptado el nombre de Marcelo Quiroga Santa Cruz para su frente universitario, lo que seguramente habrá ocasionado que el cadáver del ilustre líder socialista se revuelque en su desconocido lugar de entierro.
Los estrategas del gobierno admiten que la apropiación del nombre de ambas personalidades no es suficiente para subsanar la crónica escasez iconográfica del MAS y sobre todo la ausencia de referentes para la clase media y urbana del país. Esto ha llevado a la Vicepresidencia de la República a organizar un grupo de estudio que tiene el objetivo de recuperar personajes históricos para que puedan ser apropiados y utilizados por el oficialismo para ganarse el apoyo de este importante segmento de la población.
Entre los candidatos a esta burda manipulación están el Gral. Juan José Torres y el dirigente minero Federico Escobar, a los cuales, estamos seguros, no les haría gracia alguna que los hagan figurar como masistas con fines de instrumentación política.
Todo vale para que Evo se eternice en el gobierno y los masistas que quieren seguir disfrutando de las mieles del poder, se han dado cuenta que no basta con el voto cautivo de los indígenas del occidente; les hace falta la clase media que genera opinión y cuestiona y ahora van por ella, así sea acudiendo al más burdo falseamiento de la historia.