Detrás de la posición del opositor Conalde, tierra

Nota de la agencia oficial del gobierno.

La posesión de la tierra en el oriente agropecuario es el factor real detrás de las posiciones del Conalde.

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Declaración de tarija, de abril último, una apoyo a los terratenientes del Parapetí (ABI)

Por Coco Cuba

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   La Paz, 2 mar (ABI)- La posesión de la tierra en el oriente agropecuario boliviano es el factor real detrás de las posiciones del opositor Consejo Nacional por la Democracia (Conalde), que rehúye negociar con el gobierno del presidente Evo Morales empeñado en dotar a Bolivia de un régimen constitucional de autonomías departamentales (regionales), a 10 meses de la celebración de elecciones generales en un país embarcado en proceso de transformaciones en paz y por conducto de la política.

     Alejada la hipótesis de la confrontación regional, que en 2008 acercó el país andino, rico en recursos naturales, a su más aguda crisis estatal, el gobierno de Morales tantea infatigable las vías democráticas para sentar a la mesa de concertación autonómica, a otros actores regionales sin representación política, sin perjuicio de persuadir a las autoridades opositoras, admitió el ministro de Autonomías, Carlos Romero, que identifica a terratenientes y ganaderos como «la línea dura» de la remozada oposición boliviana.

    Los cabildeos de la administración Morales no implican, ni mucho menos, la prescindencia de los prefectos y líderes civiles de Santa Cruz, Beni, Chuquisaca y Tarija, cuadros centrales del Conalde, sino un escenario alternativo en caso de que hasta diciembre el «no» se mantenga invariable como corazón de la estrategia opositora para disuadir la política autonomista de Morales. En otras palabras el fin del latifundio.

    «Este es el tema que está interfiriendo porque, obviamente, el proceso de cambio implica un proceso de distribución de tierras y, tal vez, la forma de bloquear la aplicación de este proceso es inviabilizar cualquier entendimiento que permita la viabilización en la aplicación de la Constitución» dijo Romero en declaraciones a la ABI.

    El Conalde, que el viernes último volvió a desestimar una invitación del gobierno para concertar el régimen legal de autonomías, dejó traslucir la influencia de los empresarios agropecuarios que han cerrado filas alrededor del Comité Pro Santa Cruz (CPSCZ), bastión de la oposición boliviana de derechas, en su velada negativa a la iniciativa oficial.

    En momentos en que la querella por la tierra se sitúa en el primer plano de la política criolla, los intereses de terratenientes bolivianos que controlan el CPSCZ y, por extensión, el Conalde, «interfieren en un diálogo sincero entre el gobierno nacional y los prefectos de oposición, porque hay mucha presión de estos sectores del agropoder que han tomado el control orgánico» del bloque  opositor a las reformas planteadas por Morales al sistema hacendal boliviano, que en una de sus desviaciones, aún rezuma el trabajo servidumbral.

    Las nuevas regencias en la oposición boliviana se expresaron entre jueves y viernes pasados cuando, contra toda previsión, la reunión del Conalde cambió de sede de Sucre a Santa Cruz y se revirtieron inopinadamente intenciones, como la del Comité Interinstitucional de Chuquisaca, una formación de representantes de entidades públicas y privadas que gravita sobre la prefecta indígena Savina Cuéllar, de conversar con Morales, coligió Romero.

   «En el caso de Chuquisaca, el Comité Interinstitucional decidió asistir al diálogo. Tomó contacto público con mi persona para anunciarme que ellos se adherían al proceso de diálogo. Fue el jueves, pero luego asistieron a la reunión del Conalde en Santa Cruz y perdieron en su posición. El escenario del Conalde primero era Sucre; se trasladó la reunión a Santa Cruz porque, precisamente, la línea dura (en la oposición) percibió que había una corriente democrática en Chuquisaca que podría abrirse al diálogo» con el gobierno nacional, deploró el ministro.

    El prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, pidió a Morales la liberación de Leopoldo Fernández, el prefecto cesado de Pando implicado en un proceso judicial por la matanza de al menos 18 campesinos en la población amazónica de Porvenir en setiembre último.

    El mandatario ha rechazado tal pretensión, más aún si la suerte de Fernández no está si no en manos de la justicia.

    «Es la línea dura que se ha impuesto en el Conalde. El día viernes esa  línea es la que ha definido ningún acuerdo con el gobierno. Incluso el presidente de Comité Cívico de Santa Cruz (Luis Núñez) ha hablado de la nación oriental, reavivando, de alguna forma, el discurso de la Nación Camba, que es un discurso de confrontación regional», hizo notar Romero.

    Ante la probabilidad de que esa postura se mantenga rígida y tras la decisión de llevar sobre todo a buen puerto el nuevo Estado plurinacional con autonomías, un proceso que cuajará en al menos un lustro, según analistas locales, el gobierno boliviano tiene lista una batería de recursos para aislar, si las circunstancias lo requirieren, a los prefectos opositores.

    Romero piensa convocar, por supuesto, a organizaciones sociales en las regiones, actores económicos «sin representación política», lo mismo que alcaldes, concejales, consejeros, académicos, colegios profesionales y universidades.

    «Vamos a apelar a todos ellos en su debido momento para que también comprometan su concurso», admitió el alto funcionario boliviano, promotor del Consejo Nacional Autonómico (CNA), y el que para Morales significa el mejor elemento para llegar hasta a los prefectos.

   Por su parte el CNA «tiene un conjunto de sujetos que son los titulares potenciales de la autonomía, es decir representantes prefecturales, municipales, sociales y con ellos tenemos que trabajar» de mantenerse la defección de las autoridades renuentes al diálogo.

    El rechazo al diálogo que se presenta, por ahora y en el plano de lo previsible, como una constante, no eximirá a la administración Morales de la posibilidad de sentar, finalmente, a Costas y sus colegas Cuéllar, Ernesto Suárez (Beni) y Mario Cossio (Tarija), a la mesa del diálogo.

    «Todo el tiempo que sea necesario» Romero está dispuesto a esperar a los miembros del Conalde.

    «En un régimen democrático tenemos que tener la paciencia y tolerancia y asumir que el diálogo, la concertación, es un método de gobierno, es una filosofía de acción pública. Así nos cierren la puerta diez veces, igualmente seguiremos convocándoles al diálogo», anticipó el ministro de Autonomías.

    «Nosotros sabemos que el concurso de estos prefectos es necesario para la implementación de estas autonomías. Ellos han liderado este proceso. Necesitamos que estén incorporados en el mismo. Si algún de estos prefectos o algunos de estos prefectos pueden hacer de puente, para nosotros sería fabuloso. Vamos a insistir en ese camino, nunca con el afán de dividirlos, no nos interesa, más bien, simplemente, (con el propósito) de incorporar las cuatro prefecturas al escenario de la concertación», mantuvo Romero.

    Una de las opciones que alientan las esperanzas del Ministro de Autonomías es el prefecto de Tarija, convertido en los acuerdos del Congreso, del 21 de octubre pasado, en el puente que facilitó la institucionalización de los convenios que redundaron en la aprobación de la nueva Constitución.

    «En el caso de Tarija, el prefecto Cossio ha anunciado que va a dialogar pero después de tomar acuerdo en un diálogo departamental que él está convocando la siguiente semana» en el territorio de su jurisdicción, afirmó Romero.

    El prefecto Cossio, que no parece responder orgánicamente a terratenientes y ganaderos del oriente del país, «ha sido una importante bisagra para abrir el diálogo el año pasado con los prefectos de oposición», alienta.

   Este parece ser el canal más apropiado para allanar los acuerdos, pues Suárez, lo mismo que Costas, está condicionado al poder agroganadero que en la perspectiva de las elecciones prefecturales, de abril de 2010, prepara la candidatura del precursor del ‘no’ a la Constitución, antes del referendo del último 25 de enero, y de la negativa en rotundo a las convocatorias autonomistas de Morales: Branco Marinkovic.

   La estrategia del recurrente ‘no’ apunta «a diciembre, es decir decirle no a toda iniciativa del gobierno, a todo diálogo con el gobierno. Lo único que los puede  mantener cohesionados (a los opositores) es decirle no» a las autonomías constitucionales, cuya concertación cerraría el círculo de reformas fundacionales en el país, que en las urnas se ha manifestado incontrastablemente contra el latidundio, la cuestión central de la coyuntura boliviana, dice Romero en línea con analistas locales.