EEUU veta venta de aviones checos a Bolivia


El Gobierno inició la búsqueda de otras opciones. Ahora se busca en Chile.

Los Pillán T-35 son baratos y reemplazarán a los obsoletos T-23 de la FAB.

image Los aviones checos



Estados Unidos prohibió a la República Checa la venta de seis aviones de combate L-159 a Bolivia, que el Gobierno pretendía utilizar en labores de seguridad y de lucha contra el narcotráfico.

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La compra de los aviones L-159 ALCA (sigla en inglés de avión ligero de combate), por 58 millones de dólares, había sido anunciada en enero y destacada por el Gobierno boliviano como la primera renovación importante de material de defensa en más de tres décadas.

Pero Washington, que dijo recientemente que ha puesto en revisión sus relaciones con La Paz, vetó la operación con el argumento de que «esas aeronaves poseen gran cantidad de partes y equipos de manufactura estadounidense», dijo el diario La Prensa, citando a un portavoz oficial no identificado.

«Como consecuencia de esa decisión (estadounidense), el Gobierno inició la búsqueda de otras opciones para que la Fuerza Aérea Boliviana cuente con nuevas naves», agregó el diario.

Portavoces del Ministerio de Defensa no estaban disponibles para comentar el informe periodístico.

La Prensa dijo que la principal opción que Bolivia considera ahora son los aviones chilenos Pillán T-35 y que incluso el ministro de Defensa, Walker San Miguel, abordó una de esas naves durante una reciente visita a Chile. REUTERS

EEUU veta compra de aviones checos; ahora se busca en Chile

Los Pillán T-35 son baratos y reemplazarán a los obsoletos T-23

La Prensa

La última compra de aviones para la Fuerza Aérea Boliviana data de hace unos 25 años.

Un vocero del Ministerio de Defensa informó que, como hizo con Nigeria, Estados Unidos vetó la compra de aviones L-159 de fabricación checa, que el país había planificado adquirir. Ahora, el Gobierno busca los Pillán

T-35 de fabricación chilena para reemplazar al obsoleto material de vuelo de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB).

Mediante un decreto promulgado la primera quincena de enero, el Ejecutivo autorizó la compra de seis aviones L-159 de fabricación checa, con cuya finalidad se aprobó el desembolso de 57,8 millones de dólares.

Sin embargo, para ejecutar esa disposición legal, era necesario contar con el permiso de Estados Unidos, dado que esas aeronaves poseen una gran cantidad de partes y equipos de manufactura estadounidense.

Esa condición hizo que fracase la venta de estos aviones a Nigeria, pese a que ya se habían firmado los documentos necesarios para realizar la operación, en tanto que Austria y Eslovaquia expresaron su interés por contar con este material.

Como consecuencia de esa decisión, el Gobierno decidió congelar ese fondo e inició la búsqueda de otras opciones para que la Fuerza Aérea Boliviana cuente con nuevas naves.

El ministro Walker San Miguel consultó hace una semana el costo y las condiciones de los aviones Pillán y pudo constatar que el precio es conveniente y que las naves pueden ser entregadas en un plazo corto.

San Miguel hizo esa consulta con motivo de su presencia en Santiago de Chile, donde se realizó la reunión del Consejo Sudamericano de Defensa.

Incluso, en una anterior visita a la capital chilena, San Miguel fue invitado a hacer un sobrevuelo por Santiago y sus alrededores en un Pillán T-35, lo que pone en evidencia el interés de la Empresa Nacional Aeronáutica (Enaer), de Chile, fabricante de estos aviones, por venderlos al Estado boliviano.

El T-35 Pillán (“pillán” significa volcán o espíritu ancestral en idioma mapuche) es un avión de instrucción básica de vuelo. Tiene capacidad para transportar a dos personas.

Una de éstas es el instructor y su acompañante es el alumno, quien en el caso de la Fuerza Aérea es un cadete del Colegio Militar de Aviación Germán Busch o un oficial de esta arma.

Los Pillán forman parte del patrimonio de Chile, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y República Dominicana.

El actual material de vuelo con el que los pilotos militares bolivianos aprenden a volar es obsoleto. Los T-23, que fueron donados hace 13 años por Brasil a Bolivia, cumplen actualmente sus últimas horas de vuelo y es preciso reemplazarlos.

En estos aviones, de modelo Uarapurú, los cadetes aprenden a volar, aunque hay otros seis

T-25 Universal, igualmente obsequiados por Brasil en noviembre de 2005, que cumplen la misma finalidad pedagógica.

Desde que en 1973 llegó la flotilla de 18 aviones T-33, Bolivia sólo hizo una adquisición posterior de aeronaves. Según una publicación de El Deber, de noviembre de 2005, el equipamiento de la FAB se hizo principalmente por donaciones, como la de diez aviones Mentor T-24 hecha por Venezuela antes de que Evo Morales asumiera el mando.

La publicación da cuenta de que la FAB posee actualmente cuatro aviones Pilatus PC-7 de fabricación suiza, de los 24 adquiridos en los años 80. Para ponerlos en funcionamiento se requiere invertir, al menos, medio millón de dólares por unidad y los T-33, de fabricación canadiense, y que son utilizados por los oficiales de la Fuerza Aérea Boliviana, datan de la década del 50.

De los 15 que tiene Bolivia, apenas vuelan tres, aunque con muchos problemas, de acuerdo con fuentes castrenses.

El Estado adeuda aún $us 7.000.000 por la reparación de los T-33

El Estado todavía adeuda alrededor de siete millones de dólares por la reparación de 18 aviones T-33 a la empresa canadiense Kellowna Flightcraft Limited (KFL).

Hasta el momento, el Estado canceló unos 14 millones de dólares por el trabajo a esa firma norteamericana, aunque el Ministerio de Defensa asegura que durante esta gestión no se pagó ni pagará más por este concepto.

La revista Domingo de La Prensa informó el 8 de marzo que en 1997 el Gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada contrató un crédito de 13,5 millones de dólares de Export Development Corporation de Canadá y aprobó una contraparte de 2,9 millones de dólares para llevar adelante la reparación de los 18 T-33.

Esa deuda de aproximadamente 16,5 millones de dólares se incrementó por el recargo de intereses, de 6,5 a 10 por ciento, y la compra de repuestos se acerca a los 21 millones de dólares.

Fuentes del Ministerio de Defensa informaron que su equipo de abogados prepara una defensa legal del tema en caso de que la firma abra un pleito judicial en reclamo del saldo.

La semana pasada, el ministro Walker San Miguel abrió una demanda penal contra Ciro Valdivieso Peláez, Adolfo Krediler Guillaux, Rafael Berzaín Rodríguez, Fernando Kieffer, Óscar Guilarte, Óscar Vargas Lorenzetty y Álvaro Valdivia Casanovas, sobre quienes pesan indicios de responsabilidad en la suscripción y ampliación de los correspondientes contratos, además de Michel Sizeland, representante legal de la compañía extranjera.

Las ex autoridades bolivianas son demandadas por negociaciones incompatibles con el ejercicio de funciones públicas, contratos lesivos al Estado y conducta antieconómica, en tanto que el ejecutivo de la KFL enfrenta un proceso por incumplimiento de contrato. La pena máxima por los supuestos delitos cometidos por los funcionarios bolivianos es de seis años de reclusión, mientras que en el canadiense es pasible a reclusión por tres años.

Como consecuencia de ese proceso, los hijos de José Luis Molleda, uno de los pilotos fallecidos en un fatal accidente sufrido por uno de estos aviones el 22 de mayo de 1989, presentaron ayer una demanda civil contra el ministro de Defensa, Walker San Miguel.

Alegan los deudos del oficial de la Fuerza Aérea muerto en esas circunstancias que falló el mecanismo de expulsión de la nave, poco después de partir de la Base Aérea de El Alto.

El tripulante Miguel Velasco activó el mecanismo de eyección, pero éste no funcionó. Al salir de la cabina, rompió los cristales y su paracaídas quedó enredado en una turbina, por lo que murió carbonizado. Molleda falleció dentro del habitáculo y su cuerpo, a decir de los oficiales de la Fuerza Aérea, fue destrozado.

Los afectados piden una justa indemnización por el daño civil causado por este hecho y, según el ordenamiento jurídico nacional, la demanda debe dirigirse contra la principal autoridad del sector, el Ministro de Defensa.

Dos helicópteros

A FIN DE atender emergencias y a afectados por desastres naturales, se espera la llegada en las próximas semanas de dos helicópteros AEC-350 B, de fabricación francesa.

TÉCNICOS DE la empresa europea Eurocopter terminan actualmente de desarmar esas naves para llevarlas por mar a uno de los puertos del norte chileno, desde donde seguirán por tierra.

LOS ESPECIALISTAS franceses armarán esos equipos aeronáuticos en territorio nacional y adiestrarán en su manejo a los pilotos bolivianos, después de ponerlos a punto.

ESTAS AERONAVES son, de acuerdo con la información de una fuente del Ministerio de Defensa Nacional, aptas para operar en altura, cruzar los picos de la cordillera y llegar a las tierras bajas, donde pueden operar con mayor comodidad.

ESTE EQUIPO debió llegar al país hace unos tres meses.

Alas

EEUU puede vetar la compra de los aviones checos porque fabrica muchas de sus partes.

El país del norte se opuso a la transferencia de estas naves a Nigeria, pese a haber contratos.

Las aeronaves de fabricación chilena son baratas y están prácticamente a disposición.


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