El odio y el resentimiento

image Juan Bautista del C. Pabón Montiel

En estos días observamos por las pantallas de televisión e informativos, el odio y las raíces políticas del mismo, en contra del Sr. Víctor Hugo Cárdenas, su esposa doña Lidia Katari, auténtica representante de la alcurnia mestiza, de la cual somos nosotros sus exponentes. Nuestras caras y origen así lo atestiguan, sin ninguna doblez altoperuana.

Deseamos comentarles el libro: “Te Odio/Te Quiero”, del jesuita P. Valles, cuya vivencia y testimonio en el misterioso oriente -la India- constituye una revelación por la delicadeza y fineza de su exposición.



Sostiene que el odio está agazapado tras del amor y que no se lo divisa bien, porque es como la chicha y la limonada: turbio, lo que impide distinguir el uno del otro. Cuenta la historia del camello y el camellero. Recurriremos a nuestra memoria, cuasi textualmente: “El camellero vive a costa del camello toda su vida, recorriendo leguas en el desierto. El camello intuye -filosóficamente- que el camellero es un vividor, éste le da de vez en cuando una patada, cuando el noble animal quita una rama para comer. Como no puede defenderse el dromedario de su desleal agresor, espera la mejor oportunidad para cogerlo del brazo, tumbarlo y destrozarlo. El camellero sabe la lección, vista en anteriores veces, con sus colegas de oficio, su triste fin bajo las patas del que llevó a Jesús, José y María a Egipto. Por lo tanto, se quita al jeque de su cabeza y lo tira a las patas del camello. Este lo pisa, los deshace y baila sobre los restos del que fuera jeque. El camellero se compra otro, se calza y tiene asegurada su supervivencia por un buen tiempo”.

Esa es la muestra de la acumulación del resentimiento en el animal -que es más que el odio- por años, por temporadas. El odio político y la agresión en Bolivia tienen una nefasta tradición: el derrocamiento en 1928 del presidente don Hernando Siles Reyes, quien de una u otra manera impidió la Guerra del Chaco. Quemaron su casa en la Plaza Venezuela, bailaron sobre su piano. Al patricio mariscal de la “Batalla de Villamontes”, don Bernardino Bilbao Rioja, se lo ultrajó y exilió en la época del MNR, sin respetar su condición de héroe, benemérito y finalmente anciano. Mencionamos dos casos solamente, de los muchos crímenes y persecuciones a hijos de Bolivia.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Así, por la criminal tradición, en nombre del país, en nombre de presuntas revanchas, se quiere escarmentar, acabar con la oposición. Se escarnece a servidores públicos. Don Víctor Hugo Cárdenas es un nativo, orgullo de su raza, culto, noble, altivo, se opone con el derecho legítimo que tiene como boliviano y compatriota.

Nuestra solidaridad con este caballero y su esposa, honestos como son los aymaras de tierra profunda.