El sabueso de palacio

“Quiero que sepan que personalmente me dedicaré a investigar y hacer seguimiento de algunos de nuestros compatriotas”..

La frase no corresponde a un espía sino al mismísimo presidente Evo Morales, al advertir que cuenta con un servicio propio de inteligencia, es decir, paralelo a los órganos de inteligencia del Estado integrado por militares y policías; tampoco dijo que «su servicio» esta dirigido por venezolanos y cubanos.

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Evo revisa sus ojos en el centro oftalmológico manejado por médicos cubanos. Es uno de los sentidos que usará…¿para espiar?

Debido a la aguda incontinencia verbal que caracteriza al presidente Evo Morales, de vez en cuando tomamos a la chacota lo que dice, pero en esta ocasión no se fue por las ramas.

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Hay un grupo de Inteligencia paralelo y siniestro operando desde el palacio de Gobierno que fue creado, además, para espiar no solo a la oposición sino a los propios militares y policías bolivianos acusados, sin pruebas, por el presidente Morales de «vender» información a la embajada de Estados Unidos.

Lo que resultaba un secreto a voces, se confirmó por la boca del propio Evo, que en palacio de Gobierno funciona un servicio de Inteligencia a cargo de la seguridad presidencial y que el mismo no pertenece a la Policía ni a las Fuerzas Armadas, según admitió sumisamente el comandante en jefe de las FFAA, Almte. Luis Cabas.

Por la confianza ciega de Evo en sus mentores extranjeros, se sabe que este servicio paralelo está conformado por agentes venezolanos y cubanos a los cuales están subordinados algunos bolivianos reclutados entre quienes hicieron cursos en esos dos países.

Los alcances de dicha red no han sido precisados del todo pero como primer dato se tiene que los funcionarios del palacio de Gobierno son sometidos a un permanente seguimiento por parte de este servicio y cualquier llamada telefónica que entre o salga de dicha dependencia, debe ser explicada.

Este sistema se viene aplicando en todas las entidades públicas donde se efectúa un minucioso registro de todo el personal, que incluye, queda claro, no solamente los antecedentes profesionales, sino, por sobre todo, su inclinación política y quien es su “padrino” dentro del gobierno y sus contactos fuera del mismo.

El espionaje incluye a periodistas, cívicos y políticos opositores de quienes se tienen datos que incluyen su color favorito y el equipo de su preferencia, amén de los lugares y personas que frecuenta.

Pero al parecer a los “venecos” y a los “chicos” se les está yendo la mano y se ha conocido de algunos entreveros que han tenido con oficiales tanto de la policía como de las Fuerzas Armadas que no ven con buenos ojos que ciudadanos extranjeros se hayan dado a la tarea de vigilarlos.

Además de que los informes de los cubanos y venezolanos serían determinantes para decidir el lugar de destino o el ascenso de un determinado oficial por lo que de momento todos se cuidan muy bien de opinar sobre el curso de los acontecimientos en el país.

Ahora bien, el presidente Morales tiene una interpretación muy laxa de lo que significa “traición a la patria” y la hace extensiva a todo aquel que se oponga a su proyecto autoritario. Sin embargo permite y apoya que en el país funcionen organismos de Inteligencia extranjeros y además amenaza con que «personalmente» investigará a los que pasen información (a los norteamericanos claro está) para castigarlos como traidores a la patria.

El desquiciamiento del proyecto masista ha llegado al colmo que ahora Evo, además de Jefe de Estado, es el principal espía del país.