«Exilio» policial para los que destaparon corrupción en YPFB

Los del Gtide cometieron el «error» de relacionar el asesinato de un empresario con el negocio de un poderoso del MAS.

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29 DE ENERO • Miembros del Gtide (camuflados) recogen del aeropuerto a los presuntos autores materiales del crimen Oconnor *



Es evidente que al MAS y al gobierno no les gusta que les saquen los trapitos al sol y son partidarios de que la ropa sucia se debe lavar en casa. Pero no faltan los entrometidos que van en contra de este principio y se les ocurre descubrir y hacer públicos algunos asuntillos bastante engorrosos.

Los miembros del Grupo de Tarea de Investigaciones de Delitos Especiales (Gtide) cometieron el error de descubrir en menos de 48 horas los entretelones en el caso del asesinato del empresario Jorge O´Connor y mostrar que todos los caminos conducían hacia el hombre fuerte del MAS, Santos Ramírez y, como fueron (porque hay orden de pararla aquí) las cosas, hacia algunos miembros del gabinete ministerial.

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Tamaña desverguenza no podía ser admitida y los 21 miembros de ese grupo especializado de la Policía deberán pagarlo caro. Los oficiales, suboficiales y policías de esta unidad están siendo distribuidos por poblaciones alejadas del occidente, ninguno al oriente, para purgar sus culpas.

Como era previsible, el viceministro Marcos Farfán, que se esfuerza por justificar lo injustificable, se apresuró a indicar que se trata de un movimiento rutinario, cuando todos saben, policías o no, que los destinos son decididos en la orden que es emitida a principios de año.

Es claro por tanto que la medida está motivada por la necesidad de escarmentar a un grupo de policías que tuvieron el atrevimiento de descubrir que el asesinato no era un simple hecho delincuencial, sino que tenía alcances mucho más amplios. Queda claro también que los miembros del Gtide saben muchos más detalles del escándalo y que el gobierno quiere impedir a como de lugar que estos salgan a la luz pública.

Es que para el presidente el problema no es que exista corrupción sino que esta se descubra. Esta percepción se hizo más que evidente durante la reunión del gabinete ampliada realizada el pasado martes en la Vicepresidencia de la República.

Como es fácil suponer el escándalo en YPFB y las perspectivas de tormenta en la Administradora Boliviana de Carreteras acapararon la mayor parte del tiempo de la discusión. Pero que nadie se llame a engaño, no se adoptó medida alguna para frenar la corrupción y mucho menos para erradicarla. Si se adoptaron medidas para taparla, entre ellas disolver a ese grupo policial entrometido conocido como el Gtide.

Hay miedo en el círculo más selecto de MAS y todos están viendo la forma de evitar que Santos Ramírez revele cuales son los verdaderos alcances y orígenes de la descomunal estafa producida en YPFB. Por de pronto se han adoptado medidas para evitar que Santos abra el pico y han prohibido cualquier contacto con la prensa.

Ante la posibilidad cierta de que el escándalo de YPFB se replique en la Administradora Boliviana de Carreteras, se decidió también mantener bajo siete llaves todos los contratos para la construcción de carreteras suscritos en la gestión de Patricia Ballivián con la empresa brasileña OAS, sobre los cuales hay sospechas de irregularidades de mayores proporciones a las descubiertas en YPFB.

En la reunión, un masista ingenuo lanzó algunas acusaciones que fueron al cesto de la basura y por el contrario no se adoptó medida alguna para frenar la corrupción. Es más, Evo, que insistentemente proclama su voluntad de luchar contra este flagelo, hizo una defensa a rajatabla del actual presidente de YPFB y ex ministro de Hidrocarburos, Carlos Villegas y del ministro de Finanzas, Luis Arce. Sin duda debe tener muy buenas razones para ello.

Es que como ya lo dijimos, la corrupción es absolutamente funcional al MAS. No se trata solo de actitudes individuales o de que alguna mañana Santos Ramírez o Patricia Ballivián se hayan levantado de humor perro y dispuestos a cometer cualquier trapizonda.

La estructura misma del actual gobierno está diseñada para eso; para permitir que todos los actos de corrupción tengan una cobertura supuestamente legal. Recordemos el decreto aprobado a la rápida que exime de responsabilidad al ministro Arce en el caso de los fideicomisos.

En resumen, a Evo no le preocupa que sus colaboradores sean corruptos. Lo que le preocupa es que se hagan pescar y con esto comprometan seriamente sus aspiraciones de perpetuarse en el poder, como lo está haciendo su guía y mentor Hugo Chávez.

El hacerse pescar eso si que es grave y merecerá el repudio total. Ese grave error lo cometió Santos Ramírez y deberá ser condenado “a convivir con los gusanos” aunque esa misma actitud, al parecer, no alcanzará a ningún otro jerarca o favorita del gobierno.

* Foto archivo La Razón