Los millones de la «reconversión» en bolsillos sindicales

El gobierno es consecuente al fomentar la ropa usada, ya hizo lo imposible por perder los mercados externos ¿para que necesitamos producir? image Mercados nacionales inundados con mercadería a medio uso (foto El Diario)Otros 10 millones de bolivianos se hicieron humo por obra y gracia de un “fideicomiso” que estaba dirigido a la “reconversión productiva” de los importadores de ropa usada. Como al gobierno del MAS se le hizo cuesta arriba explicar el destino de estos recursos, no vio mejor opción que autorizar el ingreso de ropa usada por tiempo indefinido, dañando otra vez a los industriales y micro empresarios del sector.El Programa de Reconversión Productiva creado en el 2007 con un fideicomiso de 80 millones de bolivianos(más de 10 millones de dólares), fue lanzado por el gobierno con bombos y platillos con el propósito de que los importadores de ropa usada o “ropavejeros” se integren a otra actividad.Sin embargo, como tantos otros proyectos del gobierno, el dinero se diluyó en el agujero negro de la corrupción y hasta la fecha no existe un solo “ropavejero” que haya iniciado una actividad productiva. De los 80 millones quedarían alrededor de 65 millones y otro saldo de 15 millones ya fueron entregados a beneficiarios que no son otros que dirigentes y pseudo micro empresarios afines al MAS.Entre los privilegiados con el manejo discrecional de estos fondos está un dizque micro empresario en Cochabamba que solito él y su familia recibieron más de 5 millones de bolivianos y también dirigentes sindicales muy conocidos por su servilismo al gobierno.El caso es que de los 80 millones, diez millones de bolivianos fueron a parar a bolsillos de representantes de “organizaciones sociales”. El dirigente de la Central Obrera Regional de El Alto, Edgar Patana, tomó en sus manos el registro de todos los que quisieran beneficiarse de este programa.Tomó parte también el secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana, Pedro Montes, cuya adhesión y lealtad al MAS crece en forma directamente proporcional a los recursos y prebendas que recibe.Para registrarse los potenciales beneficiarios debían acreditar que participan cotidianamente en las movilizaciones que convoca esa organización y demostrar que están con el “proceso de cambio”. Como lógica consecuencia, esos recursos fueron a parar íntegramente a los bolsillos de masistas que los utilizaron para todo menos para emprendimientos productivos.La anterior ministra de Producción y Microempresa, Susana Rivero, no dejó informe alguno sobre el destino de los 10 millones de dólares y solo se sabe que estos eran canalizados a través de Fondesif pero en ese despacho jamás se elaboró un mecanismo o un sistema de control para otorgarlos.No se disponía tampoco de un sistema de evaluación de los resultados de la aplicación del programa lo que da cuenta que estos recursos fueron dispuestos alegremente y es posible que la exministra Rivero esgrima el mentado argumento de que no tenia control sobre los fideicomisos.En suma, este dinero, literalmente se volatilizó como por arte de magia ante el conjuro de Susana Rivero, Patana y Montes. Susy ya se fue y la nueva ministra Patricia Ballivián, lejos de enmendar errores, se ha estrenado firmando acuerdos con unos pseudos dirigentes de la Confederación Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (Conamype) y la Comisión Nacional de Defensa de la Ropa y Prendería Usada (Conaderpu) para impulsar el Programa de Fortalecimiento Productivo que sustituye al de Reconversión Productiva.El hecho es que al gobierno no le conmueve el daño económico de 513 millones de dólares al sector productivo por el ingreso de ropa usada que en un 93 por ciento es de contrabando, ni la pérdida de 107.000 puestos de trabajo, 56.000 de ellos del sector textil y confecciones.Y así sigue el cuento y la estafa al país. Pero también es justo reconocer que en este caso el gobierno está actuando de manera consecuente. Finalmente si ya hizo lo imposible por perder los mercados externos ¿para que necesitamos producir? Además los habitantes de esta Bolivia digna y soberana ya estamos acostumbrados a vestirnos con los harapos que nos envían desde el imperio y eso no es traición a la patria.