Tiene vara alta con el presidente, es eficaz en perseguir a opositores, a masistas caídos en desgracia y a quienes se meten con su familia.
Nardi Suxo, ministra de Transparencia (foto)
La Asamblea Permanente de los Derechos Humanos ya no es lo que fue en la década de los setenta y principios de los 80. Una entidad que realmente velaba por la vigencia y el respeto a los derechos del hombre hoy se ha transformado en una ONG y como tal, actúa con parcialidad y varios de sus miembros pasaron a formar parte del gobierno de Evo Morales.
Se recuerda aún que el reverendo Julio Tumiri, fundador y dirigente de ese organismo durante muchos años, por defender los derechos de torturados, presos y exiliados fue él mismo torturado, preso y exiliado. Jamás se le hubiera ocurrido recibir algún estipendio o negociar un cargo por cumplir su labor humanitaria. En su defensa se jugó la vida en varias ocasiones y nunca discriminó sobre militancia política, grupo étnico o confesión religiosa.
Pero los tiempos han cambiado y, en este caso, para mal. La Asamblea Permanente de Derechos Humanos se ha convertido en el trampolín para acceder a cargos en el gobierno y para ejemplo tenemos dos: la actual ministra de Lucha Contra la Corrupción, Nardi Suxo y el viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, Sacha Llorenti.
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Nos ocupamos de la primera. Teóricamente, Suxo debería combatir la corrupción en todas sus expresiones y en todos los ámbitos. Sin embargo está visto que no cumple su cometido. En realidad lo que hace es intentar tapar los hechos de corrupción cometidos por sus correligionarios del MAS y buscar la paja en el ojo de los opositores.
Recordemos que cuando se destapó el escándalo de corrupción en YPFB, ella salió prestamente a defender a Santos Ramírez y muy oronda declaró que debía mostrarse las pruebas. Tuvo que ser el propio Evo, quien, ante las inevitables evidencias, repudiara a su ahijado y recién entonces Nardi se lanzó rabiosamente contra Santos, pero solo contra él ya que tiene el encargo de tapar cualquier otra vinculación, sea de Villegas, Aruquipa, Arce u otros.
Mientras tanto lanza palazos a diestra y siniestra para intentar afectar a los prefectos opositores, particularmente al tarijeño Mario Cossio en lo que parece un nuevo método para quitarlo del medio usando artimañas no tan violentas como ocurrió en el caso de Leopoldo Fernández.
Pero Nardi, entre sus muchas ocupaciones no se descuida de su familia y tuvo que intervenir para proteger a su sobrina Ady Suxo Uría. Resulta que Ady hizo un viaje a España de forma inconsulta utilizando fondos de la Superintendencia de Empresas. Como corresponde, el superintendente Rolando Morales le exigió la devolución de los pasajes y viáticos pero ahí saltó prestamente Nardi que envió una carta muy sugestiva, que en los hechos significaba una advertencia de que su sobrina contaba con su protección y que por tanto no era conveniente meterse con ella.
En varios programas la ahora ministra intentó explicar que este era un procedimiento normal y que no fue motivada por el hecho de que se tratara de su sobrina. Si asumimos que esto es cierto tendríamos que Suxo debería enviar diariamente cientos de cartas a decenas de entidades donde cotidianamente las unidades de auditoría interna detectan que funcionarios deben rendir cuentas por recursos entregados y, en su caso, devolverlos.
Sin embargo la preocupación de Nardi llega solo hasta su sobrina, quien, por su intervención no deberá devolver un solo centavo y seguirá gozando del dudoso calificativo de “excelente profesional” que le ha otorgado su tía.
Mientras tanto, Rolando Morales, quien tuvo el atrevimiento de meterse con la familia de Nardi Suxo, ahora una de las favoritas de palacio, ha sido destituido del cargo y reemplazado por un dueño de prostíbulos.
Por lo visto Nardi no se anda con chiquitas y todos los hechos de corrupción que conoce cometidos por sus compañeros masistas, le están sirviendo para acumular un poder de tal magnitud que no solamente puede acomodar en altos cargos a sus parientes, sino también darles carta blanca para cometer todo tipo de tropelías con total impunidad.
De aquí surge la pregunta: ¿ si esta es la conducta de quienes luchan contra la corrupción como serán los corruptos ?