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El Nuevo Día / Derechos humanos

La Estrella del Oriente / La educación avasallada



El Mundo / Atrevámonos a ser limpios

El Deber y La Prensa / Nuevas y gratuitas tensiones

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Los Tiempos / México, víctima del narcotráfico

La Razón / Otro año electoral, un nuevo desafío

El Diario / Un desalentador informe


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El Nuevo Día / Derechos humanos

El Gobierno descalifica el mensaje, tratando de restarle credibilidad al mensajero. Esa es una táctica recurrente y obviamente la aplica en relación al reciente informe sobre los derechos humanos del Departamento de Estado de Estados Unidos, en el que se denuncian hechos que están ocurriendo en Bolivia todos los días y que se han denunciado hasta el hartazgo por todos los medios.

La situación descrita por la administración estadounidense es muy grave y coincide en líneas generales con la advertencia que ha hecho la semana pasada la oficina de derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), entidad que se ha referido a un “panorama preocupante”, por la falta de designaciones en el Poder Judicial, por los ataques a la prensa y a la libertad de expresión y por las muertes ocurridas el 11 de septiembre del año pasado en Pando.

La responsable de la ONU en materia de derechos humanos ha anunciado que en poco tiempo será publicado un informe oficial sobre la situación en Bolivia. Con ese adelanto y con la línea marcada por Washington, nadie puede dudar que el país acaba de ingresar en una lista nada honorable de naciones donde la política se impone a la fuerza, al margen de la ley, en medio de abusos y restricciones a las libertades individuales.

Parece una ironía que Estados Unidos diga en la introducción de su informe que el gobierno de Evo Morales “en general respeta los derechos humanos” y a continuación describa un estado de cosas propio de un régimen como el de Cuba, China o Zimbabwe. “Abusos de las fuerzas de seguridad, duras condiciones carcelarias, arrestos y detenciones arbitrarias, ataques contra el Poder Judicial, amenazas a las libertades civiles incluyendo los derechos legales y la libertad de prensa, abusos en conflictos internos, corrupción y falta de transparencia en el Gobierno”, son algunos de los puntos señalados en el informe que ha sido tildado de “grosero” por las autoridades del MAS.

Las autoridades nacionales pueden decir muchas cosas en relación al informe y cuestionar también la autoridad de los estadounidenses para aplicar una suerte de termómetro mundial de los derechos humanos, pero no hay duda que el Departamento de Estado norteamericano es capaz de poner cualquier tema en una palestra que seguramente desencadena repercusiones e influencia en todos los ámbitos. Lo que diga la ONU, dentro de unos días o semanas, será la prueba de lo que se está diciendo aquí, además claro, de que ambos actores mundiales no están inventando nada.

El Gobierno de Evo Morales puede vociferar, mandar ambos informes al tacho de la basura y seguir con su conducta, esperando que no pase nada. El mundo es muy complejo y la globalización es un hecho demasiado real como para asumir una postura tan ingenua. Hace unos días se confirmó que Bolivia ha sido retirada de la lista de los países elegibles para la denominada “Cuenta del Milenio”, lo que significa despedirse de un financiamiento de 600 millones de dólares para la lucha contra la pobreza. Habría que echarle una ojeada a las razones que motivaron esa suspensión.

Bolivia ha ingresado en una lista poco honorable de países que no respetan los derechos humanos. Eso puede traer consecuencias.

La Estrella del Oriente / La educación avasallada

Editado por: Centa Reck

Sección: Editorial

Así como se están tomando las tierras ricas en recursos naturales a través de una serie de argucias con las que se culpabiliza a quienes pretenden defender sus derechos, ganándolos de mano con el tema de la supuesta práctica de la servidumbre y esclavitud, que ha sido constitucionalizada no como una búsqueda de restitución o profundización de los derechos de las personas sino con fines de expropiación y concentración de las riquezas a manos del Estado, del mismo modo se ha procedido a avasallar y a tomar las instituciones educativas del Oriente boliviano.

La toma de las instituciones educativas es también una práctica colonizadora, en la que el Gobierno, portador de una ideología, está llevando a cabo un proceso de avasallamiento ideológico-político que tiene como objetivo copar todo el sistema educativo, de tal manera que se estaría procediendo a una expropiación de la enseñanza para proceder a la anulación de las costumbres, tradiciones, lenguaje, modus vivendi y símbolos que son propios de las culturas del Oriente boliviano o de la llanura camba-amazónica.

Esto nos prueba que el Estado Plurinacional Comunitario representa sólo al MAS como ideología y reivindica a la cultura quechua – aymara, que el actual Gobierno pretende imponer sobre las otras identidades culturales que conforman el país pluricultural que es Bolivia.

No se puede admitir que se realice un atropello de tan grandes magnitudes sobre el sistema educativo, pues este es un punto sensible de la sociedad que tiene en sus manos y en su ámbito de acción nada menos que la educación de las generaciones por venir.

Nos sorprende así mismo, que se estén permitiendo estos hechos, que entrañan un riesgo en cuanto al derecho que tienen los ciudadanos a que se les garantice y respete el sistema de valores culturales que poseen y que son parte de su identidad cultural.

El inicio del año escolar nos ha sorprendido con arbitrarias destituciones de profesores y directores oriundos de Santa Cruz, quienes han sido privados de sus fuentes de trabajo, para ser sustituidos por personas que vienen del interior del país y que desconocen totalmente nuestra realidad y nuestra cultura, situación que además de tornarse abusiva está poniendo en riesgo la trasmisión y afianzamiento de costumbres y de símbolos culturales que es uno de los cometidos del proceso educativo.

Lo que está ocurriendo en el magisterio y en el sistema educativo es alarmante y definitivamente porque se estaría cometiendo un acto de avasallamiento cultural sobre el Oriente boliviano, situación que con seguridad tendrá enormes repercusiones en la formación de las generaciones venideras.

La educación es un tema de fondo, es en realidad uno de los aspectos de mayor importancia y gravitación para sostener, revitalizar o anular y matar la cultura de los pueblos, razón por la que nuestras autoridades deben tomarlo con la seriedad que se merece y deben exigir que gran parte de los ítems de docencia y dirección sean respetados y sean retomados por profesores oriundos de nuestro departamento, o por aquellos que viven en nuestro departamento, cuidando que éstos no hayan sido traídos exclusivamente con fines de perpetrar un avasallamiento cultural.

El Mundo / Atrevámonos a ser limpios

Los bolivianos tenemos una especie de complejo de “ropavejeros”, somos coleccionistas de basuras, mientras más pobres mucho más miserables, en cualquier país colindante con el nuestro los departamentos y casas son estrechos, no existe espacio más que para lo indispensable, uno debe sacrificar lo viejo por lo nuevo, es más todo el espacio que uno precisa para guardar cajas importantes, el arbolito de navidad o la cuna esperando el próximo hijo se traduce en las denominadas “bauleras” que están junto a los estacionamientos con una altura de dos metros de alto, uno de fondo y tres de ancho, suficiente para guardar lo poco que existe, solo aquí todos guardamos botellas, llantas viejas, latas de panetón, cajas de regalo, computadoras inservibles y todo lo que parece basura, por eso no podemos extrañarnos que la epidemia del “dengue hemorrágico” este cobrando vidas de muchos ciudadanos, amenazando a los países limítrofes, esta historia se repite en las fabricas e industrias donde después de 20 años siguen existiendo botellas, macetas sin agua, máquinas inservibles que son hoy por hoy hoteles gigantescos para huéspedes poco aceptables como el “aedes aegypti” que hoy no solo amenaza a los sectores más empobrecidos sino a todos, porque el denominado portador del “dengue” hoy es una amenaza contra todos, ricos pobres, masistas y autonomistas, indígenas y oligarcas y debemos asumir una respuesta de combatir al mosquito criminal con todo, es más debemos masacrarlos, no dejar ni las crías por la seguridad nuestra y las de nuestros hijos.

Hoy existe una o más estrategias de combate contra la epidemia, pero me llama la atención que se esté actuando en estas épocas con preferencias odiosas, discriminando por la condición socio-económica de las personas por ejemplo, en los barrios “primavera y quior” en los dos últimos meses se han realizado más de 20 fumigaciones, y en los barrios de personas de la clase media y los “oligarcas” -como los califica el gobierno- no se ha realizado una sola fumigación y esto se repite en las colinas del “Urubó” donde existe no solo un rio cerca sino miles de lotes baldíos llenos de basura y desperdicio que son posadas clandestinas de los mosquitos.

Volviendo a nuestra extraña pasión de guardar basura, hace pocos días una señora se enfermo de dengue hemorrágico que la llevó a la muerte, después de difamar y responsabilizar de sus suciedades al Sedes y la Alcaldía se visito el hogar de la víctima mortal del mosquito y adivinen que, se encontraron 21 criaderos del portador del dengue, entonces la culpa simplemente es nuestra, de nuestra gente que es sucia, cochina, ni se atreva a pasar por los mercados pues quedará infectado solo de ver como son de sucios, creo que los cruceños debemos sentir envidia de los mercados de La Paz, Cochabamba o Potosí, parecen salas de cirugía de hospitales donde todo es limpio, y lo raro es que los mercados cruceños son propiedad de personas que vienen de dichas ciudades y aquí se destapan de cochinos, parecería que responden a una estrategia de contaminar que rápidamente infectó a los cruceños, recuerdo cuando era chico -de eso hace varias lunas- , las personas todas barrían sus veredas, limpiaban sus patios de tierra, si regaban con agua y meta escoba, mientras más pobres más limpios eran los cruceños de ayer, tenían los manteles rotos pero limpios y zurcidos, hoy Santa Cruz es una bomba de tiempo, con suerte tenemos 20 muertos, pero según expertos si seguimos sin tomar conciencia los muertos hasta el invierno podrían llegar a 2000, si, dos mil, esta información dada por expertos es un secreto que se niegan a informar de miedo al pánico, creo que el ministerio de Salud debe a dar a conocer estos informes, para que sepamos a lo que nos enfrentamos.

Las Campañas no sirven para nada, los cochinos, los que tienen sus lotes de engorde sin carpir, se hacen los boludos, se gastan miles de dólares en avisos de televisión y la gente no se atreve a mirar y limpiar sus patios, a botar las botellas y las llantas inservibles, ( a todo esto existen un montón de contrabandistas que exportan miles de llantas usadas de las cuales el 60% no sirve a los seis meses, pero si coleccionamos basura porque nos alarmamos de exportar basura), hagamos un esfuerzo entre todos, debe ser tan peligroso el Dengue para que hoy por ejemplo en pleno domingo yo esté escribiendo un artículo para que hagamos conciencia.

El Deber y La Prensa / Nuevas y gratuitas tensiones

Por si no fuera poco el peso acumulativo de los roces con los Estados Unidos sumados hasta ahora, las tensiones aumentaron en los últimos días. Todo este panorama no brinda un espacio propicio para el prometido ‘acercamiento’ del gobierno boliviano que preside Evo Morales hacia la nueva administración del presidente estadounidense Barack Obama. Tampoco ayuda a este propósito el creciente vínculo con el controvertido régimen de Irán y el pequeño ejercicio de retorno a las épocas de la ‘Guerra Fría’ que se ha pretendido hacer con Rusia. Moscú está ya lejos de esas tensiones pretéritas y aunque tiene serias diferencias de opinión con Washington, ambos países están alineados en muchas cosas del quehacer internacional. No miran al pasado.

Todo Estado con un sentido estratégico en su política exterior vela por sus intereses permanentes y actúa en función de esos intereses. Por tanto, para los jerarcas del Kremlin lo importante es hacer buenos negocios. Lejos están los tiempos de una geopolítica por hegemonías entre superpotencias rivales. Eso terminó al caerse el Muro de Berlín (1989) y luego derrumbarse en 1991 la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). El mundo es distinto hoy. Aunque siempre habrá tensiones entre EEUU y una Rusia que pretende volver a ser lo que fue el imperio soviético, las reglas cambiaron. Un pequeño país como Bolivia, ciertamente no las ha de modificar, ni cualitativa ni cuantitativamente.

Entre la poco seria acusación de ‘infiltraciones’ de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, su acrónimo en inglés) de EEUU en la estatal petrolera YPFB y la airada respuesta oficialista a un informe sobre Derechos Humanos del Departamento de Estado, se agiganta la brecha conflictiva en las relaciones bilaterales con el país del norte. Esto no presagia nada bueno para el futuro inmediato.

Pareciera ser que desde el Gobierno se alimenta con fruición esta política antinorteamericana, sin percatarse de las consecuencias para una nación vulnerable y tan dependiente de la cooperación externa, como lamentablemente -debemos reconocerlo- es nuestra Bolivia.

Aunque ya lo hemos expresado antes, lo volvemos a repetir: aún no es del todo tarde -pese a este agitado y exagerado momento presente- de revertir las cosas, para así poder retomar unas adecuadas relaciones con EEUU en marcos de dignidad y mutuo respeto. Pero para ello, hace falta una planificación previa acompañada de racionalidad (no emocionalidad) en el diseño y manejo de la diplomacia nacional, cosa no vista hasta ahora.

De nada servirá proseguir el rumbo demagógico actual con los Estados Unidos. Bolivia tiene mucho por perder y muy poco -casi nada- para ganar. Ojalá cambie la actitud del presidente Evo Morales y la de sus seguidores, aunque nos cabe la duda ante la reiteración de una conducta antagónica presentada como “digna y valiente”, mientras verdaderamente es, a todas luces, imprudente.

Nación Oriental y Nación Occidental

Dominicus

Cuando el alcalde cruceño Percy Fernández dijo –con su peculiar manera y antes del ‘pout pourri’ de 36 ‘naciones’ definidas por el actual Gobierno en la nueva Constitución Política del Estado– que en Bolivia teníamos claramente dos ‘naciones’, la oriental y la occidental, no faltaron fuertes críticas. Dejando de lado pasiones, eso es cierto. Hasta la geografía coloca a estas dos naciones globales en planos diferentes. Una corresponde al altiplano y valle central, mientras la otra ocupa los departamentos de Pando, Beni, Santa Cruz, Tarija y parte al menos de Chuquisaca. Cada ‘nación’ tiene sus costumbres, modismos y etnias diferentes; han aprendido a convivir y comparten la misma nacionalidad boliviana, pero son distintas, eso es indiscutible. En las alturas predomina étnicamente lo aimara y quechua; en las zonas bajas la mezcla entre europeos y guaraníes.

En estos momentos, además, la línea divisoria es de naturaleza ideológica. La parte occidental ha optado masivamente por formas de vida que configuran un modelo estatista con retorno a las épocas del pre-coloniaje. Por su lado, el oriente ha definido una posición favorable a la economía de mercado inserta en los procesos de modernización contemporáneos. Asimismo, en lugar de renegar del pasado colonial lo asume y afirma con ello la riqueza del mestizaje, cuya base de población es abrumadoramente mayoritaria en la región.

No veo por qué una zona tenga que dominar a la otra o pretenda imponer su visión. Cada punto de vista es respetable y merece consideración. Si hay que convivir, lo podemos hacer bajo una sola bandera, con un pozo común para los recursos naturales y mediante mecanismos de administración conjunta, pero dejando a cada región que prosiga con su manera de ser. Nada de imposiciones de unos sobre otros.

Se precisa reconocer esta verdad para negociaciones que establezcan concordia y mutua convivencia con auténtica unidad en la diversidad. Nada se ganará si uno trata de imponer lo que el otro no quiere. Aquéllos de la parte oriental que compartan la visión occidental pueden ser ayudados a trasladarse para que vivan contentos con su gente y costumbres. Viceversa, si en la parte occidental hay quienes comparten el punto de vista de los orientales, serán siempre bienvenidos acá. Mejor conciliar que controlar, mejor reconocer la realidad que imponer.

Los Tiempos / México, víctima del narcotráfico

La magnitud de la crisis en que ha sido sumido el Estado mexicano es digna de la mayor atención

¿Es México un “Estado fallido”? ¿Está México desintegrándose? ¿Está al borde de una guerra civil? ¿Es para la seguridad de Estados Unidos un peligro mayor que todos los demás? Esas preguntas y otras de igual calibre, que hasta hace no mucho tiempo hubieran parecido descabelladas, han comenzado a hacerse con creciente insistencia quienes desde círculos académicos y políticos observan cuanto está ocurriendo en uno de los dos países más importantes de Latinoamérica.

A ese fenómeno se refería en esta página el pasado jueves el columnista David Rieff, según quien “México, que se encuentra en caída libre, con sus instituciones estatales amenazadas como no lo habían estado desde al menos la Guerra de los Cristeros a fines de los años 20, y posiblemente desde la Revolución Mexicana de 1910”.

La crisis, según ese autor, con cuyas opiniones coinciden muchos observadores del fenómeno, “consiste en nada menos que un esfuerzo de los principales cárteles de la droga por poner de rodillas al estado mexicano, y no sólo a la franja fronteriza con los Estados Unidos, aunque allí está el epicentro de la crisis. Sin embargo, a través de una política del terror que se extiende desde Oaxaca en el sur hasta Acapulco en costa del Pacífico y las grandes ciudades fronterizas de Tijuana y Juárez (sexta y séptima ciudades más pobladas de México, respectivamente), han dejado muy claro que están intentando lograr la impunidad”.

Coincidiendo con esa interpretación, hace pocos días se difundió un informe del Departamento de Defensa de EEUU que plantea un caótico escenario en México, provocado por la violencia del crimen organizado. El capítulo del informe "Estados débiles y fallidos", en el que se refiere específicamente a México y Pakistán, dice que el narcotráfico y el crimen organizado podrían generar un escenario de caos en el territorio mexicano, y que el ejército de EEUU estaría obligado a responder por las consecuencias a su seguridad interna.

Durante los últimos días, el Gobierno mexicano ha instruido una masiva movilización de sus fuerzas militares y policiales. La última orden incrementa en 5 mil soldados y 1.000 policías federales los puestos en acción para la lucha contra el narcotráfico en el Estado de Chihuahua (norte), sobre todo en Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos.. Con esa nueva movilización militar, ya suman 45 mil los soldados que participan de la “Operación Limpieza”.

La magnitud de la crisis en que ha sido sumido el Estado mexicano por la acción de cárteles vinculados con el narcotráfico es pues digna de la mayor atención. Pero lo es mucho más para países como el nuestro en el que con cada día que pasa se hace más evidente el crecimiento de todas las actividades ligadas con la producción y comercialización de drogas.

La Razón / Otro año electoral, un nuevo desafío

El electorado espera otra cosa de las opciones políticas. De tanto repetirse el eslogan, existe la tendencia a creer que el país vive un cambio; incluso, se ha estrenado una CPE. Pero lo que la gente espera es que alguien le ofrezca una propuesta de cambio efectivo.

Desde el año 2005, Bolivia vive un calendario electoral que ha incluido una amplia variedad de referendos. Este 2009 no es la excepción, pues se proyectan consultas populares para que los departamentos que en el 2006 les dijeron No a las autonomías lo piensen de nuevo, y unos comicios generales, para elegir presidente, vicepresidente y asambleístas legislativos, que deben realizarse el 6 de diciembre.

Esta intensa gimnasia obliga a la Corte Nacional Electoral (CNE) a perfeccionar sus métodos, pero también al Tesoro General de la Nación (TGN) a disponer de grandes sumas de dinero, que antes se erogaban cada cuatro o cinco años. Paralelamente, fuerza a los electores a enfrentar varias opciones.

Los referendos “de desquite” para las autonomías no ofrecen muchas dudas, aunque nadie sabe qué pasaría con los departamentos que podrían rechazar nuevamente la nueva forma de organización. La CPE dice que los nueve departamentos deben ser autonómicos y no se sabe cuál sería la respuesta para aquellos que no la quisieran de todos modos.

Las elecciones generales traen más inquietud, porque incluyen una de presidente, de vicepresidente, de prefectos y de asambleístas, es decir, de los que actualmente se denominan parlamentarios. El nombre de Evo Morales estará nuevamente entre las opciones, como viene ocurriendo con inusual frecuencia desde el 2005. Además de haber sido elegido ese año, Morales fue motivo de un voto ratificatorio el año pasado y ahora se ofrece su reelección. La única duda es quién lo acompañará en la fórmula oficialista. Antes del terromoto que ha provocado la corrupción en YPFB, se hablaba de un probable binomio con Santos Ramírez; ahora, sin opciones claras a la vista, se insiste con Álvaro García Linera.

Las dudas mayores están en la oposición. En las últimas semanas surgieron algunos nombres de aspirantes a la presidencia, que se sumaron a otros ya anticipados, mostrándose un panorama diferente: esta vez, como resultado de los cambios que se dan en la política, los partidos han dejado de tener el monopolio.

La oposición más fuerte que enfrenta al Gobierno no son los partidos representados en el Parlamento, sino los prefectos opositores que representan a las corrientes críticas regionales. Y de los departamentos no han surgido todavía nombres con alguna opción de disputar el triunfo al presidente Morales.

Con una oposición regional pero incapaz de ofrecer opciones nacionales, y una oposición parlamentaria sin fuerza en las regiones, la candidatura de Morales no enfrenta desafíos. Su único motivo de preocupación podría ser la pérdida de puntos en los centros urbanos del país, como se observó en los últimos referendos, principalmente el 25 de enero.

El electorado espera otra cosa de las opciones políticas. De tanto repetirse el eslogan, existe la tendencia a creer que el país vive un cambio; incluso, se ha estrenado una CPE. Pero lo que la gente espera es que alguien le ofrezca una propuesta de cambio efectivo, en temas como la falta de empleo que obliga a miles de ciudadanos a emigrar hacia destinos próximos o lejanos.

En los sucesivos días, La Razón se ocupará de las distintas posibilidades a las que se enfrentan actualmente, tanto el oficialismo como la oposición, de cara a las elecciones de diciembre.

El Diario / Un desalentador informe

El informe elaborado por el Departamento de Estado de EEUU sobre la situación de los Derechos Humanos en el planeta, toma en cuenta a Bolivia y su contenido es desalentador para quienes luchamos y trabajamos por la consolidación de un Estado de Derecho para bien de todos los bolivianos, con bienestar y justicia social, dejando de lado discriminaciones, xenofobia, racismo, falsas sindicaciones, abuso y violencia propia de regímenes dictatoriales. Pero estos métodos los está utilizando la actual administración gubernamental, dañando la imagen de Bolivia en el mundo. Nadie puede negar que el presidente Evo Morales Aima comete tropelías que no solamente preocupan a quienes vivimos en el territorio boliviano, sino que trasuntan las fronteras y son motivo de comentarios negativos. Las autoridades en vez de rechazar estas críticas y observaciones deberían moderar la conducta de malos personajes que forman parte del Ejecutivo, como también de sus “asesores” que en lugar de aconsejar y trazar una correcta línea de conducta gubernamental, imponen acciones que responden a ideologías extremas que avivan la confrontación, sin justificativos valederos. Esa conducta es cuestionada desde todo nivel social y cultural.

En los últimos años Bolivia recibió el título de subcampeona de la corrupción y fue objeto de una descertificación por parte del Gobierno de Estados Unidos, por no impulsar una lucha sostenida y efectiva contra el narcotráfico, lo que ha incidido en que sea objeto de una limitación temporal de las preferencias arancelarias que ofrece el país del Norte para algunos productos bolivianos. También está calificada entre los 11 países donde no existe seguridad para los turistas, por lo que recomiendan no visitarla. Lo último que se sabe es que en territorio nacional son cometidas violaciones a los derechos humanos, por parte del gobierno del Movimiento Al Socialismo.

En el informe mencionado referido a Bolivia se recoge datos de organizaciones gubernamentales y entidades especializadas que detectaron indicios de violación a los derechos humanos, por detenciones arbitrarias, amenazas a los derechos civiles y ataques del Poder Ejecutivo al Judicial. El Gobierno al estar enceguecido por la soberbia, autoritarismo y triunfalismo no ve lo que realmente está sucediendo en el país, donde masistas que ocupan cargos ejecutivos cometen irregularidades, como recepción de comisiones por contratos millonarios, adjudicación de obras a empresas de dudosa reputación u organizadas días antes de la firma de contratos, sin cumplir los requisitos que se exige a otras compañías que sí tienen experiencia y personal calificado. También se autoriza el libre tránsito para camiones cargados de contrabando, por órdenes que, según las investigaciones, salieron del propio Palacio de Gobierno.

Son muchos los abusos del Ejecutivo contra ciudadanos que no comulgan con la ideología masista ni se ponen a su servicio, como los conflictos violentos y detenciones en Pando, el Estado de Sitio decretado exclusivamente para ese departamento, los enfrentamientos de La Calancha en Sucre, así como en el cerro Posokoni, la quema del inmueble de propiedad de la Prefectura de Cochabamba, el intento para cercar esa ciudad por parte de los cocaleros del Chapare, los cercos permanentes al edificio del Congreso Nacional, los operativos militares para la detención de ciudadanos, la politización y falta de transparencia del Ministerio Público, cuyos fiscales actúan a favor del oficialismo, la sumisión de la Cámara de Diputados al Gobierno, las agresiones a periodistas, la discriminación en la información oficial a la prensa nacional. Los numerosos atropellos que comete la actual administración gubernamental son motivo de un informe presentado por Hillary Clinton, Secretaria de Estado de EEUU, documento que tiene que merecer la atención correspondiente, porque abarca la situación de varios países.

La respuesta del Gobierno sobre el informe que nos ocupa fue precipitada, porque se lo quiere devaluar. Extrañamente uno de los activistas de la defensa de los derechos humanos, ahora integrante del Ejecutivo, trata de minimizar y descalificar un trabajo que denuncia todo lo que está pasando en Bolivia. Sin embargo, antes de “rasgarse las vestiduras’” el Ejecutivo tiene que reflexionar sobre el contenido del informe y dejar de atacar y atemorizar a quienes son contrarios a la ideología masista, para actuar con respeto al derecho que tienen las personas a disentir en cuanto a la forma de gobernar del presidente Evo Morales Aima y su partido el MAS.