Se sacan chispas

Se ha acentuado la pugna entre Quintana, Choquehuanca y Álvaro. Mueven sus fichas en la lucha por espacios de poder y por la candidatura a la vicepresidencia.

imageimageimageJuan Ramón Quintana, David Choquehuanca y Álvaro García Linera (Foto de izquierda a derecha)

El escándalo de corrupción en YPFB ha hecho más visible una aguda confrontación que se desató desde el momento mismo en que Evo Morales se hizo cargo de la Presidencia de la República el 22 de enero de 2006. La confrontación tiene por principal escenario al gabinete y como protagonistas estelares al canciller David Choquehuanca y al ministro de la Presidencia , Juan Ramón Quintana.



Se trata del enfrentamiento de dos sectores que pugnan por el control de los hilos del poder y las consideraciones ideológicas tienen muy poco que ver. Por un lado se encuentran los masistas que se dicen fundacionales y por el otro los llamados “arrimados”, es decir aquellos que no participaron en la génesis del partido gobernante ni tienen su origen en el movimiento cocalero o en las “organizaciones sociales”.

A estos dos grupos se suma el encabezado por el vicepresidente Alvaro García Linera, quien desde su despacho ha tejido muy pacientemente una estructura que se apoya fundamentalmente en el respaldo de Organizaciones No Gubernamentales (ONG´s) europeas.

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En palacio es un secreto a voces que el ministro Quintana, con el conocimiento que tiene de las llamadas “operaciones encubiertas” fue el que forzó el violento desenlace que puso al descubierto la dramática corrupción imperante en YPFB, que por otra parte era conocida por todos en el entorno del Presidente. 

Este hecho habría puesto en manos de Quintana mayor poder del que tenía antes ya que le habría permitido desplazar en parte al primigenio grupo que rodeaba a Evo y que se considera depositario de toda la tradición de lucha del “instrumento político”.

Quintana, de entrada, nunca fue bien visto por las “organizaciones sociales” que tan tontas no son y recordaban que en el pasado muy cercano disfrutaba de una gran poder en el Ministerio de Defensa al amparo de Fernando Kieffer lo que le permitía que a pesar de, en los hechos, estar alejado de las FFAA, fuera a cumplir cursos en diversos países que estaban destinados a oficiales en servicio efectivo y que no estuvieran en comisión en cargos administrativos.

Se dice que Choquehuanca recordó a Quintana esta situación en varias ocasiones lo que habría llevado a un intercambio de palabras algo subidas de tono. Esta situación se agravó con el caso Santos Ramírez quien sigue siendo visto por las “organizaciones sociales” como el ideólogo de la tendencia “originaria” dentro del MAS.

Por el contrario Quintana es visiblemente rechazado por estas “organizaciones” y es claro que su poder emerge de la sola voluntad de Evo Morales. Sin embargo se debe recordar que Quintana es uno de los que “no se duerme” y el control de los recursos provenientes de Venezuela para el programa “Bolivia Cambia, Evo cumple” le ha dado también poder sobre varios espacios políticos como municipios e instituciones y le ha permitido montar una amplia estructura que le asegura un seguimiento directo a las actividades de casi todas las reparticiones del Estado.

Esta pugna se refleja en la mayoría de las entidades del Estado donde los funcionarios se encuentran alineados de alguna forma, en una u otra corriente, la de García Linera incluida y no dejan pasar la oportunidad de pisarse los callos.

La confrontación entre los exponentes de las corrientes masistas está dirigida esencialmente a inclinar a su favor la balanza en oportunidad de la designación del candidato a la vicepresidencia (Álvaro hasta ahora tiene el apoyo de Evo, que no es incondicional y todo dependerá de la evolución de la coyuntura), por lo que se espera que las denuncias y descubrimientos sobre hechos de corrupción en que incurrieron los miembros de uno y otro bando, menudeen en los próximos meses. Habida cuenta de la cola de paja de los «hermanos» del MAS, habrá  material para llenar centenas y centenas de páginas.

La pre-campaña está en marcha y los potenciales candidatos vicepresidenciales se preparan para hacer a un lado al atildado Alvarito que, al parecer, no puede controlar ni a los senadores del MAS que en un nuevo «pacto» con la oposición, cuyas aristas están por verse, aprobaron la noche del miércoles el informe sobre la «investigación» de YPFB que deja bien librado a Evo y hace recaer la responsabilidad en otros «peces» del poder Ejecutivo.

La bancada de senadores del MAS ha hecho su propia jugada y levantando la cabeza ha mandado el siguiente mensaje a sus vecinos del palacio de gobierno y al «vice»: Aquí estamos y tenemos nuestro peso.