Jamás nos rendiremos

Daniel A. Pasquier Rivero *

clip_image001** El pasado día tres el Comité Pro Santa Cruz convocó a los bolivianos a una marcha para demostrar su vocación por Democracia, Libertad y Producción; la respuesta inmediata e importante se dio a pesar de la improvisación de la convocatoria, y sin tener la magnitud de las anteriores, fue suficiente para que la dirigencia institucional exprese su rechazo, su opinión y su sentir, a la situación creada por el MAS en al país: su presión inmisericorde transitando fueros ilegales, atropellando impune leyes e instituciones donde y cuando le conviene, limitando libertades públicas e individuales consagradas en la CPE y en declaraciones internacionales de las cuales el Estado es signatario, socavando el esfuerzo de pequeños, medianos y grandes empresarios hasta el ahogamiento sistemático de cualquier emprendimiento privado, y sobre todo, manteniendo la tensión hasta crispar los nervios de todos con su discurso desafiante y provocador, que ha conseguido despertar el fuego de la discordia entre bolivianos, guardado en el rescoldo de la democracia desde 1982.

El espacio, aún más que el territorio, de esta Nación, está fracturado. Si en un momento el Occidente andino marcó diferencia respecto al Oriente tupí guaraní, esencialmente mestizo, en uno y dos tercios del territorio nacional, hoy la frontera se ha difuminado. La propuesta del MAS de reforzar el centralismo, más poder en manos de pocos, es la utopía vivida desde la Colonia y la República hasta nuestros días, con resultados evidentes, marginación, pobreza, atraso económico, cultural e institucional. La otra propuesta, República Unitaria con Autonomía, iniciada en Santa Cruz, se ha difundido a todo el territorio nacional, más poder a las regiones, sean estos departamentos, municipios, provincias o cantones, bajo la lógica moderna de entregar el poder al ciudadano, cercanía que garantiza mejor conocimiento de necesidades y aspiraciones en los pueblos, definiendo soluciones de manera concertada y más acertada, administrando los recursos con fiscalización de los interesados encima. La utopía del centralismo eficiente y democrático ha caído derrotada en los cinco continentes, mientras que los Estados con gobiernos descentralizados política y administrativamente están entre los más ricos y avanzados en el mundo.



Pese a todo esto, las fuerzas y organizaciones políticas del gobierno han penetrando el Oriente, como resultado de una economía en retroceso y aumento de la desesperación de grupos sociales aún más empobrecidos, así como por el poder corruptor del que hace gala el dinero en las capas medias, profesionales y empresariales. Muy por el contrario, las corrientes autonomistas ganan terreno al centralismo en occidente, sobre todo urbano, por la claridad del planteamiento, la reflexión constante sobre el resultado histórico del centralismo, y la convicción de los líderes, que se han multiplicado y fortalecido en la lucha y la solidaridad proclamando libertad, democracia y desarrollo. Como es lógico, estas ideas han pegado y están fuertemente reproducidas por los movimientos juveniles, donde la utopía del cambio por mejores días encuentra su mejor sujeto y acción. Cuando la pureza de las ideas y de intención ha sido deslizada con inteligencia a estos movimientos, la nobleza de la juventud siempre pone la energía que hace posible los grandes cambios en la humanidad. Occidente ya no es un frente único proandino centralista y, curioso, los mal llamados o autodenominados “revolucionarios”, han tenido que recurrir a los elementos menos calificados y más reaccionarios para difundir su prédica, dando lugar a miles de ciudadanos que conforman huestes dóciles al gobierno para pelear a lo bruto y mercenario, puñetes, patadas y chicote, convirtiendo en consigna sin alma los ideales de cambio; los movimientos sociales son ahora los pongos de la nueva oligarquía.

En este difuso espacio se fragua el proyecto de Nación, que para unos es Bolivia, mientras que para otros es el Qullasuyu (www.el-nuevodia.com/20090327). Pero el tiempo juega a favor de unos y en contra de los otros. Si algo caracteriza a la modernidad es su vocación y capacidad de fuerza integradora de espacios geográficos, comerciales, económicos, sociales, políticos y culturales. Lo contrario ha dado lugar a enclaves étnico culturales que sirven hoy día sólo como motivos exóticos para deleite del turismo curioso y adinerado. Bolivia en su gran diversidad geográfica, étnica y cultural parece convertirse en un reto al movimiento globalizador universal, que no se inicia con el capitalismo y menos con el neoliberalismo, como les gusta repetir erróneamente a los acólitos de la burocracia política nacional, como si los fenicios, griegos, turcos, romanos, venecianos, chinos no hubieran existido. El intento reductor y retrógrado a las aspiraciones del pueblo boliviano movido por el discurso presidencial y de algunos “blancoides” del gobierno, desnuda su ignorancia o desorientación fundamental ideológica, pues siendo marxistas de viejo cuño no reconocen la dialéctica en la historia, que enseña que cualquier etapa de la humanidad refleja la lucha por “superar”, no “conservar”, las condiciones de sometimiento impuestas a la sociedad humana, no es precisamente la fuerza conductora hacia su destrucción. Volver a una sociedad centralizada, teocrática, clasista (aunque sea en beneficio teórico de los indígenas), donde no tienen cabida los derechos y deberes individuales es volver a la página oscura de la humanidad, superada en la mayoría de los países en occidente.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

El vice del CPSC lanzó la frase en la Plaza 24 de Septiembre, ¡Jamás nos rendiremos!, ojalá sea como expresión de la convicción con la que el pueblo de Bolivia trata de construir una sociedad en libertad y democracia, y no sea sólo una respuesta al desafío venezolano, “El enfrentamiento con la oligarquía es a muerte. No hay pacto posible con la oligarquía” (H. Chávez, EFE 20090316).

*CEO del ICEES, Santa Cruz (Bolivia)

**4 de mayo, 2008 Referendum Estatutos Autonómicos

Publicado www.el-nuevodia.com/20090409