La industria automotriz revive el interés por el litio boliviano

Empresas de Japón, Francia, Corea y Brasil están interesadas en el mineral, cuyas mayores reservas están en el salar de Uyuni. Expertos afirman que hay que mejorar la competitividad del país para el éxito del proyecto del Gobierno.

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RESERVAS DE BOLIVIA • Montones de sal fueron apilados en un sector del salar de Uyuni, donde el Gobierno construye una planta piloto para la producción de carbono de litio.



La Razón

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La matriz energética comienza a cambiar en el mundo, y del uso de combustibles orgánicos (gasolina y diesel, entre otros), cada vez son más los países que optan por la energía eléctrica, con el propósito de reducir costos y la contaminación ambiental.

Este hecho hizo renacer el interés por el litio de Bolivia, que con 5.000 millones de toneladas métricas del metal, es el país con las mayores reservas mundiales.

La primera vez que la reserva del salar de Uyuni despertó el interés internacional fue en 1992. Entonces, la empresa británica Lithco estuvo a punto de explotar el litio, sin embargo fue obligada a declinar por la presión de grupos sociales de Potosí, que no permitieron que el metal salga con pocos beneficios para la nación.

Tras 17 años, el mundo vuelve a mirar a Bolivia, ahora que la ciencia desarrolla investigaciones para perfeccionar la industria de los vehículos eléctricos, y lograr que la energía de una batería de litio (liviana) dure años sin ser recargada, a diferencia de las actuales, que deben ser llenadas cada 50 ó 70 kilómetros.

Prueba de ello es el manifiesto interés de empresas como las japonesas Sumitomo y Mitsubishi, la francesa Bolloré y la coreana LG (proveedora de General Motors) por explotar el litio que se halla en el salar de Uyuni. Pero además de éstas, hay otras compañías de Brasil y Estados Unidos que también miran con interés al país, afirma Freddy Beltrán, director general de Minería.

A la fecha, el país que produce la mayor cantidad de carbono de litio es Chile, cuyas reservas en Atacama llegan a 3.000 millones de toneladas métricas y son las segundas más grandes del planeta. El producto es utilizado para la fabricación de baterías de celulares y de vehículos, cámaras y computadores portátiles.

El interés de las empresas transnacionales abrió los ojos del Gobierno, que ya inició la construcción de una planta piloto de carbonato de litio en Uyuni. Se prevé que la instalación esté terminada hacia diciembre y que comience a operar el 2010, con una producción de 40 toneladas, según explica el ministro de Minería, Alberto Echazú.

Las expectativas son mayores, pues según Beltrán, las reservas probables cuadruplicarían los 5.000 millones de toneladas métricas de reservas probadas.

Sin embargo, Beltrán aclara que esta planta no tiene objetivos económicos, sino que será la base del diseño de una gran factoría para la industrialización del litio. La autoridad minera señala que Bolivia está consciente de que el proyecto requerirá de un socio capitalista, ya que se necesitará de un mínimo de 200 millones de dólares de inversión.

Sin embargo, el director de Minería señala que, si bien las empresas interesadas tuvieron contactos serios y oficiales con el Ejecutivo, estas compañías realizan buenas ofertas para llevarse la materia prima, cuando lo que pide el Gobierno es que se haga la industrialización del litio en el país. “Las reglas son claras en cuanto al riesgo compartido con el Estado y la parte impositiva, pero realmente el freno es que las empresas quieren llevarse la materia prima, quieren torcernos el brazo para que les vendamos el carbonato de litio. Nos dicen ‘podemos financiar la planta y pagar buen precio, pero déjennos llevarnos el carbonato’”.

Indica que ahora las empresas interesadas deben competir y la que presente el mejor proyecto de industrialización estará más cerca del litio boliviano. “Vamos a hacer acero en el Mutún, cobre metálico en Corocoro, todos nuestros contratos van hacia la obtención de valor agregado, con el litio también queremos eso”.

El proyecto piloto tiene un avance de 35%

La planta piloto para la producción de carbonato de litio, cuya construcción empezó en mayo del 2008, ya tiene un 35% de avance, según el director general de Minería, Freddy Beltrán.

Bolivia está interesada en desarrollar la producción de este metal —cuyo precio en menos de cinco años subió de 30 a 300 dólares el kilo— para la industria automotriz, que hacia el 2020 habrá copado el mercado con vehículos eléctricos que funcionan con baterías de litio.

La planta piloto está ubicada en el cantón Río Grande de la provincia Nor Lípez, del departamento de Potosí.

La construcción de la factoría tendrá un costo aproximado de $us 6 millones. Se prevé que la obra esté lista hasta diciembre de este año. Mensualmente, la planta producirá 40 toneladas métricas de carbonato de litio, 30 toneladas de ácido bórico, entre 200 y 400 de sulfato de cloruro de potasio, 400 toneladas de cloruro de magnesio, 120 de carbonato de sodio y 350 toneladas de bórax. La obra genera 95 empleos directos y 130 indirectos.

La competitividad es clave para el éxito del proyecto

ANALISTAS • Dos expertos coinciden en que el país deberá ofrecer ventajas tributarias a sus posibles socios en la industrialización del litio.

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JAPÓN • Un ejecutivo de Mitsubishi maneja un auto eléctrico iMiEV. Fue el 2008.

Si bien se espera que a mediano plazo se dispare la demanda del litio en el mundo, sobre todo en la industria automotriz, Bolivia necesita hacerse más competitiva para atraer a socios que apoyen a la industrialización del mineral, ya que tiene la competencia de Chile, Argentina y Australia, opinan dos expertos en minería.

Dionisio Garzón, ex ministro de Minería, explica que aunque Bolivia tiene la mitad del litio del planeta, necesita de la tecnología que permita la explotación industrial del metal y la posterior fabricación de baterías de ión de litio. Esto —agrega el experto— se lo puede dar sólo un socio que desarrolló dicha tecnología.

Mientras, Jorge Espinoza, también ex autoridad del Ministerio de Minería, considera que Bolivia tiene desventajas en cuanto a los costos de explotación y exportación frente a Chile, que tiene mayor experiencia en el litio; pues —apunta— sus reservas tienen más contenido del metal y está más cerca de la costa que el yacimiento del salar de Uyuni.

En este contexto, Garzón señala que debe medirse el costo-beneficio en comparación con otros países que producen litio, pues es uno de los aspectos que tomarán en cuenta aquellas empresas que apuntan a convertirse en socias del Ejecutivo para la explotación del metal boliviano.

“La mano de obra barata para el país es ventajosa, pero el problema es que los impuestos son altos”, manifiesta. El experto sugiere que en el reglamento de la ley minera se busque una salida para los proyectos que están empezando y se otorgue facilidades.

“Nosotros tenemos la desventaja de no tener acceso a la costa, lo cual significa costos adicionales —por transporte— para traer equipos y para exportar productos; por lo que se tiene que pensar en un tratamiento especial para las inversiones, en cuanto al tema tributario y a los aranceles aduaneros”. Recomienda establecer una excepción de impuestos para traer la maquinaria y ajustar la regalía minera y el impuesto a las utilidades.

Otras industrias se nutren con la explotación del litio

USOS • Además de los fabricantes de autos, el rubro farmacéutico también emplea el metal.

La industria de las baterías eléctricas para vehículos y otros aparatos electrónicos no es la única que aprovecha las ventajas del litio, pues el metal también se emplea en productos farmacéuticos y en el campo de la química, por lo que su explotación tendrá un efecto multiplicador, según el Ministerio de Minería y Metalurgia.

Freddy Beltrán, director de Minería, explica que la explotación del litio en el país vendrá acompañada del aprovechamiento de otros metales, como el boro, que puede ser utilizado para la fabricación de vidrio; y el potasio, empleado para elaborar fertilizantes. En ese contexto, Beltrán anuncia que, en torno a la producción de carbonato de litio, el Ejecutivo prevé crear un complejo productivo, con diferentes plantas industriales.

“Queremos que haya valor agregado, por lo que también se puede entrar al campo de la química básica, y producir cloruro de litio, hidróxido metálico, carbonato de sodio, entre otros”, sostiene la autoridad minera.

Los usos del litio son múltiples. En la siderurgia, se emplea para reducir la viscosidad de los aceros inoxidables; en la industria farmacéutica, interviene en la síntesis de la vitamina A; y bajo forma de sales y óxidos, se utiliza en otros sectores industriales.

El hidróxido de litio es empleado en la fabricación de sales de litio o en la preparación de jabones de ese metal; además, se utiliza como catalizador en las reacciones de esterificación y también en la industria cerámica.

En farmacéutica, se utiliza principalmente para elaborar medicamentos usados en psiquiatría, ya que permite combatir la depresión y sirve para tratamientos de trastornos.

Mientras, el carbonato de litio estabiliza el estado de ánimo de los pacientes en fase maniaca y disminuye el riesgo de suicidio en las fases depresivas, según el portal “El mundo es salud”.