“NO ES FACIL CAMBIAR PORQUE LOS GRUPOS DE PODER SIEMPRE RESISTEN”
REPORTAJE A EVO MORALES
Por Santiago O’Donnell de Página 12
En su paso por Buenos Aires, donde firmó con su par paraguayo el fin de los conflictos limítrofes entre los dos países, el presidente boliviano explica por qué busca la reelección, cuenta cómo enfrentará Bolivia la crisis mundial y analiza los cambios que recorren América latina
EL PRESIDENTE DE BOLIVIA, EVO MORALES, EN BUENOS AIRES, EN CARRERA PARA LA REELECCION
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En el hotel donde se alojó durante su estadía en Buenos Aires, Evo señaló a Página/12 que buscará la reelección “para terminar lo que empezamos” y que la oposición más seria “son los jerarcas de la Iglesia y algunos medios”.
Evo Morales está de buen humor. Viene de conseguir que el Congreso boliviano le habilite la posibilidad de llamar a elecciones presidenciales en octubre, en las que buscará su reelección ante una oposición fragmentada y sin líder. Para sacar la ley electoral del Senado tuvo que negociar duro, hacer huelga de hambre y ceder en cuanto a la participación extranjera en las elecciones y la representación indígena en el futuro Parlamento. Pero sacó la ley.
Después de un año difícil, en el que debió sortear un intento de golpe, esta vez no viene a pedir apoyo internacional, ni comprensión porque el gas no alcanza, sino que viene a agradecer, y de algún modo retribuir, el apoyo del gobierno argentino en los momentos difíciles. Antes de sentarse a hablar con Página/12 en una suite del hotel que algunos soñaron con ver transformado en hospital de niños, Morales dice en otra entrevista, con el canal de televisión estatal, que Néstor Kirchner fue como un padre para él, y el apoyo argentino un bálsamo para su país.
Alegre, distendido, hasta afectuoso en la manera de tocar el hombro para enfatizar una coincidencia o de sonreír con picardía en busca de complicidad, Morales contesta con ganas y sin cassette todas las preguntas que su apretada agenda le permite.
–¿Por qué quiere ser reelegido? ¿Qué cosas le quedan por hacer?
–No es un deseo de Evo Morales. Es un sentimiento del pueblo boliviano y especialmente del movimiento popular. Segundo, yo acepto para concluir todo lo que empezamos: la industrialización por ejemplo, la consolidación de las transformaciones estructurales, asumir el rol del Estado en términos de crecimiento. Tercero, si Evo se va, puede haber fracturas hacia el interior del movimiento. Esos tres temas son los que hicieron que acepte la candidatura.
–Después de dos años de despegue se nota cierto amesetamiento en la economía boliviana. ¿Cómo los afecta la crisis mundial y cómo van a hacer para retomar el crecimiento?
–Los tres primeros años anduvimos muy bien. La crisis nos puede afectar primero en el precio del gas. Y segundo en la entrada de remesas. La gran ventaja que tiene Bolivia en este momento es que tiene mucha producción. Excepto trigo, en esos somos dependientes de la Argentina. Pero ya hemos implementado ciertas políticas, créditos al cero por ciento de interés para el tema de alimentación. Si hubiera algún problema se arregla produciendo más.
–¿Entonces la crisis no va a afectar la economía boliviana?
–Se va a sentir, le repito, con el tema del gas. Algunos ingresos bajarán para los departamentos, para las alcaldías y para el tesoro nacional. Pero también, en tres años, hubo un incremento en inversión y están acostumbrados a eso, a esa recta, la gente lo reconoce. Ha crecido como el 500 por ciento la inversión.
–¿Por qué le cuesta al MAS (oficialismo) conseguir otra figura presidenciable? Da la impresión de que cada vez que aparece uno, se cae.
–No hacen falta líderes. Sobran líderes. La disputa es porque todo el mundo se cree presidenciable. Ese es el problema.
–¿Cómo va a hacer para que respeten la nueva Constitución los que preferían la vieja?
–Tome el caso de las tierras. Los terratenientes ahora pueden quedarse con un máximo de cinco mil hectáreas. Más del 80 por ciento decide con su voto voluntariamente que el máximo será de cinco mil hectáreas. Imagínese. Ahora hay que implementar eso, es toda una tarea.
–¿Someterse al orden legal sirve para convencer a los demás de que hagan lo mismo?
–Eso es lo que nosotros hicimos. Gobernar subordinados al pueblo. Es el pueblo el que decide y nosotros somos sus sirvientes.
–Con respecto a lo que pasó hace dos semanas, ¿usted cree que la ley electoral se destrabó por su huelga de hambre o por las concesiones que tuvo que hacer?
–En el 2006 en Diputados, donde tenemos mayoría, ya estaba aprobado el voto extranjero. Pero en el Senado, donde tenemos minoría, no estaba aprobado. Por fin, con el nuevo proyecto de ley transitoria electoral nos limitamos a un porcentaje de voto extranjero. Se tiene que hacer la huelga de hambre para que se apruebe el voto extranjero, aunque sea limitado. Del total de los votos de Bolivia sólo puede haber un seis por ciento de voto extranjero. De eso trató la negociación, lamentablemente.
–¿Qué tal el 6 a 1?
–…
–El 6 a 1…
–¿Qué es eso?
–El partido de fútbol.
–¿Querés que te diga la verdad? Entre nosotros, yo hinchaba por Bolivia, pero también quería que gane la Argentina. Yo estaba en Viena ese día. Yo sabía que si ganaba la Argentina nos daban la altura (la autorización definitiva de la FIFA para jugar en la altura). Si gana Bolivia no nos dan la altura. Le soy sincero. Cuando volví yo lo dije en la reunión de gabinete.
–Pero usted lleva la verde en el corazón. No me diga que hizo fuerza por la Argentina.
–Yo soy muy realista. Más importante es ganar la altura que ganar ese partido.
–¿Qué le parece Obama?
–Mira, quiere mucho cambiar, pero está rodeado, ¿no? Lo entiendo. Ayer lo hablamos con Cristina. No es fácil cambiar porque los grupos de poder siempre resistirán.
–¿Y cómo le va con su oposición? ¿Va ganando la pulseada?
–¿Nosotros? Sí, nosotros. Si buscan matarnos es porque se sienten derrotados. En el 2006 dijeron que habían convocado un millón. Yo calculaba 300, 400 mil. 2007, 2008, cincuenta mil. Antesito, cuando la aprobación de la ley electoral, mucha gente dijo que eran cinco mil. Yo calculo quince mil. De trescientos mil bajaron a quince mil. La mitad de esa gente son empleados de las prefecturas o las alcaldías y fueron obligados a salir a la marcha. Pero si no tienen candidato, no tienen programa, no tienen nada. La mejor oposición son los jerarcas de la Iglesia Católica y algunos medios de comunicación. Esa es nuestra oposición.
–¿Ya se arregló el tema del impuesto a los hidrocarburos (que Morales les quitó a las prefecturas para financiar un programa de jubilación)?
–No, ya no hablan de eso, ya hay acuerdo.
–¿Ya no le reclaman plata desde la Media Luna?
–Pero la plata no se queda con el Evo, se queda con los viejos. Personas de la tercera edad. La Renta Dignidad (que financia el impuesto) es para todos los viejos.
–¿En qué momento creyó que su gobierno corría peligro?
–Con el (intento de) golpe de Estado (el año pasado). Tomaron aeropuertos, edificios públicos… yo estaba seguro de que iban a fracasar. Pero era usar la fuerza o no usar la fuerza. Ellos estaban buscando masacre y muerte. Si yo mandaba a las fuerzas armadas a Santa Cruz, habría habido reacción de grupos, un muerto, nueva reacción y masacre. Es lo que buscaban ellos. Incluso tengo una polera que dice “Evo asesino, renuncie”. Ellos habían hecho imprimir cantidad de poleras, para que salgan a marchar cuando haya un muerto. Tuvieron que quemar las poleras.
–¿Qué significa para usted la Pacha Mama?
–Para mí la naturaleza, la Madre Tierra, que le decimos Pacha Mama, es más importante que el ser humano. El ser humano, sin Pacha Mama, no es ser humano. La Pacha Mama, la Madre Tierra, la naturaleza, el planeta, sin ser humano sigue siendo planeta.
–¿Cree en Dios?
–Yo, para mí, Dios es la misma naturaleza. Si hay que ir a rezar, en la iglesia, no creo en esas cosas.
De la guerra a la unidad regional
CFK LES ENTREGO A LUGO Y MORALES LA MEMORIA QUE ESTABLECE LOS LIMITES FRONTERIZOS
Con un acto en la Casa Rosada, el presidente de Bolivia y el de Paraguay pusieron fin al conflicto que derivó en la Guerra del Chaco. “Si Lugo y Evo hubieran sido presidentes entonces, no habría existido esa guerra”, dijo Cristina Fernández.
Con la Presidenta como garante y anfitriona del encuentro, los presidentes de Paraguay, Fernando Lugo, y de Bolivia, Evo Morales, le pusieron formalmente punto final al diferendo limítrofe que llevó a la Guerra del Chaco a los dos países entre 1932 y 1935. El acto fue anoche, en la Casa Rosada, y Cristina Fernández de Kirchner les entregó a sus colegas la memoria final que fija la demarcación fronteriza entre ambos países, lo que quedó rubricado con la firma de un acta.
La ceremonia duró media hora, lapso en el que hablaron los tres presidentes, que coincidieron en resaltar el objetivo de unidad latinoamericana y en caracterizar a aquella guerra como una confrontación incentivada por intereses ajenos a la región. “Fue una guerra con olor a petróleo, como tantas guerras”, dijo CFK. El conflicto bélico entre Bolivia y Paraguay fue el más cruento del siglo XX en el continente y en el territorio del Chaco boreal murieron 95 mil personas.
“Si Lugo y Evo hubieran sido presidentes en aquel entonces, no habría existido esa guerra acicateada desde afuera”, sostuvo la Presidenta, e inmediatamente recordó que Spruille Braden era en ese momento representante de la Standard Oil Company, una de la empresas petroleras que empujaron y financiaron la guerra desde Bolivia creyendo que encontrarían petróleo en territorio paraguayo, donde tenía los derechos de explotación la empresa Shell. La Presidenta relató que Braden en 1945 asumió como embajador de Estados Unidos en la Argentina y llevó adelante junto a la oposición la campaña electoral contra Juan Domingo Perón en 1946. “Como verán, todo hace juego en América del Sur y nada es producto de la casualidad”, señaló.
Al referirse a los fuertes vínculos políticos que tienen hoy las naciones de la región, CFK dijo: “La unidad latinoamericana, el Unasur, el no enfrentamiento y la resolución democrática de los conflictos nos hacen ver la necesidad de profundizar los lazos de unidad”.
“Esta es la clausura definitiva de aquella etapa de enfrentamientos sin sentido que llevaron agua a los molinos de los otros que no estaban en América del Sur”, agregó.
En un momento, dirigiéndose a Evo Morales, la Presidenta mencionó el título de doctor honoris causa que le había otorgado por la tarde la Universidad Nacional de La Plata. “Hoy veía el acto, en ese patio que transitamos tantas veces Kirchner y yo cuando estudiábamos Derecho”, le dijo, ante la sonrisa aprobatoria del presidente boliviano.
“Vivimos una etapa inédita, la constitución del Unasur, pero además la mayoría de los mandatarios que hoy representamos a nuestros pueblos nos inscribimos en el campo de los movimientos sociales, nacionales y populares que dejaron la doctrina de los ’90 y el Consenso de Washington”, sostuvo más adelante la Presidenta. Eso le dio pie para “felicitar a Rafael Correa, que obtuvo ayer un triunfo inobjetable”, al ser reelecto presidente de Ecuador. Y prosiguió destacando la importancia de “lograr la unidad en la diversidad”.
“Sin lugar a dudas habrá quienes quieran volver al viejo orden, a la ausencia del Estado, pero la historia, el peso de la realidad, ha vuelto a poner las cosas en su lugar y nos demuestra que es impensable construir América latina sin la presencia de los Estados. El rol regulador, la presencia del Estado, es garantía para que haya más justicia y una sociedad igualitaria”, dijo.
El primero en hablar fue Evo Morales. Al igual que CFK, no leyó su discurso y comenzó afirmando que “hoy es un día histórico para nuestros pueblos” y agradeciendo la tarea de la Argentina “para que Bolivia y Paraguay pudiesen terminar con este tema en paz”.
“Seguramente si este conflicto se hubiese suscitado con Lugo y conmigo como presidentes, no habría habido guerra. El intervencionismo y militarismo no son soluciones para nuestros pueblos”, afirmó.
Morales dijo estar convencido de que “con Cristina y el compañero Lugo podemos decir que sí es posible un mundo sin guerras”. Y agregó: “Estaremos siempre juntos trabajando, ayudándonos, complementándonos, en beneficio de nuestros pueblos”.
Evo Morales ya había abundado en elogios al gobierno argentino en el acto en su honor realizado horas antes en la Universidad de La Plata, donde especialmente y en dos ocasiones, remarcó el trabajo que realizó el jurista argentino Rodolfo Mattarollo, al frente de la investigación llevada adelante por una comisión de Unasur, sobre la masacre ocurrida en la ciudad boliviana de Pando el 11 de septiembre de 2008. En esa ocasión algunos prefectos de departamentos separatistas pusieron en riesgo el orden constitucional en Bolivia y tuvieron un fuerte rechazo público de todos los presidentes de los países nucleados en Unasur, que se reunieron de urgencia en Chile para tratar el tema y emitieron un contundente comunicado de respaldo a la continuidad democrática.
Por su parte, Lugo también calificó al acto como “un momento histórico” y sostuvo que “la ola de cambios avanza de manera incontenible en toda nuestra América”. Aludió a las debilidades y fortalezas de Paraguay y Bolivia. En el primero de los casilleros ubicó a “nuestra penosa condición de mediterráneos” y en el segundo, a “la inconmensurable capacidad energética”. En ese sentido, propuso la integración para el crecimiento de la producción energética de ambos países, que juntos pueden contribuir además “al desarrollo de naciones hermanas”.
“Nunca más permitiremos en nuestra América que las apetencias externas nos enfrenten”, afirmó el presidente paraguayo. Y concluyó: “Nuestros países tienen un destino de grandeza que empezamos a compartir y este acuerdo debe servir de aliento a la gesta de integración por lo que lucharon nuestros libertadores”.
Además de los presidentes, estuvieron en el acto los cancilleres Jorge Taiana, David Choquehuanca (Bolivia) y Alejandro Hamed Franco (Paraguay), así como también los embajadores de ambos países en la Argentina y el embajador de Estados Unidos, Earl Wayne, también ministros y legisladores de los tres países.
Ciudadano ilustre y honoris causa
El presidente boliviano, Evo Morales, tuvo una intensa jornada ayer en el país. Fue declarado ciudadano ilustre por el intendente platense Pablo Bruera, en un acto que contó con la presencia del gobernador Daniel Scioli, el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, Estela Carlotto, de Abuelas de Plaza de Mayo, y Hebe de Bonafini, de Madres de Plaza de Mayo. En su intervención, Scioli resaltó sobre Morales “la lucha social y por la alfabetización que ha emprendido en su país” y “la tenacidad, su coraje y voluntad, en defensa de los pueblos originarios y los movimientos sociales”. Luego Evo Morales fue investido con el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional de La Plata, “por su visión de integración latinoamericana y de defensa de la soberanía de los pueblos”. En el acto de entrega, que se realizó en el patio de la universidad, el presidente de la casa, Gustavo Azpiazu, aseguró que se otorgaba el título a Morales por “cómo se convirtió en símbolo de lucha de los pueblos originarios y llegó a ser el primer presidente de origen indígena y campesino”. También la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP le otorgó en la misma ceremonia el Premio Rodolfo Walsh por su trayectoria en la lucha por la liberación de los pueblos. La distinción fue entregada por Lilia Ferreyra, viuda del escritor desaparecido durante la dictadura.
Acto con los cancilleres
El canciller Jorge Taiana calificó como “evento histórico” y “un paso más en el proceso de integración regional” la firma de un acuerdo limítrofe definitivo entre Bolivia y Paraguay, que pone fin a la disputa que produjo una guerra de 1932 a 1935, con más de 100 mil muertos. Horas antes del encuentro de los presidentes, los cancilleres de Argentina, de Bolivia, David Choquehuanca; de Paraguay, Alejandro Franco; y de Chile, Mariano Fernández –en representación de los países garantes–, presentaron el trabajo final de la comisión mixta encargada de fijar los límites. Taiana dijo que celebraba “el reencuentro fraterno de cuando la integración no es retórica”.