ABI: Tadic sospecha que húngaros Gaspar y Dudog fueron victimados por Rózsa

Otros medios: Unitel difundió extractos de las declaraciones de los dos sobrevivientes. Mencionan menos nombres de los que dio el fiscal

image Mario Tadic (foto El Deber)  

    La Paz, ABI.- El ex militar boliviano, Mario Tadic, integrante de la célula de milicianos europeos y criollos que tramaba la secesión de Bolivia y el asesinato del presidente Evo Morales, patentó el martes ante la Comisión Multipartidaria de la Cámara de Diputados sus sospechas que Eduardo Rózsa, cabecilla de la organización irregular, victimó a los mercenarios húngaros Daniel Gaspar y Gabor Dudog.



    «Tadic escuchó una fuerte discusión de los húngaros con Rózsa, quien les habría amenazado que era más barato gastar dos balas que comprar dos pasajes», parafraseó al ex militar el diputado, César Navarro, miembro de la comisión de Diputados, que el martes colectó las declaraciones de los miembros detenidos de la célula de mercenarios enquistada en Bolivia.

    Los integrantes de la Comisión no pudieron recibir las declaraciones de otro miliciano húngaro, Elod Tóasó, aprehendido y encarcelado en La Paz, lo mismo Tadic, por problemas de comunicación.

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    Tóasó articula un inglés muy rudimentario, razón por la cual la Comisión no pudo recibir sus declaraciones ampliatorias.

    Navarro expresó que Tadic, que también se formó en centros militares croatas, «duda que Gaspar y Dudog estuviesen con vida, porque ya no estaban alojados en los hoteles Santa Cruz y Las Américas, antes del 16 de abril cuando la Policía desarticuló la banda de milicianos conformada en Santa Cruz por Rózsa.

    Este es, de acuerdo con Torrico, un nuevo elemento que debe ser investigado, ya que no se tiene una precisión si los dos húngaros están o no en Bolivia.

    El diputado confirmó lo que señaló el fiscal cabeza de la investigación, Marcelo Soza, de que la misión de Tadic fue traducir al castellano los manuales militares de inteligencia para armar la organización irregular.

   Además, entregó los manuales a un boliviano y estuvo en varias oportunidades en el stand de la Cooperativa de Telecomunicaciones de Santa Cruz (Cotas) en la Fexpocruz, donde la Policía encontró un arsenal.

    Tadic reveló a la Multipartidaria que los problemas económicos de la organización eran resueltos a una sola llamada telefónica que hacía Rósza a personas externas.

    El fiscal Soza sacó a la luz pública facturas emitidas por el Hotel Las Américas a nombre de Hugo Antonio Achá, por montantes que oscilan entre los 6.000 y 9.000 bolivianos y que sufragaban los gastos de Rózsa y sus cómplices.

    La declaración de Tadic indica que las personas que realizaron el atentado a la casa del cardenal Julio Terrazas, el martes 14 de abril, fueron Rósza Flores y el irlandés Michael Martin Dwyer, abatidos por la Policía junto al rumano húngaro Manyarosi Arpad.

    De acuerdo con Torrico, Tadic describió la fisonomía de una persona que coincide con la de Achá, como uno de los financiadores o cajeros de la organización armada.

Las declaraciones de los detenidos

El Deber

Investigación. La red Unitel difundió extractos de las declaraciones judiciales de los dos sobrevivientes del hotel Las Américas. Mencionan menos nombres de los que dio el fiscal

Mario Tadic:   

– ¿Qué podría decirnos de los hechos de esta mañana (16 de abril)?

– No sé exactamente a qué hora, porque estaba durmiendo, escuché explosiones y disparos. La puerta de entrada de la habitación estaba reventada. Yo me levanté y seguí escuchando tiros, prendí la luz del baño y con las manos en la nuca esperé a ver lo que pasaba. Estaba en la habitación 454 de hotel Las Américas.

– ¿Qué hacía en Bolivia?

– Vine a hacer traducciones y adaptaciones de manuales del inglés al castellano.

– ¿Qué tipo de manuales?

– Manuales militares, de inteligencia, de táctica militar, de guerra, de apoyo logístico, sobrevivencia, ingeniería, comunicaciones, lucha humana, armas, exploración del terreno, administración de personal…

– ¿Qué más hizo?

– Conocí a algunas personas, de las que no sé sus nombres, porque Eduardo en esto era meticuloso. Estaban ‘El Viejo’, ‘Superman’ y ‘Lucas’.

– ¿Qué era lo que tenía en su habitación?

– Dos relojes, uno imitación de Rolex, el otro sin marca, una cámara filmadora, una radio portátil, una laptop, certificados de nacimiento de mis hijos en Bolivia y otros dos en Croacia (…), el pasaje de retorno a Madrid ya vencido por la jugada que me hicieron de retener mi pasaporte. Mi persona entregó el pasaporte a Eduardo y no sé dónde está. Cuando le reclamaba, él me decía que ya iba a aparecer. Un día le dije que si no había mi pasaporte yo me iba, y me dijo que más barata era una bala que un pasaje. La misma amenaza se la hizo a los otros dos que no veo desde hace un mes (Dudok Gabor y Daniel Gaspar). No sé si viajaron o qué pasó con ellos.

-¿Cómo es ese ‘Superman’?

– Flaco, alto, no tan alto, siempre con lentes, canoso, de unos 45 años aproximadamente, de cabello parado y echado para atrás. Ojos chicos y cejas espesas. Daba la impresión de ser una persona muy refinada, fina. Algo particular era su forma de caminar, porque lo hacía como una persona mayor, medio encorvado. Es camba.

-¿Qué es lo que vio o escuchó?

– El día que explotó la cosa en la casa del cardenal, Eduardo y Mike (Dwyer) llegaron a eso de la 1 de la mañana y se jactaron de lo que habían hecho. Ése fue el día en que yo estuve enfermo, en cama.

-¿En qué términos se jactaban?

– Eduardo dijo: “Le tiramos a éste y ahora veremos qué pasa”. Mike tenía cara para asustarse de la alegría que tenía.

– ¿Qué participación tenía Lucas?

– Lucas iba dos veces al mes. Lo he visto cuatro o cinco veces. Pienso que él también es jefe, porque cuando aparecía se solucionaban los problemas. Por ejemplo, cuando Eduardo se quedaba sin dinero, decía: Tengo que pedirle a Lucas”. Era alto y formido, casi pelado, de ojos grandes y boca bien gruesa con un anillango que debe costar un dineral. Hay una persona de 40 ó 45 años de tez muy clara, ojos claros, cabello castaño bien clarito que tenía una camisa blanca de rayas verdes. De él escuché que iba a dar un escáner y cosas para comunicación.

– ¿Cuáles serían las instancias superiores de Eduardo?

– Escuché que Eduardo tuvo dos o tres reuniones con el prefecto Costas. Él iba solo a reunirse con él. Venían diferentes movilidades a recogerlo. Sé que uno de los fallecidos fue a la casa del prefecto, a fin de aconsejarle sobre la seguridad. Eduardo también hablaba por celular con alguien, indicándole que tenía que ir a la casa de Rubén. (…) En una oportunidad habló con él por cinco horas. Yo sé que estaban organizando algo.

-¿Quiere agregar algo más?

-Hay un señor en Santa Cruz que lo llaman ‘Cabo’. Él llevó en dos oportunidades personal para que se entrenen.

Eduardo dijo: “Le tiramos a éste y ahora veremos qué pasa”. Mike tenía cara para asustarse de la alegría (atentado al cardenal)

     Elöd Tóásó

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– ¿A qué se debe su presencia en Bolivia?

– Me invitó Eduardo Rózsa porque en Hungría tenía problemas económicos. Con mis ingresos pagaba el 70% y con el 30% es muy difícil vivir, entonces, Eduardo me invitó para que le ayude en temas de informática y además podía viajar y conocer el mundo.

– ¿Quién le pagó los pasajes?

– Todo lo pagaba Eduardo.

– ¿Cuándo llegó a Bolivia?

– El 11 de noviembre de 2008 vine por primera vez. Me quedé hasta mediados de diciembre y posteriormente regresé en febrero de 2009. Son dos meses que estoy aquí y no salí de Bolivia.

– ¿Tenía armas?

– Sí, tenía una pistola. Eduardo me insistió en que la tenga y me dijo que como soy gringo era para mi protección y mi defensa, que aquí es normal. Yo soy pacifista nunca la utilicé en ningún momento.

– Si no le gustan las armas, ¿por qué la aceptó?

– Eduardo insistió mucho. Estaba muy nervioso y entonces yo acepté.

-¿Sabe usted manejar armas?

– Sí, en Hungría un amigo mío es policía y me llevó a un club de tiro, pero sólo una vez.

– ¿Qué sabe del atentado contra la casa del Cardenal?

– No sé nada. Cuando me arrestaron la Policía me preguntó qué hacía. Yo respondí que estaba viendo películas en mi computadora y no sé qué ocurrió.

-Usted comentó sobre un mapa que hacía con Eduardo.

-Eduardo me entregó un mapa digital y me pedía que ponga muchos puntos, colores, números en el mapa. Este mapa sólo era de Santa Cruz. No conozco la ciudad ni para qué eran esas marcas. Sólo hacía lo que me pedía Eduardo.

-¿Cuánto le pagaban por este trabajo?

-No me pagaban, cuando necesitaba dinero le pedía a Eduardo y me daba cinco bolivianos.

-¿Conoce usted a ‘Lucas’?

-Escuché ese nombre de Eduardo en una de sus conversaciones, pero no lo conozco.

-¿Conoce usted al ‘viejo’?

– Me acuerdo que lo vi una vez, es un hombre de edad, de cabello gris, pequeño, flaco y con bigote blanco.

-¿Sabe usted si al amanecer del día 15 de abril salió Eduardo de su habitación?

-No tengo idea, yo desayuné a las 8:00 y retorné a mi habitación.

-¿Conoce el campo ferial de Santa Cruz?

-Sí, fui al campo ferial a conectar el servicio de Internet, porque Eduardo dijo que va a venir un hombre que tenía que ver con Internet, pero exactamente no sé dónde queda.

-¿Qué sabe del armamento encontrado en el campo ferial?

-No sé nada.

-¿Quiere agregar algo a su declaración?

-La impresión que tengo es que Eduardo me ha utilizado y probablemente a las otras personas, porque él no hablaba con nadie. No teníamos relación de amistad con Eduardo. Tengo la impresión de que utilizaba a los demás de la misma forma. Quiero aclarar que cuando entraron en mi habitación, me desplacé al suelo con las manos hacia arriba, alguien me puso una polera, me pusieron las manos en la espalda, me llevaron al pasillo, me pusieron de rodillas y algunos me pegaron como podían. Un hombre de barba me dijo que como era gringo y terrorista, en la cárcel muchos cholos me iban a violar, golpear y otras cosas. Yo me desperté porque habían disparos y segundos después abrieron la puerta. Vi que había un policía con un arma e inmediatamente me eché al piso. Me sindican de terrorista y narcotraficante y no entiendo por qué. No soy terrorista no tengo la filosofía de matar animales ni menos a hombres.

“Un hombre de barba me dijo como era gringo y terrorista, en la cárcel muchos cholos me iban a violar y golpear”