El ex unionista, Alcides Mendoza, mostró sus marcas de tortura y acusó a Ignacio Villa y Mario Tadic de ser informantes del Gobierno desde febrero. También dijo que hay otros dos soplones.
El Nuevo Día
Domingo, 10 de Mayo, 2009
Sintiéndose más seguro y protegido por sus familiares, el ex unionista, Alcides Mendoza, recibió a El Nuevo Día y contó su verdad, después de haber estado diez días detenido en La Paz, acusado de proveer armas al supuesto grupo terrorista de Eduardo Rózsa.
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“Me dicen soplón, me dicen informante pero usted cree que si yo me haya vendido me iban a llevar así (por la fuerza), a mí me hubieran llevado en avión tranquilo como lo han llevado a Villa Vargas (testigo clave de la Fiscalía)“, dijo Mendoza mostrando las marcas de sus manos y piernas, que aún están inmóviles por los golpes.
El dirigente distrital, como se definió a sí mismo, añadió que tendrá hoy documentación que prueba quiénes eran los “soplones”, aunque adelantó que desde febrero Ignacio Villa Vargas “El Viejo”, a quien sólo vio tres veces y siempre junto a Rózsa, era el informante y que a cambio de eso recibió dinero al igual que el boliviano Mario Tadic Astorga, que fue detenido en el hotel Las Américas, el 16 de abril junto al húngaro Elöd Tóásó, únicos sobrevivientes del supuesto clan abatido a tiros. Añadió que existen otros dos “soplones” que formaron parte de la lucha autonómica, aunque no quiso revelarlos aún.
Mendoza aceptó que conoció a Rózsa desde enero pero que ya en febrero se alejó de él por consejo de su amigo Juan Carlos Gueder, quien también fue detenido ese mismo día y trasladado a la sede de Gobierno. Se realizaron tres encuentros, dos de ellos planificados, aunque el ex unionista prefirió no decir dónde eran las reuniones, aclaró que fueron en el marco de la camaradería y nunca hablaron de “matar” a nadie.
¿Qué pasó en el camino de Santa Cruz a La Paz cuando usted fue detenido por la Policía?
Me embolsaron la cara, nos maniataron ni siquiera con una manilla sino que nos amarran con una soga áspera, de ahí es un tormento, nos maniatan, nos encapuchan y bueno calculando como media hora de viaje, por el camino viejo a Cochabamba, nos meten por un lugar no sé dónde sería, nos bajan y nos golpean diciéndonos muchas cosas tratando que uno involucre a ciertas personas.
¿Qué les preguntaban?
Nos preguntaban de muchas autoridades y si decíamos no sabemos, sí o sí tenían que sacarnos que involucremos a las personas que ellos querían, a muchas autoridades.
¿Qué pasó en la Fiscalía?
Cuando yo llego a La Paz el cambio fue rotundo, agradezco a dos mujeres que hicieron una colecta para comprarme ropa y lloraron cuando nos vieron, cuando a mí me sacan la venda este brazo (der) lo tenía dislocado el hombro y paralizado.
¿Usted involucró a alguna autoridad?
No nunca, eso no he dicho, cuando yo me entero fue por mi abogado que me habían involucrado en cosas que yo no había dicho, que es falso. Cómo voy a hablar si yo nunca he visto cosas ilícitas, siempre los he visto trabajar en la autonomía que yo he sido parte del proceso.
¿Los obligaron a declarar?
Yo no quería declarar porque pedía un abogado de confianza, me ponen un abogado de oficio que no hay mucha credibilidad y nos dimos cuenta que efectivamente se prestaba al juego de ellos. Hice una declaración sobre los maltratos que recibí y después dije no voy a declarar más, ellos (Fiscalía) querían a toda costa que yo siga declarando.
¿Usted conoció a Eduardo Rózsa?
Yo lo conocí una vez, me habló como periodista me dijo ‘necesito hacer varios documentales’ porque esa era la intención, al menos fue lo que me dijo, después no lo vi más, pasó carnaval y nos encontramos unas tres veces en el centro, el último encuentro fue en la plaza. En dos de las ocasiones él me llamó y el último encuentro fue fortuito.
¿En esos dos encuentros dónde fueron y de qué charlaban?
Yo por muchas cosas no puedo decirle dónde, me entiende, quiero que respete eso, pero sí yo lo conocí casualmente, lo vi unas tres veces. Todo era camaradería, risas, me decía Santa Cruz aquí… a veces me preguntaba cómo los ves a tus líderes y él me decía están errando en esto. Pero nunca un fin de lo que ellos, seguramente no me lo quiso decir, lo tenían planificado, no sé nada de eso.
¿Cómo conoce a Ignacio Villa Vargas (testigo clave de la Fiscalía)?
En un anterior encuentro, pero lo único que yo sé es que él nunca se apartaba de Rózsa, siempre andaba con él y me tilda de conseguir armas, por eso cuado yo llegué a La Paz pedí un careo con él, yo y mi amigo Gueder, lo pedimos y le dijimos al fiscal, él nos acepto, pero cuando vio, él diría me lo van a desenmascarar a mi testigo clave y no quiso y lo dilató.
Usted dijo que habían soplones ¿a quienes se refería?
Sí, correcto, vamos a ampliarlo el día lunes con mi amigo Gueder, nos están mandando una documentación de La Paz donde yo le voy a mostrar los papeles que había un señor desde octubre que venían siguiendo y lo más doloroso gente cruceña, gente camba, que está en esto.
¿El Gobierno infiltró personas?
Claro, no sé si lo infiltraron o los tipos por plata fueron y se vendieron. Pero yo le digo que a Villa, sí le dieron plata por los primeros videos que entregó que fueron en febrero, lo mismo que Tadic.
¿Los otros dos “soplones” son gente activa de la lucha autonómica?
Sí, por eso le digo un poquito de espera, yo voy a convocar a los medios y les voy a entregar para que vean con todo de la Fiscalía, quién estaba soplando, está con fecha y dice el monto de dinero.
“Hice una declaración sobre los maltratos y después no quise declarar, ellos querían hacerme declarar”
“Yo pedí un careo con él (Villa Vargas) pero el Fiscal lo dilató seguro dijo me lo van a desenmascarar”
“No sé si lo infiltraron o los tipos por plata fueron y se vendieron. Pero yo sí le digo que a Villa le dieron plata”