Es claro que en lugar de “pollos de granja” que canten al mismo tiempo, Evo preferiría tener pollos mudos o que solo abran el pico para cantarle loas.
Los ataques y agresiones en contra de la prensa en los tres años y algo mas de gobierno de Evo Morales son innumerables y dada su recurrencia no es posible decir que se trataba de casos aislados. Por el contrario, existen elementos que indican que las agresiones de «organizaciones sociales» no solo fueron toleradas por el gobierno sino que fueron promovidas por el.
Ante esta situación es comprensible la preocupación de la Sociedad Interamericana de Prensa, que envío una comisión al país para indagar sobre el estado de la libertad de prensa en Bolivia.
Pero Evo, con la soberbia que le caracteriza aumentó su artilleria contra los medios y los periodistas acusándolos de “mentir y difamarlo” con lo cual quiso justificar sus ataques y los de sus correligionarios como una natural reacción ante la prensa que lo sataniza de manera injusta.
Pretender enseñar a los periodistas como deben realizar su trabajo ya es un exceso del presidente dada su escasa formación en este y en otros campos, excepto en el arte de mentir y distorsionar las cosas en que la experticia del gobierno es insuperable, pero dudamos que algún periodista honesto este interesado en aprender sobre esto.
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“Debieran aprender a preguntar” dijo Evo refiriéndose a los periodistas en la reunión que sostuvo con los representantes de la SIP aunque es evidente que lo que quiso decir en realidad es que no le pregunten sobre temas inconvenientes como corrupción, ineficiencia administrativa, pésima diplomacia y otros. Es claro que le gustaría mucho mas tener una prensa servil, en el modelo de los medios de comunicación estatales convertidos en masistas, que, es claro, difícilmente podrían ser ejemplos a seguir.
En una oportunidad llamó “chismoso” a un periodista de La Razón , por el “delito” de publicar una información que no fue de su agrado. En otra se refirió a cuestiones de la vida personal de una periodista de Unitel y finalmente, humilló públicamente a un periodista de La Prensa al amparo de su investidura.
Los periodistas fueron también agredidos en forma permanente por seguidores del MAS ante la mirada complaciente de Evo que no solo se quedo callado sino que respaldó y justificó los hechos de violencia.
Se tendría que mencionar también el atentado terrorista contra las oficinas de Unitel en la ciudad de Yacuiba en el que estuvo involucrado un militar de su seguridad personal, el cual, a la fecha, goza de absoluta libertad, es que el teniente Nava es del grupo de los «terroristas buenos» y los llamados a luchar contra el terrorismo que hace Evo pidiendo la cabeza de ex comandantes en retiro, no le tocan a gente como él comprometida con el «proceso de cambio».
En suma, son demasiados los elementos que muestran que la libertad de prensa en Bolivia atraviesa uno de sus peores momentos. Las acciones planificadas del gobierno, ya sea de forma sutil o abierta, lo que en realidad busca es tener una prensa totalmente amordazada, sin el menor sentido crítico.
Es claro que en lugar de “pollos de granja” que canten al mismo tiempo, Evo preferiría tener pollos mudos o que solo abran el pico para cantarle loas.
* Caricatura: LápizTOLA, periódico La Prensa