El verdadero rol de las Fuerzas Armadas

La elaboración de una nueva doctrina basada en la concepción del “Estado Plurinacional” implicaría, de ser cierto, un drástico cambio de la doctrina castrense tradicional…

image Editorial La Prensa

Como ya lo expresamos, las Fuerzas Armadas gozan del respeto general por su intachable conducta desde la restauración democrática del 10 de octubre de 1982. Hoy seguimos felizmente en democracia, aunque cada día con mayores zozobras. Las FFAA definen su función en el artículo 244 de la nueva Constitución (NCPE): Las Fuerzas Armadas tienen por misión fundamental defender y conservar la independencia, seguridad y estabilidad del Estado, su honor y la soberanía del país; asegurar el imperio de la Constitución, garantizar la estabilidad del Gobierno legalmente constituido, y participar en el desarrollo integral del país. Complementan la Ley Orgánica y reglamentos diversos.



Los militares no deliberan ni manifiestan preferencias políticas, aunque individualmente puedan tenerlas y votan en los comicios. Es por eso que siguen preocupando los apoyos políticos del Alto Mando, los que exceden el garantizar la estabilidad del Gobierno constitucional.

Por otro lado, surgen situaciones como la sucedida en Pando y ahora la “militarización” de Santa Cruz con el envío de 1.500 uniformados extra. A ello agréguese el rumor sobre la elaboración de una nueva doctrina basada en la concepción del “Estado Plurinacional”. Esto implicaría, de ser cierto, un drástico cambio de la doctrina castrense tradicional de una nación boliviana única e indivisible, aspecto de plena coincidencia con la inmensa mayoría de la bolivianidad. Se partiría —con esta potencial nueva doctrina militar— de la “defensa” de 36 naciones en torno a un Estado de características peculiares. Asimismo, el eventual uso de la wiphala como emblema complementario al de la bandera tricolor daría la sensación de una “occidentalización” de las FFAA, pues la wiphala no tiene mucho asidero en grandes poblaciones del oriente y del sudeste de Bolivia.

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Las FFAA precisan actualizar su doctrina, pero ésta tiene que ser estructurada a largo plazo, como factor de unidad de la patria y respetando su diversidad. Las FFAA son y deben ser siempre nacionales.

El mando militar estadounidense —durante el conflicto de Vietnam del siglo pasado— debía disponer de diez soldados por cada miembro del oponente Vietcong. A los fines de una ocupación de ciudades, el índice promedio era de un soldado cada cien habitantes. Pese a estas previsiones, esas tropas fueron ignominiosamente derrotadas en el sudeste asiático. Hoy en Irak, más de 130.000 soldados son impotentes para controlar la insurgencia interna.

Estos razonamientos llevan a la conclusión de que si se pretende “dominar” a Santa Cruz, las fuerzas desplegadas son absolutamente insuficientes; se trata de efectos psicológicos para asustar a la población cruceña que unánimemente desea vivir unida al resto del país, en trabajo y progresando. En lugar de prestarse a estos negativos despliegues pseudo amedrentadores, es mejor que las FFAA se dediquen a sus tareas específicas de naturaleza nacional. Así serán siempre el cuerpo protector de una Bolivia unida, no un potencial brazo represivo del mandante de turno.