Jimmy Carter en Bolivia


image Quizá vaya contra la corriente, pero de lo que estoy seguro es que aún no me falla la memoria, especialmente cuando huelo un impostor o un sectario.

Por Sergio P. Luís

Profesional independiente



El señor James Earl Carter Jr., conocido como Jimmy Carter, acaba de visitar nuestro país. Vino como santón de la democracia y de los derechos humanos. El ahora anciano ex presidente de los Estados Unidos (84 años), es movedizo e inclusive cuenta con una organización: el Centro Carter, que ya ha creado no pocas sospechas por su parcialidad en favor de los sátrapas del populismo latinoamericano e, inclusive, del terrorismo.

Este personaje vino a tomar exámenes a Evo Morales y a los prefectos opositores. Y También vino a recomendar que el primero se avenga a recibir en La Paz a un nuevo embajador norteamericano, y a enviar uno suyo –así sea ignaro como el anterior- a Washington; y a los prefectos que cooperen plenamente al presidente que fuera electo en elecciones populares, aunque éste haya abandonado las prácticas democráticas, violado las garantías constitucionales, apresado a ciudadanos por su ideas políticas y recurrido a la violenta y desenfrenada represión que ya resultó en más de cien muertos y centenares de heridos en estos tres años de gobierno del MAS.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Jimmy Carter vino a arreglarlo todo, y sanseacabó. No hay problemas en Bolivia ni con los Estados Unidos: se olvidan muertes, presos políticos, corrupción, avasallamiento a las instituciones y a la prensa, cerco de aullantes y agresivas huestes para imponer leyes, sicarios encapuchados, fraudes electorales, ofensas, expulsiones, acusaciones, sospechas, etc., etc. Así de fácil, así de sencillo… Y, al final: “Carter le prometió a Morales que volverá en diciembre, durante las próximas elecciones generales, para ayudarlo a cosechar hojas de coca” (“Apoyo de Carter para Bolivia”. Página/12. 03.05.2009).

Cuando se recuerda a este señor del “Sur Profundo” de los Estados Unidos, nos damos cuenta de que es un reflotado del fracaso. Fue presidente (1977 – 1981) y sus curiosos banderíos con terroristas y radicales, lo llevó a resonantes quebrantos.

Apoyó la revolución revolución sandinista en Nicaragua, alentando a Andrés Ortega, ahora ya conocido por sus tropelías e inmoralidad, y fue responsable del proceso revolucionario en Irán que acabó con el derrocamiento del Sha Mohamed Reza Pahlevi; apoyó al Ayatolá  (Ruhollah Musavi) Jomein y su gobierno fue uno de los primeros en reconocer al nuevo régimen formado por el déspota y jefe de la autocracia terrorista de Teherán.

Pero el pueblo norteamericano no perdonó su política de apaciguamiento culpable y su alineación con el extremismo, que fue causa de que los fundamentalistas iraníes asalten la embajada de los Estados Unidos y mantengan como rehenes a sus diplomáticos. Así, masivamente, el electorado le dio la espalda cuando pretendió ser reelecto.

Jimmy Carter, como en revancha por su triste final político, recorre países convulsionados y con problemas. Ahora se le ocurrió que es buena idea promover en su país a Evo Morales y darle el espaldarazo como demócrata y defensor de la ley. Para estos fines espurios, Carter usa sus dudosos méritos que le valieron su discutible premio Nóbel de la paz. Si, discutibles porque no fue un servicio a la paz el alentar a los terroristas nicaragüenses e iraníes, ni ahora lo es procurar el afianzamiento del despotismo populista violento en Bolivia.

Seguramente este Carter, que debería estar en el olvido piadoso, irá a Washington a cabildear en favor de un gobierno negador de la ley y de los derechos humanos, y él y Evo, orondos, cosechando coca en el Chapare…