La Medialuna, entre el miedo y el deber

La «guerra» de Evo por el control absoluto del poder no conoce de treguas y tiene un aliado incondicional, el miedo de los otros.

La sistemática presión política, física y psicológica ejercitada por el gobierno de Morales contra las regiones del oriente, del sur y la amazonía, está haciendo efecto en los dirigentes y líderes de la llamada «medialuna» de la que es parte también Chuquisaca.

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Los Prefectos de la Medialuna

El primer combate político entre el oficialismo y el resto del país fue por la nueva Constitución, impuesta finalmente a costa de la muerte de tres ciudadanos chuquisaqueños en La Calancha.

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Luego vino un virtual sabotaje económico contra  los sectores productivos, a través de la racionalización de los energéticos y la política oficial que provocó el cierre de mercados a las exportaciones bolivianas a EEUU, comunidad andina y otros países, pero estas medidas quedaron chicas frente a la siguiente arremetida gubernamental para impedir los referendos por la autonomía, de cuya conquista se apropió luego.

Cuando todos pensaban que la «batalla» masista había parado, se produjo lo de Pando, militares apresando autonomistas, detenciones que se ampliaron a dirigentes del chaco tarijeño, de Santa Cruz y Chuquisaca. El máximo exponente de este «escarmiento» es el exprefecto pandino Leopoldo Fernández, que ya lleva más de ocho meses encarcelado, sin juicio ni sentencia.

Y le siguieron acusaciones sin prueba alguna, lanzadas por el propio presidente sobre «golpes cívicos prefecturales», intentos de «magnicidios», conspiraciones y ahora un nuevo elemento combinado: terrorismo y separatismo y a partir de ahí nuevas detenciones, imputaciones y decretos que atentan contra los derechos fundamentales de los ciudadanos.

Lo peor esta por venir, dicen algunos, es que la guerra  declarada del gobierno contra los disidentes ideológicos abarca a los poderes legislativo, judicial y van también por los medios de comunicación independientes, que son el último reducto de nuestra vapuleada  democracia.

imageLos cívicos de la Medialuna

¿Y del otro lado?, la oposición política, los movimientos regionales y cívicos han pecado por inconsecuencia, ingenuidad, egoísmo o simplemente han permitido que las cosas lleguen hasta aquí por falta de desprendimiento para hacerse a un lado y permitir que otros líderes tomen la bandera que algunos prefectos y cívicos fueron perdiendo a pedazos en el camino.

¿Que pasó con Santa Cruz?, la gran esperanza de todos los bolivianos de que se constituyera en un legítimo contrapeso del poder avasallante del MAS es hoy una nueva frustración.

Quien escribe encontró en días pasados al prefecto tarijeño Mario Cossio y a su colega de Chuquisaca, Savina Cuellar, juntos en San Lorenzo, el pueblo del aguerrido «moto» Méndez. Recibieron el cariño y el aliento de la gente, pero se notaba una cierta desazón en ellos, quizá por la dispersión en la que parecen estar las autoridades y líderes de la media luna agrupadas en el Conalde.

La «guerra» de Evo por el control absoluto del poder no conoce de treguas, tiene todos los medios, dinero, gente y equipos a su favor y un aliado incondicional, el miedo de los otros.

El miedo es natural a los seres vivos, el problema es ser su prisionero. Habrá algunos que enfrenten conflictos de  intereses entre la defensa de sus posesiones y de sus ideales, otros, cuya frivolidad les hace huir o agachar la cabeza ante el menor peligro y están los que dejaron cabos sueltos en el manejo de gestión y que los sabuesos del MAS usaran para el chantaje, pero la inmensa mayoría de cruceños, benianos, pandinos, tarijeños, chuquisaqueños y de bolivianos, están limpios y solo esperan que sus líderes se unan, enmienden los errores y enfrenten al adversario en la batalla final entre la democracia y la tiranía.

Zoe.