Son la «pesadilla» del poder

Los periodistas. Hoy celebran su día y este que es el “oficio más bello del mundo” como lo describía García Márquez, confronta una grave amenaza proveniente de las posturas intolerantes y autoritarias que forman parte de la impronta masista que gobierna Bolivia.

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No es exagerado decir que la prensa, durante los tres años del actual  gobierno, ha tenido que desarrollar su trabajo en condiciones que si bien no son idénticas a las de las dictaduras del pasado, se les parecen mucho.



Lo paradójico es que haya sido el presidente Evo Morales (el dirigente que mas apoyo y cobertura recibió de los medios durante dos décadas), el que generó estas condiciones de intolerancia. Que Evo tiene inclinaciones autoritarias, ni duda cabe. Su mesianismo lo lleva a considerarse un predestinado y esta convencido que se encuentra más allá del bien y del mal.

Este rasgo predominante de su personalidad hace que lo exaspere cualquier crítica por benigna que esta sea y de ahí a considerar a la prensa como su enemiga hay solo un paso. No se trató solo de la humillación que quiso infringir públicamente a un periodista en el propio palacio de Gobierno o de las ofensas inferidas a una periodista de la red Unitel metiéndose hasta en su vida privada, sino de las críticas que expresa de manera recurrente contra el sector y que son interpretadas por sus seguidores como ordenes directas para la agresión.

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Morales que exige a todos que se pronuncien sobre tal o cual tema que el interpreta como de «interés de la Patria», jamás dijo nada contra las agresiones y por el contrario, era evidente que estas le causaban una secreta complacencia.

Y no se trata aquí de emprender una defensa a rajatabla del trabajo periodístico o de pretender mostrarlo como la suma de las virtudes. Es una profesión u oficio como cualquier otro, ejercido por seres humanos que cometen errores pero que tiene un rasgo distintivo. Los medios de comunicación son el termómetro en el que se visualiza el grado de libertad y de desarrollo que tiene una sociedad.

Es cierto que en ocasiones algunas críticas, deslices y hasta cierto sensacionalismo que raya en la especulación, pueden incomodar a quienes detentan el poder, pero la reacción de los actuales gobernantes es desproporcionada y no corresponde a las convicciones democráticas que dicen tener.

Desde la recuperación de la democracia, jamás ningún Presidente maltrató tanto a los periodistas de los medios como lo hace Evo Morales y si en el último tiempo se ha visto una mínima apertura de su parte hacia  los «amigos de la prensa» como les llama cuando los necesita, es simplemente porque ya esta en campaña electoral para su reelección.

Muy serias amenazas se ciernen sobre la libertad de prensa en Bolivia y así lo advierten las organizaciones nacionales e internacionales del gremio, pero también es de esperar que las afrentas del poder sigan siendo respondidas con un trabajo responsable de los periodistas y con la misma valentía que lo hicieron siempre. Sin libertad de prensa no hay democracia.