Un pueblo firme e indómito a la hora de defender nuestros derechos

image DISCURSO DEL PRESIDENTE DEL COMITÉ PRO SANTA CRUZ – 04 DE MAYO 2009.

En este día histórico para los cruceños, quiero permitirme hablar de lo que somos y sentimos, de nuestra verdad, la real, no esas mentiras que el Gobierno pretende endilgarnos a todos y sobre las cuales ejerce su poder totalitario para acosarnos y perseguirnos.

Pueblo cruceño, no tenemos que bajar la mirada ni avergonzarnos de algo que no hemos hecho. Más bien, levantemos la cabeza y gritemos al mundo que estamos acá, para exigir el cumplimiento de la ley y el respeto al Estado de Derecho.



Señores, hagamos escuchar nuestra voz, están matando nuestra democracia y no debemos quedarnos callados.

Somos la esperanza de aquellas Mujeres y Hombres, de aquellos bolivianos que están sufriendo por sus familiares encarcelados ilegalmente.

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Estamos junto a nuestros hermanos que se mantienen firmes en Tarija, La Paz, en Cochabamba, en Oruro, en Potosí. En todos los rincones de Bolivia, exigiendo democracia, justicia, desarrollo y por sobre todo el respeto a los derechos humanos.

No permitamos que la estrategia comunista que intentar imponernos la “política del miedo”, se sobreponga a nuestros derechos.

Desde el gobierno dicen defender la Bolivia pluricultural y no aceptan la discrepancia en la diversidad.

El autoritarismo pone en peligro la democracia, la justicia, la libertad. Valores que no vamos a dudar en defender por ser derechos fundamentales que han costado sacrificios a tantos bolivianos y bolivianas.

Tenemos derecho a hacernos escuchar antes la amenaza totalitaria que se cierne desde el Gobierno Nacional.

No podemos permitir que se consolide un estado hegemónico en base a un populismo sin pie ni cabeza, que nos está llevando a la desintegración y al desastre, bajo un esquema fundamentalista y estatal, que alienta el clientelismo político, la prebenda y la corrupción.

Si no nos plantamos y hacemos valer nuestros derechos, con que cara vamos a mirar a esos hombres, mujeres y niños bolivianos, que fueron y están siendo agredidos por el atropello y la intolerancia del gobierno central.

Que esperanza les va a quedar a nuestros hermanos pandinos que se encuentran refugiados en Brasilea, como tantos otros perseguidos y presos políticos de la gestión de Evo Morales.

El verdadero Estado Social Democrático lo concebimos como protección y no como postración, como garantía de los derechos fundamentales del ciudadano y no como imposición de ideologías que afecten sus valores y principios.

Cruceñas y Cruceños,

El Gobierno de Evo Morales desde el inicio de su gestión ha estructurado una estrategia para destruir la institucionalidad del Estado.

Ha utilizado maniobras políticas para desmembrar las distintas instancias, descabezándolas y dejándolas sin los quórum correspondientes

Ha usando la prebenda y el acoso político directo sobre legisladores y miembros de la justicia, y de manera indirecta a través del cerco institucional, mediante los movimientos sociales afines al masismo.

Es decir, a la antigua usanza de Luís XIV, igual para nuestro Presidente se aplica la frase “El Estado soy yo”.

Ante ello, estamos en el derecho y es nuestra obligación, exigir que se respete la independencia de los Poderes del Estado, hoy llamados “Organos” por la Constitución del MAS, lo que incluye también al Órgano Electoral.

Creemos en la Bolivia pluricultural y multiétnica, pero unida e indivisible, conformada por ciudadanos con los mismos derechos e iguales oportunidades y gobernados por patriotas que nos vean y nos traten a todos por igual.

Hoy en Bolivia, eso no está ocurriendo.

No puede haber paz sin democracia y no puede haber democracia donde algunos tengan más derechos o más representación que otros, por el sólo hecho de tener una condición de origen diferente.

La propia Carta de la Organización de los Estados Americanos, reconoce que la democracia representativa es indispensable para la estabilidad, la paz y el desarrollo de la región.

Para el Estado Boliviano todos debemos ser iguales, en caso contrario el Estado no encontrará el equilibrio necesario y seguirá un proceso de resquebrajamiento social que lo llevará a su destrucción.

La estrategia ideológica del partido de gobierno ha diseñado el escenario de la división y el enfrentamiento, exacerbando un odio racial inexistente.

Bajo ese esquema está incentivando los conflictos entre los bolivianos.

La irresponsabilidad de quienes nos están gobernando va tan al extremo que poco les importa la vida humana; Más bien como lo sostiene su ideología marxista: es un indicador del progreso de su supuesta revolución.

Pero se encontraron con que acá en Santa Cruz, está la Bolivia integrada, bajo el pilar del desarrollo y el progreso, cohesionada por la unidad que da el trabajo.

Es cierto que tenemos una visión distinta del mundo y de las cosas; es cierto que tenemos formas distintas de trabajar y de producir, pero rechazamos con vehemencia las injustas acusaciones con las que nos provocan.

No somos oligarcas, no somos latifundistas, no queremos apropiarnos de las riquezas naturales con las que Dios y la naturaleza han bendecido estas tierras, no pretendemos dividir al país, no queremos separarnos de Bolivia.

Somos hombres y mujeres, nacidos y llegados de todas partes de Bolivia y del mundo, quienes emprendemos las más diversas formas de vida, en busca de un mejor destino y un lugar amable en este país.

Bajo esa visión, rechazamos el avasallamiento a las tierras y nos oponemos a que el Gobierno Nacional, a través de un proceso de saneamiento viciado y aplicando disposiciones inconstitucionales, cercene el derecho de propietarios privados, con la intención de controlar las áreas donde existen recursos naturales, para seguir llevándose nuestros ingresos por concepto de las regalías hidrocarburiferas.

La inseguridad jurídica que crea la ilegalidad y la arbitrariedad de esta política gubernamental es un atentado al empleo, afecta a todo el sector productivo nacional y pone en grave peligro la seguridad alimentaria de todos los bolivianos.

En Santa Cruz queremos seguir trabajando en unidad.

En Santa Cruz, los conflictos no nos hacen felices. No nos gustan.

En Santa Cruz hemos probado que podemos generar trabajo con más producción, pero la producción germina solo en terreno de paz, no de confrontación.

Nuestra gente no quiere dádivas ni bonos temporales, quiere trabajo permanente que les permita vivir dignamente y no a expensas de la prebenda política del partido de turno en el gobierno.

Dejemos que los pueblos crezcan de acuerdo a los valores esenciales del género humano. Permitamos que las personas usen todas sus capacidades para crear riqueza, empleo y trabajo digno. Propiciemos el desarrollo con equidad y respeto, preservando el medio ambiente, que es nuestro presente y futuro.

Acá en Santa Cruz, la fuerza del trabajo, el esfuerzo, la dedicación, la tolerancia y el amor por este jirón patrio, ha logrado disminuir las diferencias que hoy el Gobierno se esfuerza por resaltar.

Desde Santa Cruz queremos para toda Bolivia la consolidación de un modelo de desarrollo integral, participativo, con equidad, con justicia social, con respeto, igualdad y oportunidades para todos.

Por eso, rechazamos un Gobierno que quiere comprar conciencias y votos; que pretende pensar y actuar por los ciudadanos. Que no nos deja en libertad de hacer la patria que todos queremos.

El Gobierno del MAS no puede seguir poniendo la gestión pública al servicio de su ideología política, para hegemonizar el poder.

No puede disponer de todo el aparato estatal en beneficio de una parte y en contra de los demás. No puede querer dividirnos permanentemente a los bolivianos, sólo porque esa es la estrategia que le señala el Señor Chávez desde Venezuela.

Además, con esa estrategia chavista nos estamos quedando afuera del contexto internacional y afuera de los mercados donde colocar nuestros productos.

El Presidente Morales es quién debería ser nuestro estadista, no Hugo Chávez ni Fidel Castro.

Este Gobierno no puede seguir postergando la solución a los problemas con discursos políticos. No puede acusar a la región sólo para justificar su falta de políticas de estado, su falta de gestión gubernamental o peor aún la corrupción que ha penetrado a todos los ámbitos del Gobierno Central.

Cruceñas y cruceños:

Nos están atropellando la democracia, nos quieren destruir nuestro modelo de desarrollo, pero DEBEMOS SEGUIR UNIDOS en nuestra fe, que es la que nos impulsa a defender nuestros principios y derechos, que son también de todos los bolivianos que queremos un país mejor.

Debemos continuar haciendo historia en la defensa de la democracia boliviana y de nuestro modelo de desarrollo regional.

Estamos comprometidos ante la sociedad y el país, a no claudicar en la búsqueda de mejores días para todos los bolivianos. Vamos a seguir luchando para que haya equidad, justicia social y unidad nacional.

Deseo dirigirme a mis hermanos bolivianos:

Nos merecemos un país mejor. No permitamos que quienes anidan odios y rencores nos arrastren hacia el abismo y destruyan nuestra patria que tanto amamos.

No permitamos que quienes quieren el poder absoluto nos amedrenten y nos acobarden. Somos todos bolivianos. Nadie nos puede negar ni quitar ese derecho.

Ellos actúan con violencia como en Pando, la Calancha y tantos otros lugares, nosotros lo hacemos en paz, nunca con violencia.

Condenamos la violencia. La detestamos como mecanismo de gobierno, la detestamos como forma de terror para paralizar y desmotivar a los bolivianos,

La detestamos desde todo punto de vista.

Cruceños y Cruceñas:

Seguiremos, pacíficamente, haciendo escuchar nuestras voces para hacer valer nuestros derechos y para seguir repudiando todo lo que este Gobierno Centralista haga mal.

Continuaremos con esta lucha que es justa.

Tenemos que seguir haciendo escuchar nuestra voz en toda Bolivia y más allá de las fronteras. Un ciudadano a viva voz resalta ante miles en silencio y si cada uno asumimos nuestro rol, seremos millones y nadie podrá ignorar este reclamo por mayor libertad y democracia.

No tenemos miedo. Hagámonos escuchar. Hagamos valer nuestros derechos ante el opresor, hasta que el opresor deje de serlo o se vaya y deje expedito el camino para una verdadera democracia en Bolivia.

El país que queremos, no sería posible, si permitimos que se destruyan los cimientos que sustentan la convivencia humana, expresada en los valores de democracia, libertad y justicia.

No podemos ser indiferentes, ante la infame amenaza que existe, de parte del radicalismo ortodoxo emergente, que pone en riesgo la integridad del país.

Repudiamos con profunda objetividad a quienes están atentando y propiciando el enfrentamiento entre hermanos bolivianos. Lamentamos también que esta situación involucre a quienes tienen el deber de garantizar la seguridad y la unidad de la nación.

Seamos conscientes. No tendremos futuro sino defendemos el presente.

Somos un pueblo pacífico por formación, tolerante por tradición, pero firme e indómito a la hora de defender nuestros derechos.

Muchas gracias.