Están los ingenuos que creen que por haber ocupado un curul y hacer de florero en medios de comunicación ya es suficiente y los otros, los políticos con trayectoria y también los «evistas» disfrazados.
Algunos de los candidatos (de izq. a derecha) Román Loaysa, Alejo Veliz, Peter Maldonado y Manfred Reyes Villa.
De los «ingenuos» no hay mucho para decir. Son más que nada producto de una sobrevaloración personal y por lo general acaban diluyéndose en el tiempo. En el mejor de los casos esas candidaturas les sirven para obtener algún espacio en las organizaciones que si representan una alternativa política.
Entre la casi veintena de posibles candidatos, hay que mirar con cuidado porque a pesar del discurso antievista que algunos puedan esgrimir, en los hechos son funcionales al MAS; en realidad son parte de una estrategia dirigida a dividir a la oposición y restarle caudal de votos, principalmente en la clase media y en el sector indígena y provincial.
Por ahora no es prudente señalar cuales son las candidaturas que representan una real opción política opositora, pero si es posible sospechar de algunas otras que pueden resultar beneficiando a la del “caballo del corregidor” (Evo y el MAS).
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Una de las que levanta sospechas es la candidatura de Román Loayza, quien fue fundador del “instrumento político” y ahora aparece como un crítico del gobierno pero condescendiente con Evo Morales. Resulta que Loayza tuvo una inesperada “ruptura” con el MAS que, según dicen, estuvo pautada desde el mismo palacio de Gobierno.
Se debe recordar que un objetivo central del MAS es lograr el control completo del Senado, que en el presente periodo le dio más de un dolor de cabeza al partido gobernante. De acuerdo a la nueva Constitución Política del Estado, el Senado de la Asamblea Plurinacional estaría conformado por cuatro representantes por departamento. Dos serían asignados a una primera mayoría y los restantes dos a las otras fuerzas en forma proporcional.
En el MAS se han percatado de lo dificultoso que resulta en estas condiciones lograr el control del Senado, así se diera el caso de que gane en todos los departamentos, lo que es poco probable si habrían elecciones limpias.
Como recursos económicos no le faltan, el MAS ha diseñado una estrategia dirigida a captar votos aún en los departamentos llamados «rebeldes» para hacerse de un tercer y de ser posible un segundo lugar en la votación a objeto de obtener senadores adicionales que lo acerquen al control absoluto de la cámara alta.
Se asegura que Román Loayza es parte de esta estrategia y que estaría recibiendo aportes gubernamentales para su campaña. Como parte del trato puede atacar un poco a su «rival» Evo, sin que se le vaya a ir la mano. Si le va bien y cumple con su cometido, podrá retornar al redil.
Sin embargo, lo que llama la atención es que también han surgido otros «presidenciables» salidos de la oposición y que queriendo o sin querer le están haciendo el juego al MAS al promover la fragmentación de las opciones políticas, generando con ello mayor confusión y desaliento en los ciudadanos que quieren de verdad alternativas serías al proyecto hegemónico de Morales.
En las elecciones de diciembre próximo las medias tintas no tendrán cabida. El voto será a favor de Evo o contra Evo. En el segundo caso se deberá aguzar los sentidos para darse cuenta cuales realmente están en esa línea o, por el contrario, responden a un oficialismo disfrazado.