Daniel A. Pasquier Rivero *
** De no creer lo que está pasando en el país. Desde 1982 Bolivia se posicionaba a nivel continental como un centro importante de reformas políticas, sociales y económicas. Las principales reformas políticas se ratificaban en modificaciones a la CPE, donde la principal expresaba la voluntad del boliviano de vivir en democracia, y lo demostraba una y otra vez en su asistencia puntual ante las urnas. Se había cerrado un largo periplo de 18 años caracterizados por la inestabilidad y la injerencia militar decisiva en los asuntos del Estado. Se avanzaba en la consolidación de los derechos individuales universales y se proyectaba la modernización del Estado mediante su incorporación en líneas maestras a la realidad de un mundo competitivo, globalizado, respetuoso de los derechos humanos y de la conservación del medio ambiente.
Pero los vientos cambiaron, sobre todo a partir del 2000. Se sumaron, la ignorancia que se hace carne en gran parte de la población, la pobreza extrema a la que está sometido un porcentaje alto de la misma, la pervivencia de movimientos y líderes extremistas incrustados en todos los niveles de la sociedad y siempre atentos a cualquier oportunidad para seguir sacando provecho de prédicas demagógicas y las consabidas utopías, y, como siempre, la infaltable corrupción que ha dado al traste con cualquier intento serio de construir Patria. Una actividad marginal e ilegal, como es la fabricación y el tráfico de droga, daría coherencia a un proyecto social y político que buscó un espacio propio en la política nacional, que así, contó con las ventajas del soporte social, las masas de desplazados y convertidos en cocaleros, más el respaldo económico de una actividad tan rentable como el cultivo de la coca y su relación con el narcotráfico, con líneas imprecisas entre lo legal e lo ilegal.
Octubre 2003 definió quién mandaba en Bolivia. Desde entonces, en tan solo seis años, las instituciones republicanas han sido desmanteladas, las garantías constitucionales no existen y la misma Bolivia ha sido sustituida por el Estado Plurinacional. La violencia y la corrupción acompañan como características al movimiento político engendrado bajo la sombra de actividades ilegales. Se afianza la alianza del país con nuevos “ejes”, que tienen coincidencia de origen, métodos y estrategia, principalmente la Venezuela de Hugo Chávez, con la proximidad a grupos radicales y terroristas. El marxismo refugiado en la isla de Cuba por cincuenta años encuentra a su mejor aliado, para resucitar cual Ave Fénix, dándole a ese magma de movimientos sociales el soporte ideológico, a tiempo de conseguir los recursos económicos necesarios para perseguir con ánimo renovado la vieja utopía. En estas condiciones se busca la toma del poder total y se habla abiertamente de nuevo de “un, dos, diez Vietnam”. Se utiliza la democracia hasta donde convenga, para después volver a lo de siempre: los cantos revolucionarios del inicio, los del mundo feliz, se irán transformando en el crujir característico de los gobiernos totalitarios, con pérdida de libertades, el dolor por la persecución, la tortura, el espanto de los exiliados y desaparecidos, los condenados sin juicio y la muerte civil, o física, cuando haga falta para fijar en el imaginario colectivo la existencia de una oposición. Hay que eliminar todo lo que no comulga con el “dictat” de los transformadores del antiguo infierno en el nuevo paraíso.
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Mientras tanto, ¿dónde quedó la Patria? Ahora se importa gasolina desde Chile, ¿acaso negociar con los chilenos no fue la causa para la guerra del gas? De Argentina, el Estado Plurinacional compra, GLP, arroz, harina, ¿dónde se fueron los millones de la industrialización? Se trae diesel venezolano, el más contaminante, de quien ofrecía millonarias inversiones en el sector hidrocarburos. Y es que la ineficiencia se apoderó del Estado, pues según el presidente Morales, entre los movimientos sociales “sólo buscan pegas y candidaturas”. Pero el proyecto bolivariano avanza. Pronto se arrasará con libros “colonizadores”, la Editorial Santillana ya está advertida, y caerán las estatuas de Colón, por “descubridor del Nuevo Mundo”. Se consolida la práctica de acusar sin pruebas, el chantaje sin escrúpulos, la amenaza a seres queridos, y la utilización de elementos sociales descalificados para tildar de traidora, separatista, terrorista, a una sociedad entera, como ha sido el caso de la cruceña. Ya se puede llevar a prisión, al cadalso o a la guillotina, sin juicio, para eso hay fiscales, jueces y recintos especiales preparados. El método no importa, pues entre los “nuevos valores culturales” está hasta el reconocer como legítimo el matar a sangre fría en medio de orgías de coca, alcohol y primitivismo ancestral. Tanto éxito ha tenido esta bárbara práctica que se ha convertido en un bien exportable, y de degollar perros en Achacachi se ha pasado a degollar policías en el vecino Perú.
Ese es el mundo que nos ofrecen y en el que nos quieren hacer vivir. Mientras en Inglaterra una ministro renuncia al cargo antes de enfrentar la vergüenza de justificar que su marido gastó dinero público en pagar unos videos porno, en el Estado Plurinacional dos ministros mienten públicamente sobre la violación a territorio paraguayo, y no pasa nada. En territorios ocupados, como lo es Pando, se libera de culpa a detenidos por participar en la matanza de septiembre 2008, mientras otros cumplen nueve meses de secuestro y confinamiento sin juicio. El presidente Evo arma tremendo lío, cuando saltando todo protocolo diplomático entre estados, protesta por la concesión de asilo a algunos refugiados políticos bolivianos, mientras pone muro de hormigón al requerimiento de extradición de un perseguido por la justicia del Perú, acusado de terrorismo, y que se desempeña como un asesor del gobierno. Cómo se va a alegar inocencia al enviar una carta más que sugerente, del mismo Evo, a un congreso de indígenas en Puno, al que asisten dirigentes del MAS, en la que se llama a “pasar de la resistencia a la rebelión y de la rebelión a la revolución”, cuando pocos días más tarde hay decenas de muertos y heridos en un enfrentamiento entre policías y campesinos. Discutir quién escribió la carta, no es el tema.
Pero, tanto ruido no esconderá la melodía. El país y la comunidad internacional están despertando del sueño. La Unión Europea ha decidido seguir adelante mediante negociaciones bilaterales con los otros países andinos, dejando atrás la posición y los pataleos del Estado Plurinacional. EEUU gestiona la aprobación de nuevos TLC con Colombia y Panamá, a pesar de la arenga antiimperialista y antineoliberal del coro del ALBA. Francia y EEUU han negado asilo a Alberto Pizango, principal involucrado en la matanza de policías en Bagua, por considerar que en Perú “hay garantías para un juicio justo”. Y para corroborarlo, justamente Brasil, del amigo Lula, al conceder estatus de refugiados políticos a 118 pandinos reconoce que “no tienen garantías de un juicio justo” en el Estado Plurinacional, donde el Estado de Derecho ha quedado en suspenso ya hace bastante tiempo.
*CEO del ICEES, Santa Cruz (Bolivia)
**www.nodo50.org/estado de derecho
Publicado en www.el-nuevodia.com/20090611