Desde que se adhirió al ALBA, a cambio de unos cuantos denarios, Manuel Zelaya dejó de representar los intereses de los hondureños y se convirtió en un agente al servicio del Foro de Sao Paulo y de Hugo Chávez.
Su intento ilegal de modificar la Constitución, para mantenerse indefinidamente en el poder, constituye -sin duda alguna- un golpe de Estado.
La decisión de las Fuerzas Armadas de desobedecer la orden de distribuir el material electoral para el referendo, así como las protestas populares que ha habido en estos días, no pueden calificarse como insubordinación; se trata de acciones plenamente justificadas, con el objetivo de defender el orden constitucional vigente.
Las declaraciones de los gobiernos pertenecientes al ALBA en defensa de Zelaya, constituyen una intervención indebida en los asuntos internos de Honduras, y no buscan mantener la legalidad, sino respaldar las pretensiones totalitarias de su colega. Las amenazas de Hugo Chávez al pueblo hondureño son groseras, prepotentes e inaceptables.
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Es de esperarse que en los próximos días, voces vinculadas al castro-comunismo cubano y al Foro de Sao Paulo, expresen su opinión en apoyo a Zelaya, alegando que existe un golpe en su contra. Sin embargo, esas voces no son espontáneas, sino que responden a un plan orquestado por el gobierno cubano y financiado por el gobierno venezolano.
José Miguel Insulza no actúa como Secretario General de la OEA, sino como vocero del Partido Socialista de Chile, miembro del Foro de Sao Paulo; por eso no presiona a Manuel Zelaya, por querer imponer una Constitución totalitaria, sino al pueblo hondureño y a sus Fuerzas Armadas, que simplemente buscan protegerse de una dictadura.
La dupla Chávez-Insulza ha permitido imponer violaciones a las Constituciones de Bolivia y Ecuador, logrando de esta manera que Evo Morales y Rafael Correa -ambos integrantes del ALBA- puedan eternizarse en el poder y controlar los poderes públicos.
Con base en lo anteriormente expuesto, sugerimos respetuosamente a los hondureños:
Primero, que las instituciones -unidas o por separado- emitan comunicados rechazando la intervención indebida de Chávez en los asuntos internos de Honduras, declarándolo -incluso- persona non grata. Esa acción impedirá que Chávez siga actuando impunemente.
Segundo, no dejarse presionar por Insulza, ni por opiniones internacionales manejadas desde Cuba.
Tercero, resolver esta crisis recurriendo única y exclusivamente a los factores internos.
Y cuarto, mantenerse firmes, en cuanto a no permitir -por ningún motivo- que la Constitución y el orden democrático sean violados por el Ejecutivo.