De República a Estado cocalero plurinacional


Llegado el momento, todos los políticos deben pagar el respaldo que tuvieron de determinados sectores. En el caso de Evo Morales y los cocaleros se tiene una relación directa de causa y efecto que explica en buena medida la Bolivia que quiere configurar el MAS para el futuro.

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Evo fue proclamado como el candidato a la Presidencia de las seis federaciones de productores de coca del Chapare (izq); en reunión con dirigentes cocaleros (centro) y con mujeres cocaleras de La Asunta en el norte paceño.* 



Evo Morales es un producto del movimiento cocalero y este aspecto determina que identifique los intereses nacionales con los de este sector, con el que mantiene una relación orgánica y hasta sentimental. Sin los cocaleros jamás hubiera llegado donde llegó y esto ocasiona que siga viendo al país con ojos de cocalero y por tanto su principal objetivo siga siendo la defensa de la “hoja sagrada”.

Debido a convenios internacionales y obligado por la vigencia de la ley 1008, el gobierno debe erradicar por los menos 5 mil hectáreas de coca al año. No obstante «salva» el problema haciéndose la vista gorda ante los nuevos cultivos que se incrementan en el Chapare, el norte paceño y que surgen también en el oriente y la amazonía, al influjo del floreciente  negocio del narcotráfico. 

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Para superar algunos inconvenientes y críticas que puedan afectar su imagen, el presidente ha decidido que ha llegado el momento de cambiar la ley 1008 con el argumento de que se hará un estudio sobre el mercado de la coca para determinar la extensión en que serán ampliados los cultivos de la hoja.

Sin embargo, de entrada el gobierno descubrió que el 62.2 % de los bolivianos acullica, lo cual anticipa hacia donde el Instituto Nacional de Estadística (INE) debe orientar la encuesta a fin de que se ratifique la información gubernamental. Demás esta decir que el porcentaje  lanzado por el Ejecutivo carece de todo sustento científico frente a otros estudios como los del CELIN que aseguran que solo un 14 por ciento de la población boliviana mastica coca.

La ampliación de los cultivos de coca de las 12 mil hectáreas legales hasta por lo menos las 20 mil -aunque ahora los yungueños exigen 30 mil- es la forma en la que paga Evo el apoyo que le brinda el sector del que sigue siendo su máximo dirigente.

No es preciso profundizar en el análisis de los peligros que conlleva modificar la ley 1008 para acomodarla a los intereses políticos del actual gobierno ya que es claro que ello significaría dar carta blanca a la producción de una hoja que es destinada en más del noventa por ciento al narcotráfico.

Es evidente que si el narcotráfico no pagara buenos precios por la materia prima, nadie se interesaría por sembrar coca por más ancestral, sagrada y milenaria que fuera. Los cocaleros pueden ser muy respetuosos de las tradiciones y costumbres pero lo son más de las fáciles ganancias que proporciona este negocio y están apostando a que se desarrolle sin obstáculos. La reelección de Evo es la única garantía para que ello ocurra.

Por de pronto los cocaleros están demostrando que saben muy bien en que terreno pisan y han anunciado que apoyarán la candidatura de Morales a la presidencia con 20 toneladas de coca. En realidad se trata de un aporte «simbólico», cuya connotación es más política que económica. A Evo le sobran recursos para su campaña y a los cocaleros no les hace mella esta contribución, ya que en un día y hablando solo del mercado legal de Villa Fátima en La Paz (sin contar Sacaba y el comercio en el Chapare) venden un promedio de 70 toneladas de la hoja. El «negocio» es envidiable. 

Sin embargo no hay perder de vista el mensaje de este “generoso” aporte de los cocaleros a la campaña de su líder, es una forma de decirle al país: estamos presentes, participamos y decidimos. En retribución el presidente Morales cambiará la ley para «legalizar» los cultivos ilegales, seguirá fomentando el neoliberalismo para el mercado cocalero que se rige por la libre oferta y demanda y seguirá haciendo creer a los bolivianos que muy pronto la ONU despenalizará la coca y que los países del mundo abrirán sus mercados a los productos derivados de esta hoja, incluido una blanca sustancia.

Mientras tanto, el gobierno del MAS trabaja sin pausa para sentar las bases del nuevo “estado cocalero” plurinacional.

* Fotos Abi