Manfred: «Evo traiciona a quienes lo encumbraron en el poder a costa del Silala». Los cálculos del Ejecutivo hablan de ingresos cercanos a los tres millones de dólares anuales
“Confianza mutua”. Los mandatarios Michelle Bachelet y Evo Morales en un encuentro bilateral en Cochabamba. (foto archivo La Razón)
Por Efe | – Agencia – 5/08/2009
LA PAZ |El Gobierno de Evo Morales ha chocado con un aluvión de críticas en Bolivia por su intento de solucionar una centenaria controversia con Chile sobre las aguas fronterizas del Silala, que parece resultar casi tan sensible como la demanda marítima del país.
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Sus ministro y viceministro de Exteriores, David Choquehuanca y Hugo Fernández, se han convertido en blanco de críticas y amenazas de juicio por presunta «traición» tras haber alcanzado un acuerdo preliminar con las autoridades de Chile sobre el asunto.
La oposición cuestiona el convenio porque a su juicio admite la tesis de Chile de que las aguas del Silala, en la región andina de Potosí, son un río y no un manantial como defiende Bolivia.
El Silala está situado cerca de la frontera con Chile y sus aguas se canalizaron hace 101 años hacia el norte de ese país, donde son usadas por la estatal Corporación del Cobre (Codelco) y las empresas mineras y el ferrocarril del grupo chileno Luksic.
Desde 1908 Bolivia no ha recibido «compensación ni beneficio alguno» de Chile por esas aguas, que fluyen a 180 litros por segundo.
El convenio preliminar cuestionado por la oposición consiste en que las empresas de Chile pagarán por el 50 por ciento del consumo, hasta que estudios científicos conjuntos diriman en cuatro años si las aguas son de un río internacional o de manantiales de Bolivia.
Para la oposición, el Gobierno de Morales ha incurrido en una claudicación histórica por poner en duda la propiedad plena de esas aguas y no exigir explícitamente el pago por los cien años de consumo chileno.
Entre los más críticos figura el ex presidente e historiador Carlos Mesa (2003-2005), quien dijo hoy en un artículo publicado en La Prensa que el acuerdo es uno de los «más entreguistas que el Gobierno boliviano haya hecho en su relación bilateral con Chile».
«No se necesita demasiada inteligencia para darse cuenta de que lo que Bolivia está haciendo es entregarse de pies y manos a Chile», sostiene Mesa, al expresar su confianza en que los bolivianos y en particular los potosinos se opondrán «radicalmente» al convenio.
«Nos venden espejitos de colores y nosotros se los compramos», dijo Mesa al asegurar que si otro Gobierno hubiera suscrito solo la mitad de ese acuerdo habría sido paralizado por bloqueos y protestas sociales.
Javier Murillo de la Rocha, que fue canciller entre 1997 y 2001, durante el mandato constitucional del otrora dictador Hugo Banzer, sostuvo en La Prensa «que hay antecedentes históricos, jurídicos y diplomáticos» de que en 1908 empresas del norte de Chile solicitaron el agua reconociendo la soberanía plena de Bolivia sobre ella.
El diputado opositor de Poder Democrático y Social (Podemos) Fernando Barrientos y el concejal de El Alto Roberto de La Cruz amenazaron por separado con un juicio por presunta traición contra el vicecanciller Hugo Fernández, que fue quien negoció el proyecto de acuerdo con su homólogo chileno, Alberto Van Klaveren.
La oposición, que controla el Senado, ha adelantado que rechazará este convenio en el Congreso si finalmente se llega a firmar.
Sin embargo, las críticas fueron rechazadas hoy mismo por Morales, partidario de sopesar en la balanza si Bolivia permitirá que Chile siga «aprovechando las aguas» sin pagar nada como ocurre desde hace 101 años o se comienza por fin a recibir los primeros pagos.
«¿Bolivia quiere o no quiere recibir algún beneficio después de cien años? Eso está en debate», dijo Morales en rueda de prensa, en la que además acusó a anteriores gobiernos de no haber hecho nada durante ese tiempo para solucionar la controversia.
El Gobierno alega también razones prácticas para defender el proyecto de convenio porque técnicamente no hay forma de evitar que las aguas fluyan hacia Chile, a menos que se construya un dique de 240 metros, posibilidad descartada por su alto coste.
Pese a las criticas, el Ejecutivo asegura contar con el apoyo social necesario para avanzar en el acuerdo, porque «la gente es sabia y dice que del mal pagador aunque sea piedras», justificó hoy el vicecanciller Fernández a radio Erbol.
Los cálculos del Ejecutivo hablan de ingresos cercanos a los tres millones de dólares anuales, o de al menos diez mil dólares diarios cuando se inicie el cobro a las empresas chilenas.
Manfred: «Evo traiciona a quienes lo encumbraron en el poder a costa del Silala»
También hizo votos para que la oposición congresal no vaya a ser cómplice de que se refrende el pre acuerdo
Por Anf | – Agencia – 5/08/2009
SUCRE | El Presidente Evo Morales traiciona las demandas populares que lo encumbraron en el poder al retribuir el respaldo chileno a su gobierno con indulgencia en el diferendo por la soberanía sobre las aguas del Silala, afirmó, este miércoles, el candidato presidencial Manfred Reyes Villa.
La declaración alude al preacuerdo entre Palacio Quemado y La Moneda para un arreglo en el que se reconocía a Bolivia la propiedad sobre sólo el 50 por ciento de las aguas del manantial Silala y cuya refrenda promueve el Poder Ejecutivo.
«El sostén político que le vienen dando algunos gobiernos vecinos al presidente Morales tendrá un costo muy caro en soberanía territorial y energética para Bolivia», dijo Reyes Villa desde la capital de la República.
Recordó el papel del gobierno de Chile tras los enfrentamientos en Pando, ocurrido el 11 de septiembre de 2008 y el cuestionado informe de UNASUR que la presidenta chilena Michelle Bachelet elevó a los organismos internacionales sobre los hechos en el Porvenir para favorecer al gobierno de Evo Morales.
Según el político, el gobierno nacional ha «correspondido» a ese respaldo político cediendo en la posición histórica boliviana que reivindica la soberanía sobre una de las fuentes de agua dulce más importantes de la región, en territorio boliviano.
«Evo Morales ha traicionado demandas populares sobre las cuales se encumbró y adquirió piso político en octubre de 2003, cuando el pueblo boliviano se pronunció por no tranzar la venta de gas a cambio de nuestra soberanía territorial ante Chile», dijo.
Reyes Villa recordó que su posición de oponerse a la venta de gas por puerto chileno, «le granjeó la enemistad de varias potencias extranjeras», que según el ex prefecto se empeñaron en inviabilizar su candidatura, pues la vieron como un obstáculo a la concreción del trato con Pacific LNG.
«No nos hemos movido un milímetro de nuestra posición de entonces; la soberanía nacional no se puede tranzar a cambio del sostén foráneo ante un país como Chile que se aprovechó de la ingenuidad del presidente Evo Morales», agregó.
También hizo votos para que la oposición congresal no vaya a ser cómplice de que se refrende ese preacuerdo en el Legislativo y pidió a los parlamentarios patriotas a actuar en representación de los intereses del país.
«No es una cuestión de precio sino de soberanía; no depende de cuánto ofrezcan pagar, sino de que se restituya la deuda histórica de más de cien años por el uso de recursos no renovables cuya propiedad es de Bolivia, un hecho que el gobierno y el Congreso no tienen derecho a poner en entredicho a ningún precio», sostuvo.
«Esa es la principal diferencia entre la República y el Estado Plurinacional; en una República hay independencia de poderes, pero en un Estado el presidente puede estar tentado a hacer su capricho a costa de los intereses de la Patria», explicó.