La esperanza como alternativa


Daniel A. Pasquier Rivero

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Racionalidad para enfrentar el desafío de Diciembre, 2009. Cuatro años de constante ajetreo electoral, sin resuello, en los que el país ha confundido la realidad nacional. Una minoría que usufructúa de marchas, bloqueos y chicotazos, o alardea de haber leído muchos libros pero sin que se les conozca oficio. La gran mayoría prepara la tierra, siembra, atiende a cientos de miles de trabajadores, gestiona financiamientos oportunos y necesarios; cultiva con esmero y hasta con cariño el fruto entregado a la generosidad de la tierra, para volver después de meses de nerviosa espera al frenético ritmo de la cosecha. Todo debe coincidir, clima, mercados hambrientos y sedientos, reflejado en buenos precios y, ojalá, no se entrometa la política importando los mismos productos desde países vecinos, escondiendo costos que se cargan a los fondos públicos, para vender a “precio justo”. A la industria y a los servicios no hace falta oponerle más limitaciones, con regulaciones innecesarias, basta las que existen en los países receptores. El modelo de economía estatizada ya fracasó en todas partes. Cuba, 50 años de multitudes famélicas con “cartillas de racionamiento”, 50% de sus tierras cultivables improductivas, 80% de sus necesidades alimenticias se cubren con importaciones (las más desde EEUU) y, lo poco que se produce, lo hace el 30% de tierras bajo régimen de explotación semiprivada. Preparar casi 300.000 bueyes para entregar a los agricultores en vez de tractores y de combustible es la peor señal de creatividad en el siglo XXI.



¿Le interesa a Evo la economía del país? Según el Informe de la Fundación Milenio (Agosto 2009) descansa en los resultados de la minería, y más del 50% en un solo proyecto, San Cristóbal. El principal pilar, la explotación de hidrocarburos, ha caído en un 25% respecto al año anterior, segundo año en descenso, disminuyen los recursos disponibles (el crecimiento de reservas se ha estancado), y se está importando GLP, gasolina y diesel. Ahora se renegocie el contrato con Petrobras, en términos y volumen, ¿sólo a cambio de apoyo a su campaña, incluyendo el collarcito de coca? A la dramática caída de valores por exportaciones se suma la de remesas desde el exterior, principalmente desde España. Sólo le queda al país el soporte del narcotráfico, que al ritmo de las últimas semanas superará todas las previsiones más pesimistas hasta fin de año. En este rubro, parecen haber compromisos muy fuertes, pero generar más ingresos no es buena noticia.

Cuba y Venezuela llevan al país al desastre humanitario. El 40% de la población está bajo la línea de pobreza, sumaron, según el PNUD, 127.000 sólo el 2008. La tasa de desempleo arriba del 10%. La economía informal absorbe el 60% de la población laboral activa. La alternativa MAS arroja más sombras que luces sobre el futuro del país, pero hasta el momento la otra alternativa, simplemente conservadora, tampoco ofrece soluciones. Pues aquí el desastre en el que se encuentra el país no se explica por maremotos, terremotos ni tornados. Ha sido suficiente la acción ineficiente, corrupta, insensible e inmoral de los distintos gobiernos en el poder, y nuestro país no es el único ejemplo, pues sólo en raras excepciones se han ocupado de verdad del problema nacional de fondo, la pobreza.

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La profundización o radicalización de la revolución de Evo agrava la situación. Al líder cocalero sólo le interesa ser figura en la expansión de las ideas y la influencia castro chavista a través del club ALBA. El 80% de su tiempo está en el aire, en sentido real, en alas de helicóptero venezolano con tripulación venezolana, repartiendo chequecitos con el Embajador venezolano y aburriendo allí donde aterriza con el manoseado discurso amenazador a las oligarquías, terratenientes, terroristas y separatistas. Su desinterés por los pobres, aclarando que los cocaleros no son pobres, es manifiesto. Lo demostró el pasado 23 en Ascensión de Guarayos con su mala cara a los sencillos pobladores que trataban de congraciarse ofreciéndole regalos de la tierra; hasta dejó plantado, de pie frente a él, sin mirarlo, al Cacique Mayor, máxima autoridad moral de los pueblos guarayos, porque éste se atrevió a dirigirse a su pueblo en lengua nativa, como corresponde. Evo, a pesar de ser incapaz de expresarse en aymara, quechua u otra lengua nativa, lo pone como requisito en la nueva CPE para ocupar un cargo público. Después, como siempre, se dedicó a regodearse “hecho el pícaro” frente a las cámaras y micrófonos de los medios oficiales del partido, ya no del Estado, que no pierden ocasión de lamerle lo que haga falta al jefe, compañero y hermano presidente. ¡Vergüenza de periodismo!

La libertad está entre barrotes, aprisionada y con prisioneros, exiliados por nada y correteados por simple sospecha. Al que se opone, o atreve a defenderse, peor, se lo aplasta a gusto del vice García. Son demasiados rostros tristes a lo largo y ancho de la geografía plurinacional. ¿En qué quedaron los atropellos a Leopoldo Fernández, Marcial Fabricano, Hugo Cárdenas, para no repetir la larga lista de muertes y ajusticiados que no encuentran explicación alguna? ¿Se ha impuesto el miedo? Se oyen pocas voces fuertes en la sociedad civil y hasta de los más valientes sólo salen amenazas. De los candidatos, supuestamente opositores al gobierno de Evo, cataplasmas y agua bendita.

La democracia hay que defenderla con uñas y dientes, es una vocación, es una cultura, es de una decantación lenta en la conciencia de una sociedad, en lo que se había avanzado bastante pero se ha retrocedido aparatosamente al reivindicar derechos conculcados a costa de derechos ya alcanzados. La sociedad múltiple, plural, multicolor, hasta multinacional, debe abrirse camino en paz respetando instituciones y sistemas establecidos con el concurso de todos, en democracia. La imposición de las minorías radicalizadas nos acerca, sin dramatismo, al enfrentamiento y al luto. Urge revalorizar el respeto por el otro, llamar al ejercicio de la tolerancia, pero, no hay que esperar ayuda de un gobierno que seguirá fiel a su línea de confrontación. Es la oposición la que debe ofrecerle al país la alternativa de hacer frente a la pobreza, en libertad y democracia; ofrecer la esperanza como alternativa a tanta violencia estúpida que ha puesto en máximo riesgo a la Patria.

ICEES, Santa Cruz (B Olivia), www.eldia.com.bo/20090828


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