La mentalidad política


Radio especial.  Los políticos pobres casi no existen. La política tiene mucha mentira, mucha inmoralidad y lamentablemente  demasiada corrupción.

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Editorial: LA MENTALIDAD POLÍTICA

La mentalidad política tradicional en el país, en América Latina, lamentablemente, no en todos los casos pero en muchos de ellos, se construye con el barro de la mentira.

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Los políticos se caracterizan por desprestigiar a sus contrincantes, por mentirle a la gente, por hacer promesas que no van a cumplir y por entusiasmar a los seguidores en llegar a metas que no van a ser alcanzables.

Podríamos decir que la política lamentablemente, se construye, se edifica y camina en base a la mentira y eso no es bueno para nadie, ni para los políticos ni para los ciudadanos de a pie.

¿Por que la política nos empuja a la mentira? Porque en la política no hay evaluaciones, todo lo que hace mi líder está bien hecho. Todo lo que dicen los opositores es mentira, está mal hecho y eso no funciona, la política debiera tener sistemas de evaluación muy concretas, con datos, con cifras pero también con percepciones de la gente. Pero, la política, ese es un tema latinoamericano, tiene mucha mentira, tiene mucha inmoralidad y lamentablemente conlleva demasiada corrupción.

Los políticos pobres casi no existen, sólo hay o políticos fracasados o políticos ricos. No hay políticos pobres. Los políticos pobres son los fracasados, los que no tienen su rentita, su ventaja, su curul, su asiento, su lugar, en Bolivia es igual o políticos fracasados o políticos ricos.

¿Qué debiera significar la política? Una actividad de servicio, un trabajo para ayudar a los demás, un desafío permanente para buscar metas más ambiciosas, más exigentes. Los políticos casi siempre miran hacia delante y no porque sean serios y responsables, y honestos, sino porque mirando hacia delante pueden reiterar las promesas que no pudieron incumplir en el pasado y la gente les vuelve a creer, porque en la política es como en el cine hay buenos y malos actores y actrices.

Los mejores políticos son los que actúan muy bien, son muy simpáticos, muy emblemáticos, pero ¿y, los logros? Ah¡ no. Si un político fracasa en la oposición o el co gobierno la culpa la tiene o el gobernante o el opositor.

Los políticos nunca se equivocan, robaron ayer y puede seguir robando hoy día y ellos no robaron, porque los que robaron fueron ¿Quiénes fueron? La política lamentablemente está construida con el barro de la mentira y eso hay que cambiarlo, y ahora es cuando.

Los políticos más jóvenes, más del cambio, más del tiempo nuevo tienen que dar signos evidentes, concretos, fehacientes, convincentes de que el cambio llegó, porque si eso no se percibe, si eso no se puede demostrar, digamos que el cambio está por llegar.