Murió «Chiquito», el único perro preso de Argentina


Chiquito fue detenido en 2003 por morder a un hombre. Falleció en Argentina «a la espera de juicio». Se ordenaron pruebas para certificar la causa del deceso.

Los perros entienden más de 150 palabras y pueden «contar» hasta cinco

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El can, un mestizo de pelaje claro, estaba alojado en una dependencia policial de la ciudad de Esperanza, en la central provincia de Santa Fe, a 450 kilómetros al norte de Buenos Aires.

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Buenos Aires, EFE.- «Chiquito», el único perro que estaba detenido por una causa judicial en Argentina, murió este sábado sin sentencia acusado de morder a un hombre, confirmaron hoy a Efe fuentes policiales.

«El perro murió el sábado pasado y se ordenaron pruebas para certificar la causa del deceso», indicaron los portavoces policiales.

«Chiquito», detenido el 9 de enero de 2003, estaba alojado en la comisaría de Esperanza y a disposición de un juzgado correccional, luego de que un habitante de la vecina localidad de San Carlos denunciara que el perro le había ocasionado «lesiones leves culposas» hace seis años.

La privación de la libertad del animal había originado una movida de apoyo al perro en Facebook, bajo la consigna «¡Justicia para Chiquito! ¡Liberemos a este pobre perro!».

Tras la detención del can, la Policía de Santa Fe había intentado que la Protectora de Animales provincial se hiciera cargo de «Chiquito», pero por la supuesta violencia del animal y a falta de una orden judicial, fue alojado en la perrera de la comisaría del barrio La Orilla de Esperanza.

Luego la perrera fue trasladada, pero el can, cuyo nombre fue escogido por los policías del lugar, permaneció en el destacamento.

El personal policial aseguró que se encargó de cuidar y alimentar al animal adecuadamente y que, incluso, ponía dinero de su bolsillo para solventar un control veterinario mensual.

Los perros entienden más de 150 palabras y pueden «contar» hasta cinco

Redacción Internacional, EFE.- Cualquier dueño de perro ha intentado en alguna ocasión convencer a propios y extraños de lo lista que es su mascota, pero ahora además se sabe que algunos pueden contar hasta cinco, entienden más de 150 palabras e incluso intentan engañar a los humanos en su beneficio.

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Estas son las conclusiones del psicólogo y experto en investigación canina Stanley Coren, de la Universidad British Columbia, que interviene en el congreso anual de la Asociación Psicológica Americana para hablar de «cómo los perros piensan».

Coren, autor de libros sobre perros y su comportamiento, ha revisado numerosos estudios para concluir que el mejor amigo del hombre tiene capacidad para resolver problema complejos y es más parecido a los hombres y otros grandes primates de lo que se pensaba.

«Sus impresionantes momentos de brillantez y creatividad son un recuerdo de que quizás no sean ‘einsteins’ pero están seguramente más cerca de los humanos de lo que pensamos», señaló.

Coren indicó que, según diversas medidas conductuales, «las capacidades mentales del perro están cercanas a las de un niño de dos a dos años y medio».

Además, aseguró que la inteligencia varía según el tipo de perro y que la raza determina algunas de las diferencias entre animales.

Así, explicó que hay tres tipos de inteligencia canina: instintiva; adaptativa (la capacidad de aprender del entorno para resolver problemas) y de trabajo y obediencia (el equivalente al «aprendizaje escolar»).

Datos de 208 perros de Estados Unidos y Canadá mostraron que en la «inteligencia de trabajo y obediencia» el border collie es «el número uno», seguido del caniche y en tercer lugar el pastor alemán.

La lista de los canes más listos se completa con el golden retriever; el doberman; el pastor shetland (parecido al collie) y el labrador, según la clasificación de Coren.

El experto aseguró además que un perro normal puede aprender unas 165 palabras, incluidas señales, y los más «inteligentes», unas 250.

Coren explicó que la capacidad máxima de aprendizaje de palabras se basa en el estudio de «Rico», un can que demostró conocer 200 palabras habladas y tener una gran capacidad y rapidez de aprendizaje.

Por si fuera poco, estos amigos de cuatro patas también saben de números, aunque sería mejor no confiarles la contabilidad doméstica, pues pueden «contar» hasta cuatro ó cinco, y sólo tienen una «comprensión básica» de la aritmética, aunque son capaces de detectar errores como 1+1=1 o 1+1=3.

Durante el juego, los perros son capaces de intentar engañar, de manera deliberada, tanto a otros canes como a los humanos para lograr una recompensa y, según Coren, «tiene casi tanto éxito engañando a humanos como los humanos a engañando perros».