La frase favorita de este Penoco filosófico es: “Los frutos siempre caen cerca del árbol”, pensamiento que hay que tener muy en cuenta estos días en los que todos nos miramos con cara de sospechosos. Por ejemplo, el teniente Georges Peter Nava Zurita no se hizo famoso por haber puesto una bomba en un canal de televisión en Yacuiba, hazaña que le hubiera valido más que la cárcel, un lugar en el salón de la fama de los terroristas más chapuceros, grupo que cuenta con ilustres representantes en el país. La fama del teniente está en haber sido nada menos que uno de los escoltas del presidente Evo Morales. Lo mismo pasa con el capitán Wálter Andrade, muy afecto a las fotografías. La semana pasada se divulgó la foto en la que se muestra con Eduardo Rózsa y a raíz de esa y de otras noticias más que ha generado “el Rambito” se sabe que el tipo es muy importante, merecedor de elogios ministeriales y privilegios de un fiscal que lo considera “intocable”. Ayer apareció una nueva foto del vicepresidente Álvaro García Linera. Y no cualquiera se saca una foto con él.
Bajo el Penoco – El Día