Baja la producción de coca en el Chapare y su precio se eleva

El mercado de Sacaba recibió ayer unos 700 “paquetes” de 100 libras cada uno. El precio subió hasta 3.600 bolivianos por “paquete”. En La Paz la venta no varía.

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Acceso: un mono escoge su comida en medio del camino que une Villa Tunari con Villa Copacabana



La Prensa

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El Viceministro de Defensa Social dice que la baja es consecuencia de la erradicación de cocales.

La producción de coca en el Chapare ha decaído en el último mes y su precio se ha elevado hasta alcanzar los 3.600 bolivianos por “paquete” de 100 libras en el mercado de Sacaba.

A diferencia de lo que ocurre en el mercado de la Asociación Departamental de Productores de Hoja de Coca de La Paz (Adepcoca), en el que la venta se hace por taques de 50 libras, en el centro de acopio de Sacaba el producto se comercializa por paquetes de 100 libras.

En la sede del Gobierno, un taque de hoja “de primera” vale hasta 1.200 bolivianos, en tanto que en el Chapare, de acuerdo con la calidad de las hojas, el precio del paquete fluctúa entre los 1.800 y 3.600 bolivianos.

El segundo dirigente de las Seis Federaciones del Trópico cochabambino, Julio Salazar, informó ayer que la declinación de la producción es consecuencia del control social que se ejerce en la región, “incluso a costa del malestar de algunos compañeros”.

Cada familia, en esa región, tiene derecho a cultivar como máximo un cato de coca de 1.600 metros cuadrados.

El informe de Naciones Unidas da cuenta de que en el trópico cochabambino hay 9.500 hectáreas cubiertas por cocales.

“El Chapare es un paraíso. Aquí plantamos papa, piña, plátano, palmito, pimienta y otros productos. La coca es mayormente para el consumo de los compañeros y sus familias”.

El viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, añadió que la baja en las cosechas es resultado de la transición del invierno a la época de lluvias y que entre octubre y noviembre los campesinos siembran papa, yuca y arroz para su sustento.

Reynaldo Ledezma, jefe regional del centro de acopio de Sacaba, apuntó que hay una merma en las cosechas a causa de la época lluviosa.

“Este lunes recibimos unos 700 ‘paquetes’ y vinieron compradores de Santa Cruz, Oruro y Chuquisaca para llevarse la hoja de coca a sus distritos”.

El mercado de Sacaba atiende solamente tres días por semana: lunes, miércoles y viernes. Es otra diferencia con Adepcoca que opera los siete días.

Hay coincidencia en los entrevistados en que como consecuencia de que el volumen de la hoja de coca es cada vez menor en el Chapare, el costo del paquete se ha elevado, porque en este caso se cumplen las leyes de la oferta y la demanda.

Hasta hace un mes aproximadamente, el precio del paquete estaba en Cochabamba entre 1.000 y 1.500 bolivianos.

El Viceministro agregó que la interdicción es otro factor que se suma para la baja en la producción de hoja de coca en esa zona, pues hasta el momento se erradicaron 4.900 hectáreas en todo el territorio nacional.

“No tengo en este momento el dato exacto, pero en Cochabamba hay alrededor de 9.000 a 9.500 hectáreas de cultivos de hoja de coca, mientras que en la región de los Yungas las plantaciones alcanzan a 20.500 hectáreas”.

Ronald Andrade, presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Comerciantes Minoristas por Cuenta Propia de la Sagrada Hoja de Coca al Detalle de Bolivia, confirmó que el precio de la hoja chapareña se ha incrementado, pero no pudo precisar las razones de este hecho, que no complica sus operaciones.

Los detallistas opinan que la coca del Chapare no es apta para el acullico y otras formas de consumo tradicional, a causa de su calidad relativamente inferior a la yungueña y de su sabor agrio.

Para el director departamental de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN), coronel Óscar Nina, la baja en la producción de la hoja chapareña responde principalmente a los resultados de la interdicción que se ejecuta en los nueve departamentos.

Desde enero de este año, la fuerza antidrogas destruyó 21 laboratorios que cristalizaban pasta base de cocaína destinada a la venta en el exterior del país.

Al menos tres de estos establecimientos tenían gran capacidad de producción, pues podían procesar entre 500 y 1.000 toneladas mensuales del alcaloide, en tanto que los demás contaban con instalaciones rústicas e improvisadas.

700 familias viven de la hoja en Villa Copacabana

Setecientas familias residentes en Villa Copacabana, una población aledaña al Parque Machía, viven del cultivo de coca y exigen la consolidación del camino abierto a un costado del área protegida de 38 hectáreas, en el municipio de Villa Tunari, Chapare.

Los pobladores de esa región sólo tienen dos vías para sacar sus cosechas: remontar el río Espíritu Santo en canoa o utilizar un viejo camino abierto a mediados de los 70 para llegar a los mercados más cercanos. Pero esta ruta es intransitable en época de lluvias, pues el terreno es arcilloso y se anega por completo.

Francisco Vallejos, secretario general de la Central Copacabana, refirió que, dada la precariedad de las embarcaciones, se produjeron muertes, aunque no pudo precisar la cantidad y las pérdidas de la producción de los lugareños.

Uno de los miembros de esa comunidad, que no reveló su identidad a una comisión de la Cámara de Diputados que visitó el lugar la semana anterior, informó que el único cultivo rentable es el de la coca, pues por cada paquete de 100 libras reciben hasta 2.500 bolivianos, aunque también hay plantaciones de cítricos, maíz y bananos.

Los campesinos asentados en ese lugar no tienen otras vías para llegar a centros de acopio y venta. Un viejo camino abierto hace unos 35 años bordea el parque donde la comunidad Inti Wara Yasi cuida animales salvajes maltratados en las ciudades para reinsertarlos a su hábitat natural.

Una de las opciones para resolver el problema es la construcción de un puente, pero esta obra demandaría una inversión de entre 10 y 15 millones de bolivianos, que el Gobierno Municipal de Villa Tunari no está en condiciones de desembolsar.

La Alcaldía autorizó operaciones de maquinaria pesada en el lugar para mejorar la vía existente, pero la Prefectura de Cochabamba dispuso la paralización de esa obra y amenazó con procesar a las autoridades ediles que permitieron ese extremo.

Un proyecto prefectural, para beneficiar a la comunidad, requiere una inversión de tres millones de bolivianos para abrir una senda de 11 kilómetros, cuatro más que en el acceso actual.

En La Paz la venta no varía

Ronald Andrade, presidente de los comercializadores de la coca yungueña al detalle, afirmó que la demanda por el producto en La Paz no se incrementó a pesar de la merma observada en Cochabamba.

El dirigente explicó que la coca producida en el trópico de Cochabamba no tiene gran demanda para el consumo tradicional o medicinal, lo que sumado al inicio de las estación lluviosa determinó la baja en las cosechas.

“La coca del Chapare es agria, en cambio la yungueña tiene un sabor mucho más dulce y por ello es aceptada por los consumidores”.

De acuerdo con Andrade, hasta hace un mes el paquete de 100 libras se vendía a 1.200 bolivianos, pero en los últimos meses esa cantidad ha sufrido un incremento por factores que desconoce.

En cambio, el precio del taque (50 libras) de la hoja de coca de los Yungas, La Paz, se mantuvo entre 900 y 1.200 bolivianos de acuerdo con su calidad.

“El número de comercializadores que compra la hoja de coca tampoco se ha incrementado. Continuamos siendo los mismos tanto en nuestra federación como en la paralela. Cada comerciante lleva diez taques de coca, equivalentes a 500 libras, y los productores seis, tal como establecen las normas de la Dirección General de la Hoja de Coca e Industrialización (Digcoin).

Las causas

El Viceministerio de Defensa Social atribuye la merma a la erradicación de cocales.

Los dirigentes de los cocaleros dicen que la reducción es resultado del control social.

El Director de la FELCN sostiene que la caída de las cosechas es producto de la interdicción.

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