El binomio de mitómanos


Son una excelente dupla. A pesar de que uno se proclama indígena sin saber ni jota de quechua o aymara y el otro es el paradigma del pequeño burgués además amanerado hasta el espanto, la verdad es que nacieron el uno para el otro y como en las telenovelas, era más que seguro que un día el destino acabaría por unirlos.

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Evo y Alvaro en su feudo cocalero, ayer en Chimoré (foto Abi)



El pretendido indígena y el blancoide, no solo comparten intereses; comparten también su exasperante cinismo que se muestra en toda su magnitud cuando se deciden a hacer declaraciones a la prensa y el pasado miércoles cada uno por su lado, superaron nuestra capacidad de asombro.

En primer lugar Evo avala la alianza con los «perversos y violentos» ex unionistas que hablaron mal de su mamita y dijo que se trataba de buenos muchachos que se dejaron llevar por el mal ejemplo que le dieron los separatistas.

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Luego, muy suelto de cuerpo, afirma que la Corte Nacional Electoral, ahora llamado Órgano Electoral Plurinacional (OEP)está provocando al gobierno para que este reaccione y luego renuncien para que no haya elecciones. Todo el mundo sabe que Evo Morales no se caracteriza por su rigurosidad en el razonamiento y no estaría demás que su acompañante de fórmula lo introduzca en los rudimentos de la lógica formal, que es otra de las materias en las que seguramente fue reprobado en el colegio.

Si las premisas son falsas evidentemente las conclusiones también lo serán pero Evo, desde su ¿razonamiento? supone que a partir de un par de chapucerías puede llegar a conclusiones verdaderas.

Decir que la Corte Electoral no quiere que se realicen las elecciones el 6 de diciembre es claramente un despropósito que se hace más evidente cuando este organismo, a pesar del gobierno, ha cumplido una brillante labor para llevar adelante el registro biométrico. Que sus miembros no se hayan mostrado muy proclives para someterse a los dictados del palacio de Gobierno es otra cosa y esa es la causa por la que están recibiendo los dardos de Evo Morales, que como es sabido, tiene por principal objetivo que todos los niveles del Estado se pongan sumisamente a sus órdenes y caprichos. 

Pero Evo no se quedó ahí. Afirma que los candidatos opositores no tienen “moral ni autoridad” para debatir con él. Sería muy interesante que el candidato-presidente de a conocer cual es la autoridad moral de la que se jacta, más aún cuando se sabe que durante sus cuatro años de gobierno se han cometido los más descarados hechos de corrupción y existen infinidad de latrocinios que son convenientemente tapados al influjo del poder pero que es seguro que en algún momento serán desvelados.

Su compañero de viaje, Alvaro García Linera le hace competencia en la carrera de insultos a los opositores y en cinismo político. Decir que estuvo detenido en Chonchocoro por sus “ideas” suena a una burla, una “burla sangrienta” para utilizar sus mismos términos. Decir que durante su tiempo de encierro cumplió con todas las normas del régimen penitenciario resulta hasta grotesco cuando se sabe que durante su encierro no la paso nada mal ya que tenía a su disposición una buena parte de los 500 mil dólares producto del asalto a una remesa en la Universidad de Cochabamba. Ojo, esto lo dijo el propio Felipe Quispe, “El Mallku”, que lo conoce muy bien.

Sería bueno también que el candidato-vicepresidente explique que tiene que ver con las ideas asaltar una remesa en la Universidad de Cochabamba y ejecutar secuestros o que tiene que ver con la ideas mandar a dos ingenuos campesinos a colocar a colocar una bomba en una torre de electricidad para hacerla volar y hacerse volar ellos mismos.

Para decir que estuvo detenido por sus “ideas”, Alvaro se reserva el papel de “ideólogo” del EGTK, el grupo terrorista del que fue parte en los años 90 y dice que no tuvo participación directa en esos hechos. Sus propias palabras lo condenan. Reconoce que no tuvo el valor suficiente, los cojones necesarios para asumir sus “ideas” en todas sus consecuencias; dejó que otros lo hicieran por él. Al cinismo se une la cobardía.

En suma, llevaría mucho tiempo enumerar las «perlas» de discursos del binomio oficialista que llegan a extremos cuando el dúo está en su feudo, como ocurrió ayer en la proclamación de los cocaleros en Chimoré. Se llenaron la boca hablando de dignidad y soberanía y acusando a la oposición de «vendepatria» cuando ellos mismos viven con los pantalones abajo ante el tiranuelo de Venezuela.